domingo, 23 de abril de 2023

capítulo 8 - ¿preguntas?

 





Cada  pregunta es una música de hablas

a la vez que un puente tendido

a la vez que un pedido de algo, una respuesta aunque ese pedido puede ser nunca respondido

 

Especialmente para este capítulo me interesa jugar con la musicalidad de la pregunta, que es uno de los motivos de que genere tanta poesía

la pregunta es una frase cantada

cuándo la habremos inventado

seguramente

como cuando vemos a bebés

con sonidos guturales y señalando

el rol social de las preguntas es fundamental, pasa por la hora, el nombre el trabajo, es una frase que pide otra frase

pero además es poesía y es filosofía

como en el salmo

Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,

La luna y las estrellas que tú formaste,

Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,

Y el hijo del hombre, para que lo visites?

 

la palabra retórica hace a cosas de la vida cotidiana

La retórica es, desde su fundación disciplinar aristotélica, la «ciencia del discurso», otorgando a éste una finalidad persuasiva y teniendo como objeto los asuntos generales. La retórica devino de inmediato, siguiendo su propia matriz, teoría literaria y, por tanto, disciplina de la serie modernamente denominada ciencia de la literatura. En un sentido reciente y muy general, es disciplina relativa distintos campos de conocimiento (ciencia de la literaturaciencia políticapublicidadperiodismociencias de la educaciónciencias socialesderechoestudios bíblicosmúsica, etc.), que se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje, puestos al servicio de una finalidad persuasiva o estética, añadida a su finalidad comunicativa.1​La retórica tiene su origen en la Grecia clásica, donde se entendía, como se sugiere en la voz latina ars bene dicendi, como la técnica de expresarse de manera adecuada para lograr la persuasión del destinatario. Etimológicamente, retórica es un helenismo que proviene del griego ρητορική [τέχνη], «rhetorikè (téchne)».

La retórica se configura como un sistema de procesos y recursos que actúan en distintos niveles en la construcción de un discurso. Tales elementos están estrechamente relacionados entre sí y todos ellos repercuten en los distintos ámbitos discursivos.

la pregunta retórica es  cómo estás?

el preguntar hace a nuestro ser desde niños

y es insisto

como una canción

-así como tienen música las adivinanzas-

 

“Vivir no es otra cosa que arder en preguntas”. Es una de las frases de Antonin Artaud más hermosas. Asocia en ella la vida y la esencial ignorancia que la define. Nacemos sin saber apenas nada y morimos habiendo resuelto tan solo una mínima parte de esos interrogantes que nos acechan.

 

Para leer en forma interrogativa (Cortázar)

 

Has visto,
verdaderamente has visto
la nieve, los astros, los pasos afelpados de la brisa…
Has tocado,
de verdad has tocado
el plato, el pan, la cara de esa mujer que tanto amás…
Has vivido
como un golpe en la frente,
el instante, el jadeo, la caída, la fuga…
Has sabido
con cada poro de la piel, sabido
que tus ojos, tus manos, tu sexo, tu blando corazón,
había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.

//

¿Seremos entregados a los bárbaros fieros?

¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés?

¿Ya no hay nobles hidalgos ni bravos caballeros?

¿Callaremos ahora para llorar después?

(DARÍO,

 

//

Cuánto vive el hombre, por fin?

Vive mil días o uno solo?

una semana o varios siglos?

Por cuánto tiempo muere el hombre?

Qué quiere decir “para siempre”?

(NERUDA

//

Aquí la pregunta retórica muestra su intencionalidad: solo se puede responder a la interrogación afirmando el contenido idéntico de la pregunta. Se pone en juego así el recurso poético por excelencia, la repetición o reduplicación, no sólo por el hecho de que la segunda estrofa rima perfectamente con la primera sino porque, al repetirla por completo modificando solamente el modo interrogativo de la primera vuelve manifiesto el potencial retórico de la pregunta hecha para quedar sin respuesta

el interrogar es pedir pensar

dejar la pregunta volando en el mundo

pedir que no haya respuesta

poema de Gabriela mistral

¿Cómo quedan, Señor, durmiendo los suicidas?
¿Un cuajo entre la boca, las dos sienes vaciadas,
las lunas de los ojos albas y engrandecidas,
hacia un ancla invisible las manos orientadas?

¿O Tú llegas después que los hombres se han ido,
y les bajas el párpado sobre el ojo cegado,
acomodas las vísceras sin dolor y sin ruido
y entrecruzas las manos sobre el pecho callado?

El rosal que los vivos riegan sobre su huesa
¿no le pinta a sus rosas unas formas de heridas?
¿No tiene acre el olor, sombría la belleza
y las frondas menguadas de serpientes tejidas?

Y responde, Señor: Cuando se fuga el alma
por la mojada puerta de las largas heridas,
¿entra en la zona tuya hendiendo el aire en calma
o se oye un crepitar de alas enloquecidas?

¿Angosto cerco lívido se aprieta en torno suyo?
¿El éter es un campo de monstruos florecido?
¿En el pavor no aciertan ni con el nombre tuyo?
¿O van gritando sobre tu corazón dormido?

