domingo, 12 de mayo de 2024

capítulo 7 – escribir (con) diálogos

 

 

 


 

andando algunos pasos por esta casona de escritura nos acercamos a un recinto en el que se van escuchando distintas voces, como un gran murmullo

nos encontramos con que, en la narrativa, al leer palabras escritas escuchamos voces en nuestras cabezas,

casi como una alucinación, es otro de los poderes fascinantes de las palabras

cuando  cobran vida historias y personajes, estos últimos hablan

las historias no se cuentan sólo a través de la narración, sino a través de las interacciones entre los personajes.

tomado de por ahí

A menudo, lo que hace que un diálogo sea bueno en la ficción es que sea creíble y realista. Los personajes deben hablar entre sí como lo hace la gente en el mundo real. Un diálogo realista y creíble fluye con naturalidad, sin llamar la atención, para sumergir al lector en el mundo de la historia.

Pero la diferencia entre el diálogo y la conversación del mundo real es que el diálogo debe servir a menudo a un propósito narrativo. Si un trozo de diálogo no hace avanzar la historia de algún modo, se considera mala escritura. En la vida real, sin embargo, a menudo hablamos entre nosotros sólo para llenar el silencio y pasar el tiempo, sin ningún gran propósito en mente (a menos que seas una mujer de negocios que intenta conseguir un trato comercial).

Sin embargo, no todos los escritores buscan el realismo en sus obras. Mientras que el realismo y la credibilidad pueden ayudar al significado general de algunos textos, otros escritores pueden querer hacer algo totalmente distinto con su diálogo para transmitir su significado único. Los escritores pueden adoptar a propósito diálogos poco realistas e incluso absurdos para adecuarlos a sus objetivos artísticos.

Diálogo - Puntos clave

  • El diálogo es un intercambio hablado entre dos o más personajes en una obra escrita. En literatura, hay diálogo directo e indirecto.
  • El diálogo se utiliza en la prosa, el teatro e incluso en la poesía. La narración se utiliza a menudo para complementar el diálogo y añadir información sobre lo que se dice.
  • Las etiquetas de diálogo más comunes son las comillas, los saltos de línea, los verbos verbales y los adverbios. Los autores pueden prescindir de las etiquetas de diálogo para adaptarlas a sus propios objetivos artísticos.
  • Algunos ejemplos de usos eficaces del diálogo en la literatura son El cuento de la criada (1985) de Margaret Atwood, el poema de Edgar Allen Poe "El cuervo" (1845) y la obra de Samuel Beckett Esperando a Godot (1953).

Rita me ve y mueve la cabeza –es difícil decir si a modo de saludo o como si simplemente tomara

conciencia de mi presencia—; se limpia las manos enharinadas en el delantal y revuelve el cajón en busca del

libro de los vales.

Frunce el ceño, arranca tres vales y me los extiende. Si sonriera, su rostro podría resultar amable. Pero su

expresión no va dirigida personalmente a mí: le desagrada el vestido rojo y lo que este representa. Cree que puedo

ser contagiosa, como una enfermedad o algún tipo de desgracia.

A veces escucho detrás de las puertas, algo que jamás habría hecho anteriormente. No escucho demasiado

tiempo porque no quiero que me pesquen. Sin embargo, una vez oí que Rita le decía a Cora que ella no se

rebajaría de ese modo.

Nadie te lo pide, respondió Cora. De cualquier manera, ¿qué harías, si pudieras?

Irme a las Colonias, afirmó Rita. Ellas tienen alternativa.

¿Con las No Mujeres, a morirte de hambre y sabrá Dios qué más?, preguntó Cora. Estas loca.

Estaban pelando guisantes; incluso a través de la puerta semicerrada podía oír el tintineo que producían los

guisantes al caer dentro del bol de metal. Oí que Rita gruñía o suspiraba, no sé si a modo de protesta o de

aprobación.

De todas maneras, ellos lo hacen por nosotras, o eso dicen, prosiguió Cora. Si yo no tuviera las trompas

ligadas, podría tocarme a mí, en el caso de que fuera diez años más joven. No es tan malo. No es lo que se llama

un trabajo duro.

Ella está mejor que yo, dijo Rita, y en ese momento abrí la puerta

 

ARTÍCULO COMPLETO 

 

 

los diálogos pueden cumplir varias funciones

como una de las maneras de hacer oír un mensaje como en los famosos diálogos socráticos

Los diálogos socráticos (en griego: Σωκρατικός λόγος o Σωκρατικός διάλογος) forman parte de un género en prosa literaria desarrollado en la Antigua Grecia a finales del siglo IV a. C.. Fueron preservados en los diálogos platónicos y la obra socrática de Jenofonte - tanto dramática como narrativa -, en los cuales los personajes discuten problemas morales y filosóficos para ilustrar el método socrático.

