domingo, 26 de junio de 2022

capítulo 15 – mostrar con palabras: la descripción


Una especie de ejercicio o juego puede ser proponerse ante un objeto común y aparentemente insignificante (por ejemplo un capuchón de lapicera) hacer una descripción extensa. Exprimirse y buscar miles de palabras para ponerle a algo que parece no necesitar descripción.

Cómo describimos un espacio, un lugar, un paisaje. Usamos las formas que nos parecen “objetivas”: los colores, los tamaños, aromas, texturas. Usamos semejanzas y comparaciones. Usamos lugares comunes, frases hechas, muletillas. Tratamos de armar con palabras un cuadro que también es un escenario de algo: de unas acciones, una historia o incluso de unos sentimientos.

La descripción aplicada a personas incluye un universo muy especial de cosas así que la dejamos para otro día del bestiario de escritura.

algunas definiciones tomadas de por ahí:

 la descripción puede entenderse como una representación verbal que expone los rasgos y características particulares de un objeto, lugar, persona, espacio, entre otros, y que a su vez los diferencia de los demás.

-Descripción, en primer lugar, deriva del latín, exactamente de “descriptio”, que puede traducirse como “la acción y el efecto de escribir sobre la forma en la que se percibe algo”. Es fruto de la suma de tres componentes: el prefijo “des-”, que significa “de arriba hacia abajo”; el verbo “scribere”, que es sinónimo de “escribir”; y el sufijo “-cion”, que se usa para indicar “acción y efecto”.

 

y estas clasificaciones, que son para ayudarnos a jugar y pensar no para tomarlas como fórmulas o requisitos a cumplir

 

Descripción objetiva

La descripción objetiva o denotativa tiene como finalidad transmitir una información y exponer la realidad tal cual es. No se realizan valorizaciones ni se presentan las emociones del autor.

Es una descripción precisa sobre un tema en particular y es ampliamente utilizada en los textos y contenidos de orden científico, investigativo y técnico.

Descripción subjetiva

La descripción subjetiva o connotativa es aquella en la que se otorga una carga emocional a las descripciones y predominan las valoraciones personales. Por tanto, no se hace una presentación objetiva de la realidad.

La descripción de personas o personajes se puede realizar de la siguiente manera:

  • Prosopografía: también conocida como descripción física. Este tipo de descripción se enfoca en los rasgos físicos y en la apariencia externa del individuo.
  • Etopeya: también conocida como descripción psicológica, es aquella que describe la personalidad y los rasgos psicológicos de un individuo. Por ejemplo, personalidad, carácter, creencias, entre otros.
  • Retrato: es un tipo de descripción que se caracteriza por ser detallada y completa en la cual se toman en cuenta, tanto los rasgos físicos como psicológicos de un individuo. En este tipo de descripción se compone de la prosopografía y la etopeya.
  • Autorretrato: se trata de la descripción que el individuo hace sobre sí mismo. Por lo general, está cargada de subjetividad.
  • Caricatura: es un tipo de descripción en la cual se exageran, distorsionan o se ironizan algunos rasgos físicos y personales de un individuo.
  •  

Siempre recuerdo el texto de Umberto Eco que les voy a mostrar a continuación. Me gusta porque nos habla de lo que describimos no solo con las palabras que usamos, sino también con lo que no decimos:

 

 