¿No hay un rayo de sol que los alcance un día?
¿No hay agua que los lave de sus estigmas rojos?
¿Para ellos solamente queda tu entraña fría,
sordo tu oído fino y apretados tus ojos?

otro chileno Neruda escribió su Libro de las preguntas:

 

¿Es paz la paz de la paloma?

 ¿El leopardo hace la guerra?

 ¿Por qué enseña el profesor

 la geografía de la muerte?

 ¿Qué pasa con las golondrinas

 que llegan tarde al colegio?

 ¿Es verdad que reparten cartas

 transparentes, por todo el cielo?

 VIII

 ¿Qué cosa irrita a los volcanes

 qué escupen fuego, frío y furia?

 ¿Por qué Cristóbal Colón

 no pudo descubrir a España?

 ¿Cuántas preguntas tiene un gato?

 Las lágrimas que no se lloran

 ¿esperan en pequeños lagos?

 ¿O serán ríos invisibles

 que corren hacia la tristeza?

 

preguntas

preguntar es un juego

es narración es poesía

ese ganchito

¿?

le pone mundos a nuestras palabras

muchos o poco o es pregunta

jugar con ese tono

con el pensamiento

con la retórica

domingo, 16 de abril de 2023

Capítulo 7 –Viajar en el tiempo (hacia atrás)

 




(viajar hacia adelante lo veremos cuando abordemos ciencia ficción)

En este cosmos viajar en el espacio es viajar en el tiempo

viajar con la imaginación y el sentir

y la mente

y recordando

 

La memoria es:

“es la capacidad mental que posibilita a un sujeto registrar, conservar y evocar las experiencias (ideas, imágenes, acontecimientos, sentimientos, etc.). El Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española la define así: «Facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado»”

En tanto que el recuerdo es:

“Al hacerlo descubrimos que emana del latín, y más exactamente del vocablo recordari, que estaba compuesto por el prefijo re-, que es equivalente a “de nuevo”, y cordis, que es sinónimo de corazón.

Un recuerdo es la memoria que se hace de algo que ya ha pasado o de lo que ya se habló. El término también se usa para nombrar al aviso o comentario sobre lo pasado.”

Y también una palabra hermosa es evocar:

El acto de evocar implica recordar algún suceso del pasado o a una persona. Por lo general se evocan acontecimientos o individuos que dejaron una huella en aquel que recuerda. Un anciano, por citar un caso, puede evocar su adolescencia cuando se reúne con amigos de aquella época.”

Escribir un recuerdo, o escribir un texto tomando como punto de partida un recuerdo nos transporta, nos lleva en un viaje de vuelta

hay un “volver ahí” que puede volverse tan intenso como imposible

llegamos a eso, lo evocado, con piezas del rompecabezas faltantes que vamos re inventando –todo recuerdo tiene mucho de invento- para suplir esos huecos, lo borrado

Hemos mencionado algunas veces al pasar como el famoso fragmento de la magdalena en En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust como un momento en el que un sabor y un aroma hacen viajar en el tiempo:

 

“Y de pronto el recuerdo surge. Ese sabor es el que tenía el pedazo de magdalena que mi tía Leoncia me ofrecía, después de mojado en su infusión de té o de tila, los domingos por la mañana en Combray (porque los domingos yo no salía hasta la hora de misa) cuando iba a darle los buenos días a su cuarto. Ver la magdalena no me había recordado nada, antes de que la probara; quizá porque, como había visto muchas, sin comerlas, en las pastelerías, su imagen se había separado de aquellos días de Combray para enlazarse a otros más recientes; ¡quizá porque de esos recuerdos por tanto tiempo abandonados fuera de la memoria no sobrevive nada y todo se va disgregando!; las formas externas —también aquélla tan grasamente sensual de la concha, con sus dobleces severos y devotos—, adormecidas o anuladas, habían perdido la fuerza de expansión que las empujaba hasta la conciencia. Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y más fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan, sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo.

 

Proust plantea el tema de la naturaleza involuntaria de los recuerdos. El narrador se sitúa en un momento de su infancia para explicar cómo un estímulo sensorial puede provocar la aparición de recuerdos muy intensos.

Elegimos nuestros recuerdos o se eligen solos? –preguntas similares nos podemos hacer acerca de nuestros sueños-