En sentido más estricto, el término se refiere a las obras en las cuales Sócrates es el personaje principal, aunque otros géneros son incluidos, como las Leyes de Platón e Hierón de Jenofonte, que son diálogos socráticos en los cuales un hombre sabio que no es otro que Sócrates, dirige la discusión

Un diálogo socrático puede pasar en cualquier momento entre dos personas cuando estas buscan la respuesta a una pregunta si esta la admite mediante su propio esfuerzo de reflexión y razonamiento. Se empieza haciendo todo tipo de preguntas hasta que los detalles del ejemplo son evidenciados para luego ser usados como plataforma para alcanzar valoraciones más generales.

La práctica implica efectuar una serie de preguntas alrededor de un tema o idea central, y responder las otras preguntas que aparezcan. Normalmente, este método se usa para defender un punto de vista en contra de otra posición. La mejor forma de evidenciar el acierto de un "punto de vista" es hacer que el oponente se contradiga a sí mismo y de alguna forma apruebe el "punto de vista" en cuestión.

La dialéctica —del griego διαλεκτική (dialektikḗ), τέχνη (tékhnē), literalmente: técnica de la conversación; con igual significado, en latín (ars) dialectica— es una rama de la filosofía cuyo ámbito y alcance han variado significativamente a lo largo de la historia.

también los diálogos son esenciales en muchos textos religiosos como en el ejemplo del La Bhagavad-gītā

(también, el Bhagavad Gita) es un importante texto sagrado hinduista.

Su contenido es la conversación entre Krishna ―a quien los hinduistas consideran una encarnación de Vishnú (mientras que los krishnaítas lo consideran el origen de Vishnú)―3​ y su primo y amigo Arjuna en el campo de batalla en los instantes previos al inicio de la guerra de Kurukshetra. Respondiendo a la confusión y el dilema moral de Arjuna, Krishna explica a este sus deberes como guerrero y príncipe, haciéndolo con ejemplos y analogías de doctrinas yóguicas7​ y vedánticas.

todo el texto consiste en una conversación

volviendo a la literatura, el autor a veces se toma de diálogos entre personajes de ficción para exponer su propia mirada del mundo, como por ejemplo en la novela de Oscar Wilde El retrato de Dorian Grey o Contrapunto de Aldous Huxley

y los temas son tan diversos como la vida: políticos, sentimentales, religiosos, existenciales etc.

uno puede contar mendiante un diálogo entre personajes  cómo se hace una comida o la hisotiria de una casa o una calle

también se puede jugar con los diálogos absurdos que producen un efecto de humor o de rareza y extrañamiento en el lector

un fragmento del teatro del absurdo de E. Ionesco

Berenguer (a Juan): Vivir es una cosa anormal.

Juan: Al contrario. Nada más natural. La prueba: todo el mundo vive.

Berenguer: Los muertos son más numerosos que los vivos. Su número aumenta. Los vivos

son raros.

Juan: Los muertos no existen, ¡es preciso decirlo!... ¡Ja! ¡Ja!... (Gran risa). ¿Ellos también

te pesan? ¿Cómo pueden pesar las cosas que no existen?

Berenguer: ¡Yo mismo me pregunto si existo!

Juan (a Berenguer): Tú no existes, mi querido, porque no piensas. Piensa y existirás.

El lógico (al Señor anciano): Otro silogismo: todos los gatos son mortales. Sócrates es

mortal. Por lo tanto Sócrates es un gato.

El señor anciano: Tiene cuatro patas. Es cierto, tengo un gato que se llama Sócrates.

El lógico: Usted ve...

Juan (a Berenguer): Eres un farsante en el fondo. Un mentiroso. Dices que la vida no te

interesa. Sin embargo alguien te interesa.

Berenguer: ¿Quién?

Juan: Esa compañerita de oficina que acaba de pasar. ¡Estás enamorado!

El señor anciano (al Lógico): ¡Entonces Sócrates era un gato!

El lógico (al Señor anciano): La lógica nos lo acaba de revelar.