"No dicho" significa no manifiesto en la superficie, en el plano de la expresión: pero precisamente son esos elementos no dichos los que deben actualizarse en la etapa de la actualización del contenido. Para ello, un texto (con mayor fuerza que cualquier otro tipo de mensaje) requiere ciertos movimientos cooperativos, activos y conscientes, por parte del lector. (a) Juan entró en el cuarto. «¡Entonces, has vuelto!», exclamó María, radiante; es evidente que el lector debe actualizar el contenido a través de una compleja serie de movimientos cooperativos. Dejemos de lado, por el momento, la actualización de las correferencias (es decir, la necesidad de establecer que el /tú/ implícito en el uso de la segunda persona singular del verbo "haber" se refiere a Juan); pero ya esta correferencia depende de una regla conversacional en virtud de la cual el lector supone que, cuando no se dan otras especificaciones, dada la presencia de dos personajes, el que habla se refiere necesariamente al otro. Sin embargo, esta regla conversacional se injerta sobre otra decisión interpretativa, es decir, sobre una operación extensional que realiza el lector: éste ha decidido que, sobre la base del texto que se le ha suministrado, se perfila una parcela de mundo habitada por dos individuos, Juan y María, dotados de la propiedad de encontrarse en el mismo cuarto. Por último, el hecho de que María se encuentre en el mismo cuarto que Juan depende de otra inferencia basada en el uso del artículo determinado /el/: hay un cuarto, y sólo uno, del cual se habla.(2) Aún queda por averiguar si el lector considera oportuno identificar a Juan y a María, mediante índices referenciales, como entidades del mundo externo, que conoce sobre la base de una experiencia previa que comparte con el autor, si el autor se refiere a individuos que el lector desconoce o si el fragmento de texto (a) debe conectarse con otros fragmentos de texto previos o ulteriores en que Juan y María han sido interpretados, o lo serán, mediante descripciones definidas. Pero, como decíamos, soslayemos todos estos problemas. No hay dudas de que en la actualización inciden otros movimientos cooperativos. En primer lugar, el lector debe actualizar su enciclopedia para poder comprender que el uso del verbo /volver/ entraña de alguna manera que, previamente, el sujeto se había alejado (una gramática de casos analizaría esta acción atribuyendo a los sustantivos determinados postulados de significación: el que vuelve se ha alejado antes, así como el soltero es un ser humano masculino adulto). En segundo lugar, se requiere del lector un trabajo de inferencia para extraer, del uso del adversativo /entonces/, la conclusión de que María no esperaba ese regreso, y de la determinación /radiante/, el convencimiento de que, de todos modos, lo deseaba ardientemente. Así, pues, el texto está plagado de espacios en blanco, de intersticios que hay que rellenar; quien lo emitió preveía que se los rellenaría y los dejó en blanco por dos razones. Ante todo, porque un texto es un mecanismo perezoso (o económico) que vive de la plusvalía de sentido que el destinatario introduce en él y sólo en casos de extrema pedantería, de extrema preocupación didáctica o de extrema represión el texto se complica con redundancias y especificaciones ulteriores (hasta el extremo de violar las reglas normales de conversación).(3) En segundo lugar, porque, a medida que pasa de la función didáctica a la estética, un texto quiere dejar al lector la iniciativa interpretativa, aunque normalmente desea ser interpretado con un margen suficiente de univocidad. Un texto quiere que alguien lo ayude a funcionar.

UMBERTO ECO COMPLETO


Es muy interesante experimentar con las sensaciones, emociones y sentimientos que de alguna manera pueden “deformar” lo que estamos describiendo.  Es lo que hace que un lugar –pongamos por ejemplo una estación de tren – sea lúgubre o fresco, triste o luminoso o que infunde un aire de alegría, etc.

Esto nos lleva a un aspecto que no solo en la escritura sino en otras artes como la pintura y más se fue plasmando a partir de movimientos como el romanticismo, el impresionismo, expresionismo y las vanguardias del siglo XX:

por un lado una pérdida de confianza en el “realismo”  como “espejo” de lo real

por otro lado la inclusión de lo interior de las personas –sus sentimientos, sus contenidos consientes e inconscientes- como parte de una mirada de modifica la realidad que describe

podemos pensar en qué sentido esos campos hechos con fuego de colores de Van Gog son más reales que una fotografía

 

el expresionismo fue uno de los movimientos que más cargó de sentimiento la manera de describir la ciudad moderna

Los escritores expresionistas construyeron un estilo de protesta social con el que intentaron transmitir sus ideas críticas de la sociedad.

Buscaban distorsionar las características objetivas de la realidad. Para ello, usaban en sus obras elementos simbólicos y oníricos para ilustrar las sensibilidades humanas alienadas por la sociedad que criticaban.

Sus críticas estaban orientadas a situaciones generales, no a personajes particulares. Por lo tanto, emplearon dentro de sus obras las alusiones a tipos simbólicos de personajes, en lugar de aludir a personajes individuales.

Kafka y sus pasillos con aire de opresión. Cómo pesan las formas de la ciudad en personajes angustiados de Roberto Arlt.  También es un ejemplo muy ilustrativo lo que sucede en la película El gabinete del Dr. Caligari:




La realidad es desfigurada hasta lo fantasmagórico, hasta convertirse en irreal, las proporciones lógicas se pervierten, los contornos se tuercen hasta devenir monstruosos y sobrecogedores. Wiene emplea angulaciones de cámara retorcidas, encuadres desquiciados que consiguen un efecto de confusión en el espectador trastocando las líneas y los volúmenes de lo real. 