Un poema surrealista para traer a cuento es Hechos memorables de René Daumal



Hechos Memorables




Acuérdate de tu padre y de tu madre, y de tu primera mentira cuyo indiscreto olor se arrastra por tu memoria.
Acuérdate de tu primer insulto a los que te engendraron: la semilla del orgullo quedó sembrada, resplandeció la fisura quebrando la unidad de la noche.
Acuérdate de los anocheceres de terror en los que el pensamiento de la nada te arañaba el vientre, y volvía sin cesar para picotearte como un buitre; acuérdate también de las mañanas de sol en el cuarto.
Acuérdate de la noche de liberación en la que, al caer tu cuerpo suelto como un velamen, respiraste un poco del aire incorruptible; acuérdate también de los animales pegajosos que te han vuelto a aprisionar.
Acuérdate de las magias, de los venenos y de los sueños tenaces –querías ver, te tapabas ambos ojos para ver, pero no sabías abrir el otro.
Acuérdate de tus cómplices y de los fraudes en común y de ese gran deseo de salir de la jaula.
Acuérdate del día en que desgarraste la tela y te apresaron vivo, inmovilizado ahí mismo en la batahola de bataholas de las ruedas que giran sin girar, contigo adentro, cogido siempre por el mismo instante inmóvil, repetido, repetido, y el tiempo no daba sino una vuelta, todo giraba en tres sentidos innumerables, el tiempo se cerraba al revés (y los ojos de carne sólo veían un sueño, sólo existía el silencio devorador, las palabras eran pieles secas, y el ruido, el sí, el ruido, el no, el alarido visible y negro de la máquina te negaba), el grito silencioso "Yo soy" que el hueso oye, por el cual muere la piedra, por el cual cree morir lo que nunca fue. Y tú no renacías a cada instante sino para ser negado por el gran círculo sin límites, todo pureza, todo centro, todo pureza salvo tú mismo.
Y acuérdate de los días que siguieron, cuando marchabas como un cadáver hechizado, con la certidumbre de ser devorado por el infinito, de ser aniquilado por la existencia única de lo Absurdo.
Y acuérdate sobre todo del día en que querías arrojarlo todo, de cualquier modo. Pero un guardián vigilaba en tu noche, vigilaba mientras dormías, te hizo tocar tu propia carne, te hizo recordar a los tuyos, te hizo recoger tus andrajos.
Acuérdate de tu guardián.
Acuérdate del hermoso espejismo de los conceptos, y de las palabras conmovedoras, palacio de espejos construido en un sótano. Y acuérdate del hombre que vino y lo rompió todo, te tomó con su tosca mano, te arrancó de tus sueños y te obligó a sentarte sobre las espinas del pleno día. Y acuérdate de que no sabes recordar.
Acuérdate de que todo se paga, acuérdate de tu felicidad, pero cuando te trituraron el corazón, era ya demasiado tarde para pagar por adelantado.
Acuérdate del amigo que te tendía su razón para recoger tus lágrimas brotadas de la fuente helada que violaba el sol de primavera.
Acuérdate de que el amor triunfó cuando ella y tú supisteis someteros a su fuego ansioso, rogando morir en la misma llama.
Pero acuérdate de que el amor no es de nadie, de que en tu corazón de carne no hay nadie, de que el sol no pertenece a nadie, ruborízate al contemplar el cenagal de tu corazón.
Acuérdate de las mañanas en que la gracia era como una vara amenazadora que te conducía, sumiso, a través de tus jornadas, ¡bienaventurado el ganado bajo el yugo!
Y acuérdate de que entre sus dedos entumecidos tu pobre memoria dejó escapar el pez de oro.
Acuérdate de los que te dicen: acuérdate. Acuérdate de la voz que te decía: no caigas. Y acuérdate del placer equívoco de la caída. Acuérdate, pobre memoria mía, de las dos caras de la medalla. Y de su metal único".


de “ Poésie noire, poésie blanche”, 1945.

 

 

 

Pero más allá de ese mandato poético que nos hace el poema, está lo que surge solo o lo que surge cuando digo “me acuerdo”

Y eso remite a un ejercicio que han hecho escritores muy lúdicos como Joe Brainard, George Perec y el argentino Martín Kohan

 

sobre el libro de Perec:

Cada uno de los 480 recuerdos de este libro emite una luz fulgente, aunque, como sucede con algunas estrellas, el foco de la que nace ya no existe en el presente en el que Perec los enumera. Somos testigos del imaginario de su infancia: los juegos, las evocaciones del liceo y los momentos que comparte con su primo Henri. Lo vemos pasear rodeado de cines que hoy ya no existen y de supermercados que se han instalado allí donde antes se proyectaban historias, interpretadas por muchos de los actores que son también protagonistas del recuerdo. El mapa físico de Francia, con sus estaciones de metro y bulevares, convive con el político: por las páginas de Me acuerdo se pasean generales nacionales y extranjeros, escándalos políticos, guerras y capitulaciones. Durante los años 50, Perec estudió Sociología e Historia en La Sorbona, por lo que no resulta extraño toparse con estudios que afirman que estas disciplinas tuvieron un gran impacto en su obra literaria. También es relevante el hecho de que, desde 1961 y hasta la fecha de publicación de Me acuerdo, trabajara como archivero en el laboratorio de investigación neurofísica del hospital Saint-Antoine. Esta labor, en la que la recogida de datos era una práctica diaria para Perec, se da la mano con la sistemática enumeración de detalles significativos que compone la médula espinal de Me acuerdo.

Fragmento :

22 Me acuerdo de que un día mi primo Henri visitó una fábrica de tabaco y se trajo un cigarrillo del tamaño de cinco unidos.

 23 Me acuerdo de que, después de la guerra, no había ni chocolate vienés ni de Lieja, y de que, durante mucho tiempo, los he confundido.

