domingo, 5 de mayo de 2024

capítulo 6 –la música de los sentimientos

 

 


 

caminando por esta casa de escritura de golpe llegamos a un ámbito, un jardín interior en el que algo profundo nos invade

emociones y sentimientos se empiezan a volver intensos

a la vez que nuestra inteligencia racional con todas sus normativas sus juicios de valor, sus reglas empiezan a perder fuerza y a diluirse

sabemos que estamos otra vez en el universo de la poesía, pero en uno muy especial –porque hay otros que ya mencionaremos y son diferentes-

es esta escritura sensible, sentimental, romántica

donde encontramos que el escribir es también una vivencia muy particular

como en el amor, la razón pierde sus armas

y también donde asumimos –aunque en ello también hay belleza- de exponernos a la intensidad del sentir, que puede ser un doler a la vez

como el poeta Rubén Darío que termina envidiando a las piedras:

Lo fatal

Rubén Darío

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,

y más la piedra dura, porque ésa ya no siente,

pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,

ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,

y el temor de haber sido y un futuro terror...

Y el espanto seguro de estar mañana muerto,

y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,

y la carne que tienta con sus frescos racimos,

y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

y no saber adónde vamos,

¡ni de dónde venimos!..

 

o la expresión tan sentida de César Vallejo en “Los heraldos negros”

Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre… Pobre… ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!

imagino en ese jardín una especie de cartel de advertencia: no es un lugar para quedarse atrapado, hay que poder salir de allí y en todo caso volver cada tanto

existen personas que quedan allí en una escritura siempre lacrimosa, que se vuelve un yo víctima de la vida y del sentir permanente, cayendo incluso hacia cantos de autodestrucción y suicidio que puede volverse un poco enfermedad o un raro alarde de dolor como quienes a veces se autoproclaman “poetas malditos” (un paso por el que algunos me incluyo atravesamos en la adolescencia)

tal vez Alejandra Pizarnik, pero con un don poético a la vez maravilloso haya sido bastante atrapada en esta “maldición” de la poesía sensible

Afuera hay sol.
No es más que un sol
Pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.
Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y sedientos de realidad
bailan conmigo
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.

Julio Cortázar su gran amigo incluso la “reta” por ello en una carta:

Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta de todo lo que me escribís? Sí, desde luego te das cuenta, y sin embargo no te acepto así, no te quiero así, yo te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la confianza –y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la muerte. Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es también vos, lo sé, pero no es todo y además no es lo mejor de vos. Salir por esa puerta es falso en tu caso, lo siento como si se tratara de mí mismo. El poder poético es tuyo, lo sabés, lo sabemos todos los que te leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese poder era el antagonista frente a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos, hoy, matan otra cosa que poetas, ya no queda ni siquiera ese privilegio imperial, queridísima. Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con esto que nos envuelve a todos, llámale la luz o César Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria. Sólo te acepto viva, sólo te quiero Alejandra.

pero bueno su vida también tuvo un recorrido de salud mental muy duro que dejamos allí y seguimos amando su poesía que no toda es dolor pero siempre invitación a sentir:

una mirada desde la alcantarilla

puede ser una visión del mundo

la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos

 

Otro espacio de este jardín es sagrado para algunas personas que es el de la escritura de la fe y la devoción

el sentimiento allí por dios, por santos, por deidades populares es intenso y expresa poesía más allá de la razón, como en la poesía mística de los poetas sufíes –Rumi- o la unión mística de San Juan de la Cruz, tremendo poeta del año 1500

LLAMA DE AMOR VIVA

Canciones del alma en la íntima comunicación,
de unión de amor de Dios. 


1. ¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva,
acaba ya, si quieres;
¡rompe la tela de este dulce encuentro!

2. ¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,
que a vida eterna sabe,
y toda deuda paga!
Matando. muerte en vida la has trocado.

3. ¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su Querido!

4. ¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo moras
y en tu aspirar sabroso,
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!

más poemas Juan de la Cruz 

 

 

incluso los rezos son poemas, están escritos en verso e incluyen los recursos de la poesía en todas las religiones del mundo

luego andaremos por otros pasillos también de la poesía donde hay otros juegos de la inteligencia, donde re aparece lo intelectual de la literatura, el arte, la experimentación,, donde además nos podremos “meter” con temas conflictivos y dolorosos sin estar tan a riesgo y a flor de piel y eso no dejará de ser poesía sino que será otra ventana otro camino…

con breve alusión a Juan de la Cruz –la “noche oscura” Federico García Lorca también nos lleva al amor sensible :

 

El poeta pide a su amor que le escriba

 

 

Amor de mis entrañas, viva muerte,

en vano espero tu palabra escrita

y pienso, con la flor que se marchita,

que si vivo sin mí quiero perderte.

 

El aire es inmortal. La piedra inerte

ni conoce la sombra ni la evita.

Corazón interior no necesita

la miel helada que la luna vierte.

 

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,

tigre y paloma, sobre tu cintura

en duelo de mordiscos y azucenas.

 

Llena pues de palabras mi locura

o déjame vivir en mi serena

noche del alma para siempre oscura.

 


 

 

en teoría literaria y estudios más escolares y académicos se nos hablará de etapas más “románticas” y subjetivas de la poesía y otras más clásicas y preciosistas, y de la escritura del yo, aunque ya hablaremos del yo en el escribir…

por ahora cierro el capítulo entre lágrimas con la algería de que existe la pasión y el sentir que nos hace vivos frágiles y mágicos aún cuando lloramos una súplica de amor como la de

 

Ne Me Quitte Pas

No me dejes
Es necesario olvidar
Todo se puede olvidar
Quien se escapa ya
Olvidar el tiempo
De los malentendidos
Y el tiempo perdido
A saber cómo
Olvidar estas horas
Quiénes mataban a veces
A golpes de porqué
El corazón de la felicidad
No me dejes
No me dejes
No me dejes
No me dejes

Yo te ofreceré
Perlas de lluvia
Llegadas del país
Donde no llueve
Yo cavaré la tierra
Hasta después de mi muerte
Para cubrir tu cuerpo
De oro y de luz
Haré un ámbito
Donde el amor será rey
Donde el amor será ley
Donde serás reina
No me dejes
No me dejes
No me dejes
No me dejes

No me dejes
Yo te inventaré
Unas palabras absurdas
Que te incluirá
Yo te hablaré
De esos amantes
Quien vio dos veces
Sus corazones abrazarse
Yo te diré
La historia de este rey
Muerto de no haber
Podido encontrarte
No me dejes
No me dejes
No me dejes
No me dejes

A menudo vimos
Reflejarse el fuego
De un antiguo volcán
Que se creía demasiado viejo
Es, parece
de las tierras quemadas
Dando más trigo
Que mejor abril
Y cuando viene la noche
Para que un cielo brille
El rojo y el negro
No se casan
No me dejes
No me dejes
No me dejes
No me dejes

No me dejes
No voy a llorar más
No voy a hablar más
Me esconderé allí
Al mirarte
Bailar y sonreír
Y a escucharte
Cantar y luego reir
Déjame hacerte
La sombra de tu sombra
La sombra de tu mano
La sombra de tu perro
No me dejes
No me dejes
No me dejes
No me dejes


 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

capítulo 7 – escribir (con) diálogos

        andando algunos pasos por esta casona de escritura nos acercamos a un recinto en el que se van escuchando distintas voces, como un...