PELICULA CALIGARI

Para comprender de una manera cotidiana y muy cercana este aporte de los expresionistas podemos pensar cómo describiría la escuela un niño o un adulto, viendo en nuestro propio recuerdo de qué manera un espacio que parecía gigantesco visto por un adulto es un patio pequeño.

Entonces usamos la frase depende del cristal con que se mira.

Para finalizar y llegar a consignas de juego una reflexión sobre el PODER  de las palabras: hacen que quien lee vea lo que estoy contando. Puedo ser los ojos del otro mostrando un matiz, la sombra que proyecta una maceta, el ópalo que repentinamente cae, el blanco pelaje del gato negro que acompaña a la anciana frente a su televisor.

 Y  una última pregunta con un poco de humor y de misterio: qué será lo indescriptible?

 

domingo, 12 de junio de 2022

capítulo 14 – llamadas telefónicas

 


hay un reguero de palabras direccionadas, guionadas cotidianamente mediante costumbres y ritos, modismos, muletillas, convenciones…

 

una tecnología como veremos nos acerca desde la invención del teléfono y al mismo tiempo nos modifica el hablar, nos sitúa estrictamente en el género de la conversación –que no necesariamente es lo mismo que un diálogo

 

todas las personas tenemos muchas vivencias para recordar relacionadas con llamadas por teléfono (lo nombro así porque el objeto teléfono nombrado así a secas ya puede remitirnos al teléfono celular que es casi una computadora portátil que se usa cada vez menos para la conversación o llamada telefónica)

 

la sorpresa, la alegría del reencuentro, la vibración en el cuerpo de recibir una voz querida

la mala noticia, el aviso, la amenaza, la respuesta más esperada, un negocio, un chusmerío o una llamada en broma

 

desde las anécdotas de teléfonos compartidos o prestados, el ya casi desaparecido teléfono público, la llamada a larga distancia, los cospeles, las tarjetas

 

el término discar que nos quedó de aquellos aparados con la rueda de los números

 

en la literatura, la poesía, en novelas y en películas y en teatro, el teléfono parece a veces un personaje y a la vez un escenario en sí mismo

 

sirve para sugerir mucho más de lo que dice, abre al lector un código que les es familiar, ya que todos y todas participamos en esas convenciones

 

por aquí una experiencia de poesía por teléfono reseñada de algún lugar:

 

 

En un contexto influido por la prédica de Marshall McLuhan (para quien el teléfono se constituía como uno de los medios más intrusivos) y a partir de la premisa de que “el medio es el mensaje”, John Giorno, estrella del film de Andy Warhol,  Sleep, comenzó en los años´60 a hacer poesía usando como soportes alternativos al libro, la radio, la televisión, los álbumes de discos o el teléfono. Así fue como, entre otros proyectos, en 1968 nació el servicio Dial-A-Poem. Marcando determinado número, uno podía escuchar poemas grabados de William Burroughs, Allen Ginsberg o John Cage entre otros, así como también discursos de los Panteras Negras, sermones o mantras budistas y, en general, diferentes producciones de obras de la literatura underground de la época. El servicio Dial-A-Poem de Girono se convirtió en el antecedente directo tanto de los servicios de arte “on demand” como de los email poems.

 

“El medio es el mensaje” es una frase original de los años sesenta del siglo XX, cuyo autor es Marshal McLuhan, un filósofo y enorme teórico de la comunicación. El tema es que, originalmente, McLuhan quiso decir algo distinto al significado que ha adquirido esa frase con los años.

El filósofo dijo “El medio es el mensaje”, refiriéndose a que el medio a través del cual recibimos la información nos afecta más que la información misma.

 

Dueño de un diseño innovador y mayúsculo, que incluyó particularísimas imágenes e ilustraciones, además de una colección de diferentes tipografías y efectos de lectura, en su obra el erudito profesor explica que “todos los medios son prolongaciones de alguna facultad humana, psíquica o física”. Para luego pasar a ejemplificar que el libro es una prolongación del ojo, la ropa una prolongación de la piel y el circuito eléctrico una prolongación del sistema nervioso central, y desarrollar más ampliamente esta idea: “Los medios, al modificar el entorno, suscitan en nosotros percepciones sensoriales de proporciones singulares. La prolongación de un sentido cualquiera modifica la forma en que pensamos y actuamos, la forma en que percibimos el mundo”. Por eso “cuando estas proporciones cambian, las personas cambian”, concluye.