 24 Me acuerdo de que el primer microsurco que escuché fue el Concierto para oboe y orquesta de Cimarosa.

25 Me acuerdo de un vigilante del internado que era corso y se llamaba Flack (como la D. C. A. alemana[7]).

26 Me acuerdo de los High Life y de los Naja


 

Acerca de Brainard:

Joe Brainard era tan polifacético que él mismo parecía uno de sus propios collages. Más conocido como artista que como escritor, suinclasificable libro Me acuerdo se consideró una obra excepcional desde su irrupción en 1970 en el panorama literario de Estados Unidos. Su impacto fue tal que, años después, Georges Peres escribió su Je me soubiens bajo el modelo de Brainard, yse lo dedicó a éste. La fórmula es tan simple que escritores como Ron Padgett, poeta y gran amigo de Brainard, se preguntaron: "¿Por qué no se nos habrá ocurrido a nosotros una idea tan elemental ?". Su original forma, basada en un repetición casi de mantra, recoge más de mil evocaciones que empiezan con las palabras Me acuerdo. Se trata de frases, en su mayoría breves, que activan unresorte en la mente al rescatar imágenes con las que han crecido varias generaciones de todo el mundo. Una entrañable mirada a lo más íntimo de la vida de Brainard y un retrato de la cultura y del imaginario popular del Estados Unidos de los cuarenta y los cincuenta

Fragmento:

Me acuerdo de cuando un niño me dijo que las hojas agrias con forma de trébol que solíamos comernos (con florecitas amarillas) tenían unsabor tan agrio porque los perros se meaban encima.

Me acuerdo de que eso no impidió que siguiese comiéndolas.

 Me acuerdo del primer dibujo que recuerdo haber hecho. Era una novia con un vestido con la cola muy larga. Me acuerdo de mi primer cigarrillo. Era de la marca Kent. En una colina. En Tulsa, Oklahoma. Con Ron Padgett.

Me acuerdo de mis primeras erecciones. Creía que tenía alguna horrible enfermedad o algo parecido. Me acuerdo de la única vez que he visto a mi madre llorar. Me estaba comiendo una tarta de albaricoque

LIBRO COMPL BRAINARD


En 1970 el escritor estadounidense Joe Brainard publica un libro titulado Me acuerdo, una colección de frases cortas e imágenes que van conformando una especie de autobiografía muy particular. Cada párrafo comenzaba con la frase “Me acuerdo…”, y lo que rememoraba podían ser cosas de la vida cotidiana o hasta reflexiones sobre el estado del mundo. Y esto es antes de que existiera Twitter.

La idea no podía sino gustarle George Perec, el escritor francés que formó parte del grupo OULIPO (Taller de literatura potencial), que hacía experimentaciones con la escritura cumpliendo alguna consigna determinada: desde una letra a repetir constantemente hasta seguir una especie de ecuación matemática. Así que en 1978 retoma la idea y publica Me acuerdo: cosas comunes.

Ahora Es el turno de Martín Kohan, que en un nuevo libro publicado por Ediciones Godot que se puede conseguir en versión digital, se pone también a ejercitar la memoria y la escritura con una regla fija: enumerar recuerdos.

Narrar memoria es la cosa que menos me interesa en el universo, en cambio enumerar recuerdos me sedujo.

pero traté de no condicionar, justamente, no solo no los busqué sino que me propuse no buscar ningún recuerdo que tuviese una carga de sentido determinada por ninguna razón –política o social o lo que fuera–, sino dar lugar a los recuerdos como fueran viniendo, con las características que tienen: algunos son importantes, otros son totalmente banales, algunos pueden significar muchísimo para mí y para los demás nada, otros puede ser muy significativos para otros y quizás no tanto para mí, sin embargo si me lo acuerdo, lo puse… Pero sí claramente no tener la premeditación de decir “bueno, que entre algo de lo social, que entre algo de la dimensión política de esos años”, y cuando el recuerdo venía, aparecía tal escena, me acordaba de algo, estar especialmente alerta para esta clase de recuerdos, para que entraran si legítimamente habían había llegado a mí: tal recuerdo de tal situación política del mismo modo que el teléfono de Néstor Frenkel. O sea, tenía que tenía que tener el mismo derecho de ingreso al texto y no pensar “bueno, acá hay que poner un poco más de tal cosa o tal otra”. Solo entra con el sentido que de que me acuerdo de eso.