 

de todos modos ya pasaremos a la sala del teatro donde el diálogo y el monólogo ocupan otro lugar

con nuestras manos tejiendo palabras podemos hacer dialogar a las cosas podemos darle vida y voz a animales, a objetos

una bicicleta puede dialogar con un perro

una flor puede dialogar con una computadora

un fantasma y un cajero de banco

y así

podemos jugar a inventar imaginar re crear diversidad de diálogos

y experimentar cómo las voces cobran casi vida propia en nuestra escritura siempre en el asombro del proceso de creación cuando nos lo permitimos con total libertad

 

 // TERMINAMOS CON UN BREVE CUENTO DE BORGES

Diálogo sobre un diálogo

[Minicuento - Texto completo.]

Jorge Luis Borges

A- Distraídos en razonar la inmortalidad, habíamos dejado que anocheciera sin encender la lámpara. No nos veíamos las caras. Con una indiferencia y una dulzura más convincentes que el fervor, la voz de Macedonio Fernández repetía que el alma es inmortal. Me aseguraba que la muerte del cuerpo es del todo insignificante y que morirse tiene que ser el hecho más nulo que puede sucederle a un hombre. Yo jugaba con la navaja de Macedonio; la abría y la cerraba. Un acordeón vecino despachaba infinitamente la Cumparsita, esa pamplina consternada que les gusta a muchas personas, porque les mintieron que es vieja… Yo le propuse a Macedonio que nos suicidáramos, para discutir sin estorbo.

Z (burlón)- Pero sospecho que al final no se resolvieron

A (ya en plena mística)- Francamente no recuerdo si esa noche nos suicidamos.

FIN

domingo, 5 de mayo de 2024

capítulo 6 –la música de los sentimientos

 

 


 

caminando por esta casa de escritura de golpe llegamos a un ámbito, un jardín interior en el que algo profundo nos invade

emociones y sentimientos se empiezan a volver intensos

a la vez que nuestra inteligencia racional con todas sus normativas sus juicios de valor, sus reglas empiezan a perder fuerza y a diluirse

sabemos que estamos otra vez en el universo de la poesía, pero en uno muy especial –porque hay otros que ya mencionaremos y son diferentes-

es esta escritura sensible, sentimental, romántica

donde encontramos que el escribir es también una vivencia muy particular

como en el amor, la razón pierde sus armas

y también donde asumimos –aunque en ello también hay belleza- de exponernos a la intensidad del sentir, que puede ser un doler a la vez

como el poeta Rubén Darío que termina envidiando a las piedras:

Lo fatal

Rubén Darío

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,

y más la piedra dura, porque ésa ya no siente,

pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,

ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,

y el temor de haber sido y un futuro terror...

Y el espanto seguro de estar mañana muerto,

y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,

y la carne que tienta con sus frescos racimos,

y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

y no saber adónde vamos,

¡ni de dónde venimos!..

 

o la expresión tan sentida de César Vallejo en “Los heraldos negros”

Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre… Pobre… ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!

imagino en ese jardín una especie de cartel de advertencia: no es un lugar para quedarse atrapado, hay que poder salir de allí y en todo caso volver cada tanto

existen personas que quedan allí en una escritura siempre lacrimosa, que se vuelve un yo víctima de la vida y del sentir permanente, cayendo incluso hacia cantos de autodestrucción y suicidio que puede volverse un poco enfermedad o un raro alarde de dolor como quienes a veces se autoproclaman “poetas malditos” (un paso por el que algunos me incluyo atravesamos en la adolescencia)

tal vez Alejandra Pizarnik, pero con un don poético a la vez maravilloso haya sido bastante atrapada en esta “maldición” de la poesía sensible

Afuera hay sol.
No es más que un sol
Pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.
Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y sedientos de realidad
bailan conmigo
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.

Julio Cortázar su gran amigo incluso la “reta” por ello en una carta:

Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta de todo lo que me escribís? Sí, desde luego te das cuenta, y sin embargo no te acepto así, no te quiero así, yo te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la confianza –y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la muerte. Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es también vos, lo sé, pero no es todo y además no es lo mejor de vos. Salir por esa puerta es falso en tu caso, lo siento como si se tratara de mí mismo. El poder poético es tuyo, lo sabés, lo sabemos todos los que te leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese poder era el antagonista frente a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos, hoy, matan otra cosa que poetas, ya no queda ni siquiera ese privilegio imperial, queridísima. Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con esto que nos envuelve a todos, llámale la luz o César Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria. Sólo te acepto viva, sólo te quiero Alejandra.

pero bueno su vida también tuvo un recorrido de salud mental muy duro que dejamos allí y seguimos amando su poesía que no toda es dolor pero siempre invitación a sentir:

una mirada desde la alcantarilla

puede ser una visión del mundo

la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos

 

Otro espacio de este jardín es sagrado para algunas personas que es el de la escritura de la fe y la devoción

el sentimiento allí por dios, por santos, por deidades populares es intenso y expresa poesía más allá de la razón, como en la poesía mística de los poetas sufíes –Rumi- o la unión mística de San Juan de la Cruz, tremendo poeta del año 1500

LLAMA DE AMOR VIVA

Canciones del alma en la íntima comunicación,
de unión de amor de Dios. 


1. ¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva,
acaba ya, si quieres;
¡rompe la tela de este dulce encuentro!

2. ¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,
que a vida eterna sabe,
y toda deuda paga!
Matando. muerte en vida la has trocado.

3. ¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su Querido!

4. ¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo moras
y en tu aspirar sabroso,
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!

más poemas Juan de la Cruz 

 

 

incluso los rezos son poemas, están escritos en verso e incluyen los recursos de la poesía en todas las religiones del mundo

luego andaremos por otros pasillos también de la poesía donde hay otros juegos de la inteligencia, donde re aparece lo intelectual de la literatura, el arte, la experimentación,, donde además nos podremos “meter” con temas conflictivos y dolorosos sin estar tan a riesgo y a flor de piel y eso no dejará de ser poesía sino que será otra ventana otro camino…

con breve alusión a Juan de la Cruz –la “noche oscura” Federico García Lorca también nos lleva al amor sensible :

 

El poeta pide a su amor que le escriba

 

 

Amor de mis entrañas, viva muerte,

en vano espero tu palabra escrita

y pienso, con la flor que se marchita,

que si vivo sin mí quiero perderte.

 

El aire es inmortal. La piedra inerte

ni conoce la sombra ni la evita.

Corazón interior no necesita

la miel helada que la luna vierte.

 

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,

tigre y paloma, sobre tu cintura

en duelo de mordiscos y azucenas.

 

Llena pues de palabras mi locura

o déjame vivir en mi serena

noche del alma para siempre oscura.

 


 

 

en teoría literaria y estudios más escolares y académicos se nos hablará de etapas más “románticas” y subjetivas de la poesía y otras más clásicas y preciosistas, y de la escritura del yo, aunque ya hablaremos del yo en el escribir…

por ahora cierro el capítulo entre lágrimas con la algería de que existe la pasión y el sentir que nos hace vivos frágiles y mágicos aún cuando lloramos una súplica de amor como la de

 

Ne Me Quitte Pas

No me dejes
Es necesario olvidar
Todo se puede olvidar
Quien se escapa ya
Olvidar el tiempo
De los malentendidos
Y el tiempo perdido
A saber cómo
Olvidar estas horas
Quiénes mataban a veces
A golpes de porqué
El corazón de la felicidad
No me dejes
No me dejes
No me dejes
No me dejes

Yo te ofreceré
Perlas de lluvia
Llegadas del país
Donde no llueve
Yo cavaré la tierra
Hasta después de mi muerte
Para cubrir tu cuerpo
De oro y de luz
Haré un ámbito
Donde el amor será rey
Donde el amor será ley
Donde serás reina
No me dejes
No me dejes
No me dejes
No me dejes

No me dejes
Yo te inventaré
Unas palabras absurdas
Que te incluirá
Yo te hablaré
De esos amantes
Quien vio dos veces
Sus corazones abrazarse
Yo te diré
La historia de este rey
Muerto de no haber
Podido encontrarte
No me dejes
No me dejes
No me dejes
No me dejes

A menudo vimos
Reflejarse el fuego
De un antiguo volcán
Que se creía demasiado viejo
Es, parece
de las tierras quemadas
Dando más trigo
Que mejor abril
Y cuando viene la noche
Para que un cielo brille
El rojo y el negro
No se casan
No me dejes
No me dejes
No me dejes
No me dejes

No me dejes
No voy a llorar más
No voy a hablar más
Me esconderé allí
Al mirarte
Bailar y sonreír
Y a escucharte
Cantar y luego reir
Déjame hacerte
La sombra de tu sombra
La sombra de tu mano
La sombra de tu perro
No me dejes
No me dejes
No me dejes
No me dejes


 

capítulo 7 – escribir (con) diálogos

        andando algunos pasos por esta casona de escritura nos acercamos a un recinto en el que se van escuchando distintas voces, como un...