 

El teléfono pensado como una prolongación de nuestra voz hacia un oído lejano y ausente en el lugar en el que estoy

 

el teléfono como un medio que si bien no es estrictamente el mensaje lo pausa, lo estructura, lo fracciona en ritos, ritmos, muletillas

 

como cuando decíamos imitando a las películas aloo

 

entre la necesidad de síntesis y el otro extremo, quien se explaya y es imposible cortarlo

 

la sorpresa, el suspenso, el chiste, el terror, el amor, la muerte, el pedido

tantos diálogos pasan a traves del teléfono

que lo convierten en un marco tentador para inventar y contar historias –y también hacer poesía-

 

dos textos con la llamada telefónica como elemento principal

 

Dorothy Parker

Si no pienso en eso, tal vez el teléfono suene. A veces lo hace. Si pudiera pensar en otra cosa. Si pudiera pensar en otra cosa. Quizá si cuento hasta quinientos de cinco en cinco, suene antes de que termine. Voy a contar lentamente. Sin trampas. Y si suena cuando llegue a trescientos, no voy a parar, no voy a contestar hasta que llegue a quinientos. Cinco, diez, quince, veinte, veinticinco, treinta, treinta y cinco, cuarenta, cuarenta y cinco, cincuenta… Oh, por favor, llama. Por favor.


DOROTHY COMPLETO


Roberto Bolaño

 

Llamadas telefónicas
(Llamadas telefónicas, 1997)


      B está enamorado de X. Por supuesto, se trata de un amor desdichado. B, en una época de su vida, estuvo dispuesto a hacer todo por X, más o menos lo mismo que piensan y dicen todos los enamorados. X rompe con él. X rompe con él por teléfono. Al principio, por supuesto, B sufre, pero a la larga, como es usual, se repone. La vida, como dicen en las telenovelas, continúa. Pasan los años
      Una noche en que no tiene nada que hacer, B consigue, tras dos llamadas telefónicas, ponerse en contacto con X. Ninguno de los dos es joven y eso se nota en sus voces que cruzan España de una punta a la otra. Renace la amistad y al cabo de unos días deciden reencontrarse.

 

BOLAÑO COMPLETO


AMOROSAMENTE, el poeta Federico también deja que el teléfono se meta en un soneto herido 


EL POETA HABLA POR TELEFONO CON EL AMOR (Sonetos del amor oscuro)

Federico García Lorca

 

Tu voz regó la duna de mi pecho
en la dulce cabina de madera.
Por el sur de mis pies fue primavera
y al norte de mi frente flor de helecho.

Pino de luz por el espacio estrecho
cantó sin alborada y sementera
y mi llanto prendió por vez primera
coronas de esperanza por el techo.

Dulce y lejana voz por mí vertida.
Dulce y lejana voz por mí gustada.
Lejana y dulce voz amortecida.

Lejana como oscura corza herida.
Dulce como un sollozo en la nevada.
¡Lejana y dulce en tuétano metida!


Mario Benedetti ya nos inventa un diálogo buscando un efecto algo perturbador:

 

Larga distancia
(Despistes y franquezas, 1989)

«Oh, you know me, Walter. You've known me
a long time.» A click and nothing.

TRUMAN CAPOTE

      —Hola. ¿Quién?
      —Buenos días. ¿René?
      —Sí. ¿Quién es?
      —No importa quién soy.
      —¿Cómo que no importa?
      —Verás que no.
      —Un momento. Quiero saber con quién estoy hablando.
      —Ya lo sabrás. A su tiempo.
      —No estoy para bromas. Adiós.
      ..........
      —Hola.
      —¿Otra vez?
      —Sí.
      —¿Vas a decir el nombre?
      —Por ahora no.
      —Entonces.
      —Pero hombre, no seas esquemático.
      —Chau.
      ..........
      —Hola.
      —Aquí estoy de nuevo.
      —¡Qué pesado! O pesada. No sé bien.
      —¿Y no tenés curiosidad por averiguarlo?
      —Bah.
      —René, no cortes esta vez. Es larga distancia.
      —¿De dónde llamás?
      —De alguna parte.
      —Ufa.
      —Después te diré mi nombre. Te lo prometo.
      —¿Cuándo?
      —Después. No seas impaciente.
      —¿Se puede saber a qué tanto misterio?
      —Te conozco.
      —¿Y yo a vos?
      —También, pero menos…..