 

El comentario de Kohan nos da una luz acerca de despegar este ejercicio de otra experiencia parecida pero diferente que es la autobiografía, el diario, las memorias

Es como jugar a momentos casi de tarjeta postal, reecontrarse intensamente con sensaciones, colores, emociones, paisajes, pensamientos, alegrías y enojos, etc

con la libertad de escribirlos y al escribir en ese mismo juego libre ir descucbriendo qué matices tiene nuestra manera de recordar, tan personal de cada persona, que es lo que internamente hemos “elejido” guardar y tener como recordable

es muy posible y muy frecuente que en estas experiencias de escribir aparezcan cosas y detalles que no sabíamos que recordábamos, una de las sorpresas y motivos para lanzarnos a este ejercicio

que también puede convertirse llegado el caso en literatura: ser la semilla de un cuento, una novela, una obra de teatro un poema y varios etcéteras


domingo, 9 de abril de 2023

capítulo 6 –polvo de estrellas: la magia de la metáfora

 

el uso de la metáfora lo asociamos con la poesía porque la escuela nos deja esa mirada, que es cierta pero que no da cuenta de la presencia de lo metafórico de manera casi infinita en nuestro universo hecho de lenguaje

como veremos la metáfora es esa construcción con palabras que

 reemplaza

transporta

imita

compara

un aparato fabuloso creado durante decenas de miles de años como el lenguaje tiene una infinidad de posibilidades para abarcar realidades –internas o externas- para trastocar lo que es, lo que se imagina, crear realidades nuevas

comparar dos cosas ya es crear una nueva, una nueva relación entre dos cosas  por un aspecto real o una ocurrencia:

 

se utiliza para expresar una idea o concepto a través de una comparación implícita entre dos elementos que no son literalmente iguales, pero que comparten alguna similitud o característica en común. En lugar de describir directamente un objeto o idea, la metáfora utiliza palabras o frases que representan algo diferente para crear una imagen mental en la mente del oyente o lector. Por ejemplo, la frase "el mundo es un escenario" es una metáfora que compara el mundo con un escenario para ilustrar la idea de que la vida es como una obra de teatro en la que todos tienen un papel que desempeñar. Las metáforas se utilizan con frecuencia en la poesía, la literatura y el lenguaje cotidiano para crear imágenes más vívidas y memorables en la mente del receptor.

El poeta imita todas las acciones humanas, tanto las que son como las que podrían ser o haber sido. Siempre aparece la dimensión de lo posible como sobredimensión de lo real. Lo imitable no son las cosas de la naturaleza sino la acción misma que produce la naturaleza y su orden teleológico. El poeta es más artesano de fábulas que de versos, ya que poiesis es ante todo imitación de acciones humanas. Esta tensión entre realidad y ficción es paradojal, como si para penetrar cierto nivel de realidad, tuviésemos que alejarnos de ella, separarnos, ponernos en la justa distancia que exige la distancia poética.

Algunas frases Borges sobre la metáfora:

 Cuando la vida nos asombra con inmerecidas penas o con inmerecidas venturas, metaforizamos casi instintivamente. Queremos no ser menos que el mundo, queremos ser tan desmesurados como él.

Definamos, pues, la metáfora como una identificación voluntaria de dos o más conceptos distintos, con la finalidad de emociones, y estudiemos algunas de sus formas

También cita una aseveración de Lugones que se puede parafrasear en que toda palabra es una metáfora

y esto lo podemos entender pensando en el origen, en la etimología de cada palabra como una construcción de un sonido que ya reemplaza –y transporta – metafóricamente a un elemento de la realidad

por ejemplo la palabra pared viene de un origen *per indoeuropeo que significaba asignar, dividir

esa construcción tuvo entonces un sonido que reúne su forma, las funciones que cumple, un concepto de propiedad, etc.

La metáfora proviene del latín metaphŏra y del griego μεταφορ que significa traslación, caminante que después del tiempo vuelve a contar lo que los senderos le han enseñado.

Sabemos que la metáfora por ejemplo ha servido para expresar temas graves y evitar  la censura, como cuando Charly García compone Canción de Alicia en el país…

Ricoeur, filósofo y antropólogo dedicó muchos estudios sobre la metáfora

traza una teoría en la que habla de metáfora viva

“Ricoeur, a partir de su teoría en La Metáfora viva (1975), de la metáfora como innovación semántica  que (por mediación de la imaginación creadora) posee la fuerza heurística de producir, tanto la tensionante apertura hacia nuevos sentidos (metafóricos) como la apertura de una referencia metafórica, en el nivel del enunciado, traslada o, más bien, amplía esta operación poética del nivel de la frase al nivel hermenéutico del texto, para dotar así a los textos de ficción y, por extensión a las obras de arte, de esta capacidad innovadora de producir sentidos otros y proponer así nuevas formas de leer al mundo.

“viva” en tanto innovación lo suficientemente poderosa para producir una conmoción, un desajuste en el nivel de los cánones ordinarios de predicación, íntimamente relacionada al carácter de resistencia a la cristalización de su sentido, que da lugar, entonces, a innumerables lecturas y resemantizaciones a lo largo de la historia”

 

el poeta mexicano Octavio Paz también nos habla de la fuerza de la metáfora:

Octavio Paz, devoto de la metáfora, atribuye a ella un poder de desdoblamiento casi infinito. Poder que, según él, es inherente a todo procedimiento analógico, una vez que, como demostró Lévi-Strauss, todo sistema de relaciones engendra otro, en una cadena continua. Para la razón analógica de Paz todo es metáfora: la realidad, el lenguaje, el metalenguaje. La palabra, en tanto que una pequeña combinación hecha de afinidades y oposiciones entre sonido, imagen y significado, ya es una metáfora. El mundo, por no ser un conjunto de cosas, sino de signos, es, por eso mismo, también una metáfora. De ahí que no exista, según él, una palabra original: "cada una es metáfora de otra palabra que es una metáfora de otra y así sucesivamente".^ Ese encadenamiento metafórico forma, bajo esa óptica, una constelación (imagen cara a Octavio Paz) en la cual la "fuente puntual de verdad" o de origen deja de existir, porque, aunque el movimiento (o ritmo) que rige esa cadena se repita, los elementos se transforman, generando una pluralidad de textos y borrando cualquier indicio de un supuesto texto original. “

Aquí una de tantas posibles clasificaciones de las metáforas:

1.      Metáfora común. También conocida como metáfora simple o impura, relaciona de manera directa el término real con el imaginativo. Como por ejemplo en los casos: “es un manojo de nervios” o “el tiempo es oro”.

2.      Metáfora pura. En este tipo de metáfora el término imaginativo sustituye completamente al término real. Ejemplo de esta metáfora son: “tiene una piedra en el pecho” o “atardecer de la vida”.

3.      Metáfora preposicional. En estas metáforas, el término real está relacionado al término imaginativo por medio de una preposición, como en los casos: “ojos de fuego” o “cabellos de oro”.

4.      Metáfora aposicional. Se trata de una expresión metafórica en la que no existe nexo entre el término real y el imaginativo. Ejemplos de estas metáforas son: “juventud, divino tesoro” o “la lluvia, llanto del cielo”.

5.      Metáfora negativa. Básicamente, las metáforas negativas son aquellas que incluyen un adverbio de negación. Ejemplos son estos casos: “niños no, ángeles” y “estrellas, no ojos”.

 

con un ejemplo de las que usamos cotidianamente, toma de un sitio para niños:

  1. Tiene aspecto de oso y carácter de ratón.
  2. Está que echa chispas.
  3. Lo tienen bajo la lupa.
  4. Me golpeó la noticia.
  5. Eres la luz de mi vida.
  6. Miré las perlas de su boca.
  7. Dos esmeraldas brillaban en sus ojos.
  8. Estoy entre la espada y la pared.
  9. Me robó una sonrisa.
  10. Las nieves del tiempo platearon su sien.
  11. Ese proyecto está en pañales.
  12. Llovía endemoniadamente.
  13. El sol iluminaba una calle triste.
  14. Es una tumba.
  15. Lágrimas de cocodrilo.
  16. Su corazón es un desierto.
  17. Esas hermanas son dos gotas de agua.
  18. Mi primo es un sol.
  19. Sus palabras me tocaron el alma.
  20. Se escuchaba el lamento de las guitarras.
  21. Un sapo gordo como un camión.
  22. Al aprobar, sintió tocar el cielo con las manos.
  23. Sentir mariposas en el estómago.
  24. Su corazón es un pozo infinito.
  25. Aquella situación le ahogaba.
  26. La tierra era gris como el arrepentimiento.
  27. Lloró ríos de lágrimas.
  28. Tiene el ánimo por el suelo.
  29. Le tienen bajo lupa.

 

 

 

 

En poesía retomo el mismo ejemplo del año pasado, el de este poema canción:

Las golondrinas

poema/ canción de Jaime Da´valos

¿Adónde te irás volando por esos cielos
Brasita negra que lustra la oscuridad?
Detrás de tu vuelo errante mis ojos gozan
¡La inmensidad... la inmensidad!

Veleros de las tormentas, se van las nubes
En surcos de luz dorada se pone el sol
Y como sílabas negras, las golondrinas
¡Dicen adiós... dicen adiós!

Vuela, vuela, vuela, golondrina
Vuelve del más allá
Vuelve desde el fondo de la vida
Sobre la luz, cruzando el mar
Cruzando el mar

Un cielo de barriletes tiene la tarde
El viento en las arboledas cantando va
Y desandando los días, mi pensamiento
¡También se va... también se va!

Cuando se acorten los días junto a mi sombra
Y en mi alma caiga sangrando el atardecer
Yo levantaré los ojos pidiendo al cielo
¡Volverte a ver... volverte a ver!

Vuela, vuela, vuela, golondrina
Vuelve del más allá
Vuelve desde el fondo de la vida
Sobre la luz
¡Cruzando el mar... cruzando el mar!

-con música de Eduardo Falú-




Como ya hemos hablado acerca de la poesía, las metáforas no tienen una “traducción” exacta y no siempre se “entienden” con nuestra comprensión racional y cotidiana de las palabras.

