lunes, 10 de julio de 2023

capítulo 17 –magia y poesía

 



Este capítulo es como un juego, que como en tantos que proponemos nos invita a un momento niño

ver un mago

galera

conejo

naipe

varita

cuándo en qué momento, pasamos de creen en la magia a no creer

es un duro momento, difícil de identificar

la poesía nació en nuestro primitivo existir como magia

magia imitativa

magia ante la gran naturaleza

magia ritual

magia de curar etc,

con versos, hechizos, dibujos

el misterio de la poesía encierra mucha magia, de alguna manera lo poético es una comprensión poética del mundo que incluye los más profundos poderes de la imaginación

las ideas mágicas permiten que nada sea imposible al escribir, con la libertad del pensamiento sencillamente mágico en el que un niño puede sentir que de un saltito llegará a la luna, y que una estrella le concederá un deseo

el pensamiento mágico forma parte de nuestra vida: tenemos supersticiones propias y colectivas, esperamos cosas de la suerte, hablamos con objetos, plantas y animales pensando que nos entienden, astrología y otras cuestiones están relacionadas con lo que se explica mágicamente

en Julio Cortázar su realismo fantástico encierra esa mirada mágica de vida y escritura:

 

si entendemos por "mágica" toda operación que supone relaciones místicas, fuerzas ocultas puestas en juego, no hay acto, aun en sociedades relativamente avanzadas, que no tenga en cierto grado carácter mágico.3

4 Los primitivos utilizaban diferentes tipos de magia, pero la más usual era la "magia simpática", a través de la cual se alcanzaba el todo por medio de la parte (como en el caso de poseer algún objeto que pertenece a otro); bien se comunicaban propiedades por contacto (un amuleto o fetiche nuevo absorbe las cualidades de otro si se pone a su lado); o bien se producía lo semejante por medio de lo semejante (verter agua para provocar la lluvia). Lévy-Bruhl cita también algún caso de vudú y otros más inocentes como la realización de ceremonias con figurillas para conseguir lo deseado o bien para alejar aquello que se teme35. Pues bien, a estas alturas ya no debe sorprendernos que Cortázar aluda en varias ocasiones a la magia simpática y muestre su confianza en que muchos fenómenos inexplicables para la inteligencia se podrían entender si fuésemos más receptivos a las conexiones ocultas que la magia utiliza. Así, en La vuelta al día en ochenta mundos aparece un capítulo titulado "Yo podría bailar ese sillón -dijo Isadora", en el cual cita algunos casos en los que él ha percibido aquella "identidad de esencia momentánea" por la que ciertos seres u objetos se identifican con otros aparentemente distantes o contradictorios

Cortázar confía, pues, en una especie de determinismo que se puede ejecutar a través de aquel misterioso "azar objetivo" que dispone cíclicamente acontecimientos analógicamente idénticos en escenarios completamente diferentes. De hecho, el acto poético no es para él sino el descubrimiento de esas identidades o analogías, es decir -citando a Antonin Artaud-: "el conocimiento de ese destino interno y dinámico del pensa~niento"~~. Y lo prueba mostrando o aludiendo a esa magia simpática que el artista, en su caso el poeta, proyecta sobre y desde su obra. Así, una clara evocación de que "somos parte de figuras que desconocemos"38 lo constituyen en 62. Modelo para armar las reuniones de un grupo de personajes para tener acceso a la "zona", es decir, a un entendimiento que disuelve las particularidades individuales en una participación comunitaria como si se tratara, salvando las distancias, de una típica representación colectiva entre primitivos tal y como la describe Lévy-Bruhl: [...] en las representaciones colectivas de la mentalidad primitiva, los objetos, los seres, los fenómenos pueden ser, de manera incomprensible para nosotros, a la vez ellos mismos y algo distinto que ellos mismos. De una maliera menos incomprensible, emiten y reciben fuerzas, virtudes, cualidades, acciones místicas, que se hacen sentir fuera de ellos, sin dejar de ser lo que son.