Benedetti completo

uno infantil y cómico :

El Señor Moc atiende el teléfono Luis Pescetti


Una interesante obra de teatro de Abelardo Castillo:



 

(Suena el teléfono; ella sentándose, habla con voz repentinamente gastada.)

Sí... Sí... (Tiende la mano sobre el aparato, casi con un gesto de dolor físico, y allí la deja.) La próxima vez, amor... Yo voy a levantar el tubo y voy a escuchar tu voz apagada, de chico bueno, tu arrepentimiento un poco solemne, y voy a decirte palabras bellas de consuelo y perdón. Y todo, durante un minuto, será hermoso...

(El teléfono ya no suena. La mujer, que ha ido abandonándose, cierra los ojos, sacudida por una nerviosa convulsión que, poco a poco, da paso a una risa triste, monocorde, y acaba rompiéndose en un sollozo largo. El teléfono vuelve a llamar; ella se rehace. Su expresión cambia. Levanta el tubo. Antes de que tenga tiempo de oír la voz del otro lado, habla con tristeza.)

¿Para qué llamaste...? (Pequeña pausa. Su actitud, súbitamente, cambia: evidentemente no oye la voz que esperó oír.)

Oh, Marcela... Perdoname, creí que... No. Andrés no está en casa... (Escucha. Su rostro cambia de expresión. Se pone de pie.) ¿Qué estás diciendo? (Mira el reloj. En sus ojos hay una mezcla de perplejidad y sospecha: una premonición repentina, aún inconcreta, pero horrible. Con voz cortante, casi histérica.) ¿Desde qué hora estás llamando? Mecánicamente, mira otra vez el reloj. Con el tubo en la mano, sin importarle ya lo que del otro lado están diciéndole, se vuelve lentamente hacia la puerta cerrada. El picaporte comienza a girar. Mientras la puerta se abre, cae el 
 

TELÓN 

Castillo /  Obra completa


más allá de estos ejemplos, y hay muchos más –podrán recordar la canción de la famosa telenovela argentina-

escribir llamadas telefónicas es un pequeño universo más en el que meternos un rato en este Bestiarios de escrituras, y descubrir allí otros “tonos” que tiene nuestra propia voz


domingo, 5 de junio de 2022

capitulo 13 – enumeración del “caos “

 




en la poesía –y otras expresiones de escritura, damos cuenta de un deseo, de una sed humana de abarcar el mundo, de apresar el universo entero en las palabras y en sensaciones de esas palabras

describir el universo enumerando sus infinitos elementos, cosas, sensaciones es algo que casi de manera inevitable se transforma en un canto

lo hace la humanidad desde el principio del lenguaje: a veces con intención informativa, otras a manera de ritual, otras como herramienta de la memoria

en retórica llaman a este fenómeno se llama enumeración caótica:

La Enumeración Caótica es una figura retórica o figura literaria que consiste en una acumulación de palabras que no siguen ningún criterio y que no guardan ninguna relación entre sí:

  • Todo lo recordó: el mar, la carta, el beso y las estrellas.

La Enumeración Caótica fue muy usado por autores expresionistas como un recurso para transmitir la angustia o la amplitud del universo por parte del escritor.

 

 

una frase debajo de la otra, describiendo una experiencia o una serie de experiencias de lo humano como en esta canción:

 

Oraciones, para gente sin fe,
Tentaciones, de volver a beber
El veneno que tus labios me dan,
El obsceno beso de la verdad.
La balada de la casada infiel,
Demasiadas cosas por aprender,
El portero, de la Puerta del Sol,
El cartero, de tus cartas de amor,
El primero en sacarte a bailar
Un vals.
El vals
De la tristeza, más triste del mundo,
La belleza que dilapidé,
La pereza de los vagabundos,
El rompecabezas que no terminé.
La palabra secreta, la mano
Que planta violetas en el hormigón,
La maldita canción del verano,
La casa de citas de mi corazón.
Y el milagro del abecedario,
La tortuga que rompe a volar,
La ternura de los dinosaurios,
El aniversario de la soledad.
La liturgia de las despedidas
La bala perdida que viene por mí,
La nostalgia que amarga la huida,
La banda sonora de lo que viví.