Al momento de ponernos a escribir los juegos para inventar metáforas son muchos. Relaciones entre cosas parecidas o completamente diferentes

oposiciones, absurdos, imaginación y color

dejarse llevar y que el sentido metafórico se construya solo

encontrarse con esa epifanía, un pequeño momento de iluminación, cuando una metáfora extraña surge en nuestro escribir

casi sin que podamos entender de dónde salió

como en los sueños, en los que imágenes bellas y locas –y también oscuras y angustiosas- expresan construcciones de lo más profundo de nuestro ser

en la metáfora aflora una poesía interna, un encuentro con el asombro

una de las maneras de devolverle al lenguaje –que en lo cotidiano se nos achica en sus funciones utilitarias- su magia, sentir esa magia en la metáfora

en lo que nos hace expresar, en lo que nos produce extrañamiento y en lo que nos divierte


domingo, 2 de abril de 2023

Capítulo 5 – mundos que se cruzan: diálogos

 





Jorge Luis Borges:

 El diálogo es uno de los mejores hábitos del hombre, inventado -como casi todas las cosas- por los griegos. Es decir, los griegos empezaron a conversar, y hemos seguido desde entonces.

texto borges lindo click

el lenguaje nos ata, nos anuda, nos teje y entreteje

es comunicación, puente, lazo social, puerta y ventana de uno al otro

de maneras muy especiales

no es lo mismo lo que digo siempre que

lo que el otro escucha

todo uso de la palabra es necesariamente –y por suerte diría- teléfono descompuesto

eso enriquece nuestra vida

el diálogo ha sido valorado por la literatura, la filosofía y la psicología

comunica pero también libera o trasmite una enseñanza o revela la solución de un problema con las palabras en un acto de acción viva

 

tomado de Wikipedia:

El diálogo es una manera de comunicación verbal o escrita en la que se comunican dos o más personas en un intercambio de información, alternándose el papel de emisor y receptor.1​ Siguiendo esta definición, en un diálogo hay que tener en cuenta lo siguiente:

·         Para que se produzca el diálogo, es indispensable un intercambio de papeles entre los denominados interlocutores. Este cambio de papeles entre emisor y receptor se denomina turnos de palabra o intervenciones.2

·         Estrictamente el diálogo es oral, pero también puede encontrarse escrito, como ocurre en las novelas. Al mismo tiempo se utiliza signos no verbales, como son los signos paralingüísticos y los signos cinésicos. Entre los signos paralingüísticos destaca la intensidad de la voz, y entre los signos cinésicos destacan los gestos y las posturas.

También se usa como la tipología textual en la lingüística y en la literatura cuando aparecen dos o más personajes al usar el discurso diegético, llamados interlocutores. Razón por la cual constituye la forma literaria propia del mismo género (dramático), así mismo, se divide en parlamentos (retórica) u oraciones entre personajes que se dirigen mutuamente la palabra.

Un diálogo puede consistir desde una amable conversación hasta una acalorada discusión sostenida entre los interlocutores; empleado en géneros literarios como la novela, el cuento, la fábula, el teatro o la poesía. En una obra literaria, un buen diálogo permite definir el carácter de los personajes: la palabra revela intenciones y estados de ánimo, en definitiva, lo que no se puede ver, por consiguiente en ello radica su importancia. Esta modalidad exige un gran esfuerzo de creación, ya que obliga a penetrar en el pensamiento del personaje, como en el caso de Edipo rey de Sófocles.

por otro lado la dialéctica es de lo que decimos pero también de las cosas

La dialéctica —del griego διαλεκτική (dialektikḗ), τέχνη (tékhnē), literalmente: técnica de la conversación; con igual significado, en latín (ars) dialectica— es una rama de la filosofía cuyo ámbito y alcance han variado significativamente a lo largo de la historia.

Originariamente, designaba un método de conversación o argumentación analógica a lo que actualmente se llama lógica. En el siglo xviii el término adquirió un nuevo significado: la teoría de los contrapuestos en las cosas o en los conceptos, así como la detección y superación de estos contrapuestos.

De manera más esquemática puede definirse la dialéctica como el discurso en el que se contrapone una determinada concepción o tradición, entendida como tesis, y la muestra de los problemas y contradicciones, entendida como antítesis. De esta confrontación surge, en un tercer momento llamado síntesis, una resolución o una nueva comprensión del problema. Este esquema general puede concretarse como la contraposición entre concepto y cosa en la teoría del conocimiento, a la contraposición entre los diferentes participantes en una discusión y a contraposiciones reales en la naturaleza o en la sociedad, entre otras.

lo que hablamos lo que escribimos lo que pensamos dialoga siempre con el mundo, con los demás, con lo que somos, con el universo

por otra parte el diálogo como género de escritura es una característica de nuestra época por las actuales tecnologías, chat, whatsapp

el uso de audios en lugar de las llamadas es una composición del diálogo con sus pausas, su invitación a una respuesta

 

hay diálogos y diálogos

de igual a igual

amistosos

de confrontación

diálogos como la mayéutica de Sócrates en platón donde el otro es el partenaire de una especie de monólogo

fluidos

entrecortados

en la escritura literaria da voz a  los personajes, lo hace existir

-el lenguaje es una cadena que cuando se pone a funcionar ese “desencadenante” crea sus respuestas, nos atrapa como significantes y puede incluso no importar el sujeto-

comentario sobre la Inteligencia Artificial

el juego del diálogo sea en un texto narrativo, teatro o incluso poesía, se juega con el simple símbolo del guión

-

algunos sitios españoles insisten en que en lugar del guión se utiliza la línea de diálogo, unos milímetros más largo que el guión común, pero no lo tenemos en los teclados

hay muchas maneras y seguramente conviene la que no permita fluir más cómodos

-disculpe, usted es la dueña de los departamentos ?–dijo Luis.