 

artículo

 

fragmentos:

El poeta es un ser privilegiado, un vidente, que logra percibir la unidad de mundos contrarios: el espiritual y el material. El mundo nocturno (tenebroso) y el mundo solar (claridad) se complementan y reúnen en el séptimo verso, situado estratégicamente en el núcleo, en el corazón del poema. Esta unidad se traduce también a través de la palabra vasta. Palabra clave en el lenguaje de Baudelaire, como lo ve muy bien Gaston Bachelard. Insistimos en la idea de que las correspondencias en Baudelaire no son, como muy frecuentemente se piensa, un mero código de analogías sensuales. Representan la suma del ser humano en un solo instante. Bachelard lo dice muy bien al final de su ensayo: “Lo que tienen de vasto la noche y la claridad no debe sugerirnos una visión espacial. La noche y la luz no se evocan por su extensión, por su infinito, sino por su unidad. La noche no es un espacio. Es una amenaza de eternidad…. Nunca el instante poético fue más completo que en ese verso donde se le puede asociar a la vez con la inmensidad del día y de la noche”.

por otro lado, la magia se ha filtrado a la literatura latinoamericana en el llamado realismo mágico:

El realismo mágico se define como una preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común. No es una expresión literaria mágica, su finalidad no es suscitar emociones sino, más bien, expresarlas, y es, sobre todas las cosas, una actitud frente a la realidad. Una de las obras más representativas de este estilo es Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.

 

Una vez Gabriel García Márquez dijo: “Mi problema más importante era destruir la línea de demarcación que separa lo que parece real de lo que parece fantástico. Porque en el mundo que trataba de evocar, esa barrera no existía. Pero necesitaba un tono inocente, que por su prestigio volviera verosímiles las cosas que menos lo parecían, y que lo hiciera sin perturbar la unidad del relato. También el lenguaje era una dificultad de fondo, pues la verdad no parece verdad simplemente porque lo sea, sino por la forma en que se diga.”

 

Aspectos destacables del Realismo mágico

Los siguientes elementos están presentes en muchas novelas del realismo mágico, pero no necesariamente todos se presentan en las novelas y también otras obras pertenecientes a otros géneros pueden presentar algunas características similares.

  • Contenido de elementos mágicos/fantásticos, percibidos por los personajes como parte de la "normalidad".
  • Elementos mágicos tal vez intuitivos, pero (por lo general) nunca explicados.
  • Presencia de lo sensorial como parte de la percepción de la realidad.

 

 

 

se dice  que: La palabra ‘poema’ procede del griego y significa engendrar, causar o dar a luz. Una palabra mágica que ha dado lugar a múltiples manifestaciones literarias a lo largo de la historia.

otro interesante artículo nos cuenta una relación antigua entre magia y poesía:

La magia acompaña el desarrollo de la vida humana sobre la tierra. Tan mágico le pareció al hombre de las cavernas ver cómo brotaba el fuego por la frotación de dos maderas o por el choque de dos piedras, como el "hacer llover" por la imitación del ruido de la lluvia. En estas dos operaciones el impulsor es el deseo: deseo de obtener fuego para cocer los alimentos o para combatir el frió; deseo de atraer la lluvia sobre la tierra. La magia nace del deseo: cuando el hombre desea algo ardientemente, desarrolla estrategias para alcanzarlo. Cuando en el desarrollo de esas estrategias y mecanismos predominan la imaginación y el sentimiento por encima de la lógica y el raciocinio, surge la acción mágica. El ritual mágico se basa en la fe en el poder del pensamiento, la "omnipotencia del pensamiento", para "ordenar” elementos de la realidad cotidiana en caprichosas combinaciones de fuerte connotación subjetiva, a fin de alcanzar, irracionalmente, deseos que racionalmente son irrealizables.1 De las múltiples operaciones mágicas posibles interesa aqui la hecha para alcanzar el amor de un hombre o de una mujer desdeñosos; tal es el tema de Teócrito en su Idilio II í>ccppaxei>Tpíou, Las Magas, y de Virgilio en su Bucólica VIII. La lectura de ambos poemas nos ocupará de aquí en adelante y nos permitirá aproximamos a un hecho de palpitante hümanidad, tan antiguo como contemporáneo. El poeta griego y el latino reflejan la ceremonia mágica de su época y arriman, la magia sonora y expresiva de ambas lenguas, griega y latina, para dejamos dos poemas hechiceros.