CANCIÓN


Uno de los poetas que se pone como ejemplo de ese uso de la enumeración para abarcar mundo es Walt Whitman.

La enumeración caótica es una forma especial del estilo enumerativo y aunque en ella se hace uso frecuente de la anáfora y del asíndeton, no se confunde con estas formas estilísticas particulares. Las enumeraciones caóticas son como "catálogos del mundo moderno, deshecho en una polvareda de cosas, que se integran no obstante en una visión grandiosa del Todo-Uno". En la poesía de Whitman se nos ofrece en toda su pureza este rasgo estilístico que "acerca violentamente unas a otras las cosas más dispares, lo más exótico y lo más familiar, lo gigantesco y lo minúsculo, la naturaleza y los productos de la civilización humana como un niño que estuviera hojeando el catálogo de una gran tienda".

 

[fragmento de Venido de Paunamok – de Hojas de hierba]

 

Ved los vapores navegando a través de mis poemas,

Ved en mis poemas los inmigrantes que de continuo

arriban y desembarcan,

Ved hacia atrás, el wigwan, la huella, la choza del cazador,

la embarcación de cabotaje, la hoja de maíz, la concesión,

el rústico cercado y la aldea entre los bosques,

Ved hacia un costado el mar del Oeste y al otro costado el

mar del Este, cómo avanzan y se alojan

sobre mis poemas cual si fuera sobre sus playas,

Ved en mis poemas las praderas y los bosques,

Ved las bestias salvajes y las domesticadas,

Ved, más allá del Kaw, los innúmeros rebaños de búfalos

nutriéndose con las hierbas cortas y crespas,

Ved en mis poemas las sólidas ciudades, vastas,

en el interior del continente, con las calles pavimentadas,

los edificios de hierro y piedra, los vehículos que transitan

sin cesar, y el comercio.

Ved la máquina impresora con sus múltiples cilindros, el

telégrafo eléctrico que se extiende a través del continente,

Ved a través de las profundidades del Atlántico,

las pulsaciones de América llegando a Europa,

las pulsaciones de Europa que, a su vez, le responden.

Ved la locomotora potente y veloz que parte, anhelante,

dando escape al vapor de su silbato,

Ved los labriegos en las granjas, ved los mineros excavando

las minas, ved las innúmeras usinas,

Ved los artesanos con sus útiles, ante sus bancos, ved que

emergen de entre ellos los jueces supremos,

los filósofos, los presidentes, vestidos con sus ropas de trabajo,

Y, vagabundo, a través de los campos y de las tiendas de

los Estados, vedme a mí, de todos amado, noche y día

abrazado.

Escuchad allá el eco sonoro de mis canciones,

 

 

 HOJAS DE HIERBA COMPLETO



La enumeración caótica se inserta en la gran tradición judeocristiana: las letanías, la lista de los nombres de la Divinidad, y toda clase de enumeración panegírica religiosa en honor de Dios. Pero, aún más, este estilo enumerativo aparece ya en sánscrito desde el Rigveda y no sería raro que Whitman se hubiera inspirado indirectamente en textos indios

en un texto bíblico que es el Cantar de los cantares (uno de los primeros poemas de amor escritos de la humanidad de los que hay registro) , encontramos el recurso

 

He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa;


Tus ojos entre tus guedejas como de paloma;


Tus cabellos como manada de cabras


Que se recuestan en las laderas de Galaad.


2 Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas,


Que suben del lavadero,


Todas con crías gemelas,


Y ninguna entre ellas estéril.


3 Tus labios como hilo de grana,


Y tu habla hermosa;


Tus mejillas, como cachos de granada detrás de tu velo.


4 Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería;


Mil escudos están colgados en ella,


Todos escudos de valientes.


5 Tus dos pechos, como gemelos de gacela,


Que se apacientan entre lirios.


6 Hasta que apunte el día y huyan las sombras,


Me iré al monte de la mirra,


Y al collado del incienso.


7 Toda tú eres hermosa, amiga mía,


Y en ti no hay mancha.


 


 

Las enumeraciones caóticas son como "catálogos del mundo moderno, deshecho en una polvareda de cosas, que se integran no obstante en una visión grandiosa del Todo-Uno".