-no, yo solo soy una inquilina –respondió Laura

 

o

Luis le preguntó a Laura

-disculpe, usted es la dueña de los departamentos?

-no, yo solo soy una inquilina

o también (sin guiones)

Disculpe, usted es la dueña de los departamentos, le preguntó Luis a Laura que distraídamente contestó: no, yo solo soy una inquilina.

también a la manera teatral

Luis: - disculpe, usted es la dueña de los departamentos ?

Laura: -no, yo solo soy una inquilina

en poesía el verso libre nos permite no usar ninguna puntuación

 

una de las dificultades que encontramos es esa sensación incómoda de que escribiendo no logramos emular la fluidez real del diálogo tal como lo experimentamos en la vida real cotidiana, que nos invade al escribir una cierta artificialidad

lo que no está mal, solo depende de lo que estamos deseando escribir

los códigos del arte son artificiales y el lector siempre entra en ese juego –es como hemos mencionado varias veces el empezar a escribir de tú –

el diálogo de una conversación entre personajes en persona, o la recreación de una llamada telefónica, o un diálogo más lento por carta, todas estas son opciones y más

son diálogos enmarcados, situados, ahí está parte de la clave

esforzar la imaginación para armarnos internamente (no hace falta nombrarlos en el texto) un escenario con detalles del contexto de esa conversación o diálogo

 

antes de terminar, un lindo ejemplo del diálogo puesto a jugar en la poesía por el amado Federico García Lorca:

LIBRO COMPLETO CRONOPIOS

Balada de la placeta

 

 

               

1919

 

Cantan los niños

en la noche quieta;

¡arroyo claro,

fuente serena!

 

LOS NIÑOS

 

¿Qué tiene su divino

corazón en fiesta?

 

YO

 

Un doblar de campanas

perdidas en la niebla.

 

LOS NIÑOS

 

Ya nos dejas cantando

en la plazuela.

¡Arroyo claro,

fuente serena!

 

¿Qué tienes en tus manos

de primavera?

 

YO

 

Una rosa de sangre

y una azucena.

 

LOS NIÑOS

 

Mójalas en el agua

de la canción añeja.

¡Arroyo claro,

fuente serena!

 

¿Qué tienes en tu boca

roja y sedienta?

 

YO

 

El sabor de los huesos

de mi gran calavera.

 

LOS NIÑOS

 

Bebe el agua tranquila

de la canción añeja.

¡Arroyo claro

fuente serena!

 

¿Por qué te vas tan lejos

de la plazuela?

 

YO

 

¡Voy en busca de magos

y de princesas!

 

LOS NIÑOS

 

¿Quién Te enseñó el camino

de los poetas?

 

YO

 

La fuente y el arroyo

de la canción añeja.

 

LOS NIÑOS

 

¿Te vas lejos, muy lejos

del mar y de la tierra?

 

YO

 

Se ha llenado de luces

mi corazón de seda,

de campanas perdidas,

de lirios y de abejas,

y yo me iré muy lejos,

más allá de esas sierras,

más allá de los mares,

cerca de las estrellas,

para pedirle a Cristo

señor que me devuelva

mi alma antigua de niño,

madura de leyendas,

con el gorro de plumas

y el sable de madera.

 

LOS NIÑOS

 

Ya nos dejas cantando

en la plazuela,

¡arroyo claro,

fuente serena!

Las pupilas enormes

de las frondas resecas

heridas por el viento,

lloran las hojas muertas.

 

Las pupilas enormes

de las frondas resecas

heridas por el viento,

lloran las hojas muertas.

 

Podemos imaginar miles de diálogos infinitos lindos de ser escritos:

entre un abuelo y su nieto

entre dios y el diablo, entre el abogado y el fiscal, entre la vecina y su gato

entre dos adolescentes saliendo de la escuela, entre el psicólogo y su paciente, entre un chofer de remis con alguien sin ganas de hablar,

entre dos enamorados

entre dos des enamorados

entre una persona y su espejo –ya trabajaremos monólogo

entre un profesor y sus alumnos, entre un policía y un preso

entre un cronopio y una flor

 

Flor y cronopio

Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a arrancar, pero piensa que es una crueldad inútil y se pone de rodillas a su lado y juega alegremente con la flor, a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba como una abeja, huele su perfume, y finalmente se acuesta debajo de la flor y se duerme envuelto en una gran paz.

 

La flor piensa: «Es como una flor».

 

 https://www.textosenlinea.com.ar/cortazar/Historias%20de%20cronopios%20y%20famas.pdf

 

Julio Cortázar - Historias de cronopios y de famas


capítulo 7 – escribir (con) diálogos

        andando algunos pasos por esta casona de escritura nos acercamos a un recinto en el que se van escuchando distintas voces, como un...