un curioso libro rescata muchos hechizos que intentaban dominar la magia con un lenguaje bastante poética:

Marmareot Marmaraouot Marmaraot marechthana amarza: maribedth. No desobedezcas, demon de muerto, mis mandatos y nombres; por el contrario, despiertate tu del 370 ocio que te domina, tu, quienquiera que seas, vardn o mujer, y dirigete a todo lugar, a todo camino y a toda casa, y traeme a fulana; impide que coma y beba, y no dejes que fulana intente tomar a otro vardn para el placer, ni 375 al suyo propio, sino solo a mi, fulano; por el contrario, arrastra a fulana por los cabellos, las entrafias, su alma, hacia mi, fulano, en cada momento de su vida, de noche y de dia, hasta que venga a mi, fulano, y permanezca inseparablemente unida a mi, fulano. 380 »’Hazlo, atala durante todo el tiempo de mi vida y obliga a fulana a que sea una servidora para mi, fulano, y que no se separe de mi ni una sola hora de mi vida. Si 385 me haces esto, te dejare descansar en seguida; pues yo soy Barbar Adonais, el que oculta los astros, el brillante dominador del cielo, el sefior del universo (palabras m&gi390 cas Aot Adonais, Sabaot). Yo soy Tot (palabras migicas); 395 trae, ata a fulana de manera que ame, busque apasionadamente, desee a fulano (tu deseo), porque yo te conjuro, demon de muerto, por el terrible, el grande XaeO bapbrenemoun othi larikriphia eueai phirkiralithon yomen er pba400 boeai, para que traigas junto a mi a fulana, de manera que unas cabeza con cabeza, y ates labios con labios, y juntes vientre con vientre, y acerques muslo a muslo y unas lo negro con lo negro y realice sus deseos amorosos fulana conmigo, fulano, durante todo el tiempo de la eternidad.’ 405-430 »Luego graba en el otro lado de la lamina el corazon y los signos, como sigue (esquema formado por Ietras y signos magicos).

**

Toma un ombligo de cocodrilo macho (quiere decir: de un potamogeitOn) y un huevo de escarabajo y un corazon de cinocefalo (quiere decir: mirra, bdlsamo de lirio); 1069 ponlo en un recipiente de turquesa, y, cuando quieras abrir, aplica el ombligo a la puerta diciendo: «n£ thaim tholacb tbechembaor theagon pentatheschi bdti; te invoco a ti, que en lo profundo tienes tu fuerza, para mi, para que yo ten1 0 7 4 ga un camino facil ahora, porque te digo: sauamboch mere cbeozaph Ossala Bimbel pouo toutbd oirerei arnoch». Si quieres llamar fantasmas...

«Te 263 conjuro, demon de muerto, por el mSth. ou macherema phachelezethi aloia bathableouchachi Abaos, omochal arachrauch... ou amerra machertha phachelezethi; haz que se consuma y se derrita Sarapion en el amor de Dioscorus a la que parid Ticoi; quema su corazon, de- 5 rritelo, y seca su sangre por mi amor, deseo, sufrimiento, hasta que venga Sarapion, a quien parid Pasametra, junto a Dioscorus, a la que pario Ticoi, y haga todo lo que yo deseo y continue amandome hasta que llegue al Hades

 

** a veces el formato puede en la poesía evocar esa clase de textos, escribir como un conjuro o un hechizo, pidiendo e invocando, deseando un efecto mágico o incluso inventando nuestras propias palabras mágicas, nuestros abracadabra