Forma parte del estilo de poetas cercanos a nosotros como Neruda y  Borges. En el caso de Borges, además de que aparece en muchos de sus poemas la enumeración como formato, también en cuentos y ensayos. En El idioma analítico de John Wilkins juega con las posibilidades de clasificar el mundo como carácteristica de las palabras y los idiomas:

En sus remotas páginas está escrito que los animales se dividen en a) pertenecientes al Emperador b) embalsamados c) amaestrados d) lechones e) sirenas f) fabulosos g) perros sueltos h) incluidos en esta clasificación i) que se agitan como locos j) innumerables k)dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello l) etcétera m) que acaban de romper el jarrón n) que de lejos parecen moscas. El Instituto Bibliográfico de Bruselas también ejerce el caos: ha parcelado el universo en 1000 subdivisiones de las cuales la 262 corresponde al Papa; la 282 a la Iglesia Católica Romana; la 263, al Día del Señor, la 268 a las escuelas dominicales; la 298 al mormonismo, y la 294, al brahamanismo, budismo, shintoismo y tahoísmo.

Y después en el que es posiblemente su texto más famoso “El aleph” deespliega ese gusto por enumerar, casi que uno pensaría que la historia que se narra es una excusa para ese momento

 

Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó, vi en un traspatio de la calle Soler las mismas baldosas que hace treinta años vi en el zaguán de una casa en Fray Bentos, vi racimos, nieve, tabaco, vetas de metal, vapor de agua, vi convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en Iverness a una mujer que no olvidaré, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi un cáncer en el pecho, vi un círculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un árbol, vi una quinta de Adrogué, un ejemplar de la primera versión inglesa de Plinio, la de Philemon Holland, vi a un tiempo cada letra de cada página (de chico, yo solía maravillarme de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de la noche), vi la noche y el día contemporáneo, vi un poniente en Querétaro que parecía reflejar el color de una rosa de Bengala, vi mi dormitorio sin nadie, vi en un gabinete de Alkmaar un globo terráqueo entre dos espejos que lo multiplicaban sin fin, vi caballos de crin arremolinada, en una playa del Mar Caspio en el alba, vi la delicada osatura de una mano, vi a los sobrevivientes de una batalla, enviando tarjetas postales, vi en un escaparate de Mirzapur una baraja española, vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de un invernáculo, vi tigres, émbolos, bisontes, marejadas y ejércitos, vi todas las hormigas que hay en la tierra, vi un astrolabio persa, vi en un cajón del escritorio (y la letra me hizo temblar) cartas…

CUENTO EL ALEPH


Ejemplos hay tantos que nombrarlos sería otra larga enumeración… Uno que no puedo soslayar en la poesía para niños es en el de María Elena Walsh:

 

EN UNA CAJITA DE FOSFOROS

En una cajita de fósforos

se pueden guardar muchas cosas.

Un rayo de sol, por ejemplo

(pero hay que encerrarlo muy rápido,

si no, se lo come la sombra)

Un poco de copo de nieve,

quizá una moneda de luna,

botones del traje del viento,

y mucho, muchísimo más.

Les voy a contar un secreto.

En una cajita de fósforos

yo tengo guardada un lagrima,

y nadie, por suerte la ve.

Es claro que ya no me sirve

Es cierto que está muy gastada.

Lo sé, pero que voy a hacer

tirarla me da mucha lastima

Tal vez las personas mayores

no entiendan jamás de tesoros

Basura, dirán, cachivaches

no sé porque juntan todo esto

No importa, que ustedes y yo

igual seguiremos guardando

palitos, pelusas, botones,

tachuelas, virutas de lápiz,

carozos, tapitas, papeles,

piolín, carreteles, trapitos,

hilachas, cascotes y bichos.

En una cajita de fósforos

se pueden guardar muchas cosas.

Las cosas no tienen mamá.

 

Y también les dejo este poema de Federico García Lorca, en versión cantada por Ana Belén

 


Enumerar –y a esa consigna nos arrojaremos alegremente- puede ser casi una sencilla lista de cosas, las relaciones entre cada parte pueden ser conscientes o aparecer espontáneamente. También crean ritmos y nos permiten experimentar cierta musicalidad de la escritura, de la que ya hablaremos más adelante


capítulo 7 – escribir (con) diálogos

        andando algunos pasos por esta casona de escritura nos acercamos a un recinto en el que se van escuchando distintas voces, como un...