Que viene del árabe Abra Kadabra (que se destruya, un hechizo para destruir a una enfermedad). Que viene del arameo Abra cadavra (crearé como diré)

según distintas versiones

por lo menos no cerrarnos a la posibilidad de lo mágico y aprovechar esa libertad en la escritura que siempre es un de nuestros mejores y más profundos poderes mágicos

 

domingo, 2 de julio de 2023

capítulo 16 – viajes por el universo

 



a veces al escribir el tema da la forma y otras la forma da el tema

es lindo cómo juegan las palabras con nosotros en ese sentido

la realidad cotidiana de cada día nos va un poco domesticando los sentidos con la costumbre

y una de las cosas a través de las cuales escapamos de esa jaulita –además del arte-

es viajar

al viajar ya vemos las calles con otros ojos,

percibimos distinto el tiempo,

otros olores.

además de tantas historias contenidas en el por qué viajamos, hacia dónde

con qué deseo

 

un arte de la escritura, y un elemento a tomar a mano es casi un arte postal y crónica

que es escribir diarios de viaje

a veces tienen formato de carta: le estoy contando a alguien

“Llegué a Cañuelas, lo imaginaba más pequeño, no sabés que lindo el barcito frente a la plaza”

A veces casi turístico:

“Al llegar a Godoy Cruz se puede apreciar la cordillera de los andes y un parador con ricas degustaciones”

pero aquí lo que interesa es la parte interna, lo que nos pasa con los viajes

 

tomado de por ahí, literaturas diversas de la historia que tienen viaje:

Homero, La Odisea
Kavafis, K. Itaca
Calvino, I. Las ciudades invisibles
Baricco, A. Seda
Huart, H. Viajera crónica
Enriquez, E. Alguien camina sobre tu tumba
Theroux, P. El viejo expreso de la Patagonia
Bradbury, R. Crónicas marcianas

Saint Exupery, A. El principito
Rojas, R. Archipiélago. Tierra del Fuego

un interesante artículo nos plantea lo siguente:

 

Pero vuelvo a preguntarme: ¿cómo escribir una crónica de viaje hoy, cuando ya hemos visto decenas de programas de viajes en la televisión y de películas ambientadas en casi cualquier lugar, y cuando las guías nos dicen en detalle qué ruta seguir en cualquier ciudad y qué autobús tomar en el aeropuerto y cuánto nos costará un café con leche o una pinta de cerveza en un suburbio cualquiera, y cuando todos más o menos sabemos, o creemos saber, cómo viven los nativos de Samoa, los obreros de Shanghai, los aristócratas monegascos y los campesinos de Nicaragua?

Una vez escuché a alguien contar que, cuando iba a conocer las Cataratas del Iguazú, se preguntó cómo hacer para ver ese espectáculo por primera vez, más allá de todas las imágenes que había visto en fotos o por televisión. Su método fue tratar de ponerse mentalmente en la piel de un conquistador español que hubiera llegado hasta allí sin tener mucha idea de con qué se encontraría y que, tras seguir el rastro de un ruido descomunal, corriera unos matorrales con la mano y viera, de pronto, esa maravilla. Yo mismo, cuando visité las Cataratas años después, traté de utilizar la misma técnica. Sin embargo, todo aquello me pareció tan imponente que no necesité de tretas mentales. La experiencia me resultó, en sí misma, extraordinaria.

En el fondo, es de eso de lo que se trata: de la experiencia. Y el relato trata de transmitir el sentido de esa experiencia. Un sentido que no se construye a partir de las cosas que se pueden hacer en un lugar, como las que apunta una guía turística o un programa de viajes en televisión, ni un listado de las cosas que se han hecho, como representa el casi siempre tedioso álbum de fotos que los que vuelven muestran a sus familiares y amigos. Ese sentido tiene que ver con la capacidad de los viajes de —como dice una canción de Ismael Serrano— traer a otros vistiendo nuestros cuerpos. Si las crónicas de viaje han de seguir existiendo, ese seguirá siendo su objetivo. Igual que en tiempos de la Odisea.

4

Me planteo todos estos cuestionamientos porque acabo de hacer un viaje y me pregunto cómo escribir, si es posible, si tiene sentido, una crónica. Estuve en un pueblito de mil habitantes, en el norte de la provincia de Santa Fe, Argentina. Fueron varios días en un mundo distinto, alejado del mío en el espacio y, en cierto modo, también en el tiempo. Unos cuantos de esos mil habitantes pertenecen a la misma familia que yo. Entre ellos mi abuela, que en realidad no vive en el pueblo, sino en una casita en las afueras. En medio del monte. No tiene luz eléctrica, ni agua corriente, ni gas, ni por supuesto teléfono. Tiene cerdos y gallinas y chivos y una cocina a leña y un cielo nocturno atiborrado de estrellas. Mi abuela cumplió 90 años. Hubo una fiesta, que reunió a unas sesenta personas. Fue todo muy divertido y muy emotivo.

Unos días después de la fiesta, una nena del pueblo, que tiene cuatro años y es hija de un primo mío, me contó con absoluta seriedad que en el monte vive un dinosaurio amarillo que come niñas y que por eso ella tiene que andar con mucho cuidado. Me recordó a las crónicas de ciertos viajeros de siglos atrás que, por ganar la atención de los demás, juraban haber visitado lugares remotos y visto allí monstruos feroces o magias terribles. Pero también me quedé pensando en la seriedad y la sinceridad con la que esa nena me transmitió sus sensaciones. Las lecciones para la escritura se pueden encontrar en los lugares más extraños.

 

Sin embargo me gusta agregar que en la crónica de viaje siempre siempre y por suerte hay algo de invención: no somos una cámara que filma sino un cuento

ninguno de nosotros contaría lo mismo de un viaje a Mar del Plata, ni aunque fueramos juntos el mismo día

para alguno será volver al lugar donde estudió

para otro donde vivía un pariente

para otro ver todo por primera vez

para otro estar ahí sin ganas, preocupado por otras cosa

y infinitos ect.

 

un formato es el cuaderno de bitácora

la defi de wiki es simpática:

La bitácora es un instrumento que se fijaba a la cubierta de las embarcaciones, cerca del timón, para facilitar la navegación en océanos desconocidos. Se trata de un mueble empernado (fijado) en el techo del puente de una embarcación que contiene un compás magnético, sujeto mediante suspensión cardán a fin de contrarrestar el sincronismo transversal y longitudinal del buque. En su exterior lleva la denominada línea de fe que debe estar alineada con el centro del buque o línea de crujía. En su interior se colocan imanes para contrarrestar el campo magnético terrestre. En los costados del cubichete, hay dos esferas de hierro dulce, para anular el desvío producido por el hierro del propio buque y hacer uniforme el campo magnético que rodea a la aguja náutica con objeto de lograr que, en todo momento, señale el norte magnético.

Antiguamente, cuando los buques carecían de puente de mando cubierto, solía guardarse en el interior de la bitácora el, llamado, cuaderno de bitácora para preservarlo de las inclemencias del tiempo. Aunque el nombre se ha popularizado en los últimos años a raíz de su utilización en diferentes ámbitos, el cuaderno de trabajo o de bitácora ha sido utilizado desde siempre. Hoy en día se denomina diario de navegación y, en él, se anotan todos los hechos ocurridos durante la guardia de navegación.

pero más allá de toda fórmula y ejemplos

hay planos posibles como:

escribir en el momento como una crónica

escribir un viaje recordado

suele ser una escritura de la percepción y los sentidos, pero  como dijimos antes todo depende de la historia y el contexto que hace a ese viajar

darnos cuenta de que todo viajar es viajar en el tiempo

contar paisajes

ciudades

lugares

rutas

a veces como un ensueño

capítulo 7 – escribir (con) diálogos

        andando algunos pasos por esta casona de escritura nos acercamos a un recinto en el que se van escuchando distintas voces, como un...