las palabras, esos signos extraños puestos en
líneas, se unen con una persona y se hacen cuerpo, se hacen un yo en diversas
escrituras en primera persona, entre ellas el monólogo
hablaremos también entrando y saliendo de un
género muy específico que es el teatro
pero también el monólogo como manera de
narración
el monólogo como forma de intentar transmitir
la máquina pensante
el monólogo también como una voz que se
planta con potencia ante determinada temática
como su nombre sugiere el monólogo es un
diálogo de uno, insisto en lo de diálogo porque el monologuista le habla a
alguien: al público, al lector, a otros personajes implícitos
la primera persona es un punto muy importante
de referencia: ese punto que reúne y estructura. amalgama y da el protagonismo
a lo que se dice
el teatro es un género hermoso que siempre
nos facilita situar a los textos, y además un arte en el que el mnólogo siempre
ha tenido mucha importancia
aquí algunos ejemplos del dramaturgo italiano
Dario Fo que nos muestran la construcción de una situación de monólogo:
LA MADRE PASOTA
(El interior de una iglesia. En el centro del
escenario, casi en corbata, un confesionario. Entra una mujer vestida de manera
estrafalaria, entre hippy y agitanada. Avanza cautelosa, como si la
persiguieran.)
La madre que los parió,
vaya panda de cabrones..., mira que seguirme basta la iglesia... ¿Dónde me
escondo yo ahora? En la sacristía. ¿Y dónde estará la sacristía? ¿A este lado
del coro o al otro? (Sigue tratando de esconderse.) Ahí vienen dos más, si es
que me tienen rodeada... ¡El confesionario! Ya está, me esconderé en el
confesionario. (Mira en el confesionario.) Vaya por Dios, está ocupado. Hay un
cura dentro. Dichosos curas, si es que te los encuentras en todas partes...
Bueno, pues me confesaré, qué se le va a hacer. (Se arrodilla.) A ver si los
carabineros se atreven a interrumpir un sacramento. (Se arrodilla en el lado
izquierdo.) Padre, padre, confiéseme. ¡Padre! Coño, se ha dormido. Padre,
padre, despierte... (Golpea en la rejilla con los nudillos.) ¡Ya era hora!
Quiero confesarme, y rápido, si es posible. ¿Cómo que no es posible? ¿Y eso por
qué? ¿Aún sigue dormido? Bueno, pues vamos a hablar un rato, así se espabila.
¿Cómo? Eso sí que no lo había oído yo nunca. Un cura que antes de confesar
quiere ir al bar a tomarse un café... No, oiga, usted no se mueve de aquí, o le
monto un número de padre y muy señor mío...
EL DESPERTAR
(En el espacio escénico están situados los
siguientes elementos: una cama de matrimonio, una mesilla con lámpara y
despertador, una cómoda, una mesa, una cocina de gas, un frigorífico, un
fregadero, etc.; y una cuna con un muñeco. En la cama duermen un hombre y una
mujer; ella está soñando en voz alta, como si tuviera una pesadilla.) Tres
piezas, una soldadura, un golpe de taladro..., dos tuercas, una soldadura, un
golpe de sierra... (Grita.) ¡Dios mío, me he cortado los dedos! Mis dedos...,
voy a recogerlos, que al patrón no le gusta, dice que no quiere ver desorden...
(Se despierta de golpe: sigue bajo el efecto de la pesadilla.)
Mis dedos... (Se mira la mano.) Si los
tengo..., ¡he soñado! Tiene gracia la cosa, ahora resulta que trabajo hasta
soñando..., como si no me bastara con la fábrica... ¿Qué hora será? (Mira el
despertador.) ¿Las seis y media? (Se levanta rápidamente y se pone las
zapatillas y la bata.) Ese maldito trasto no ha sonado. Madre mía, con lo tarde
que es. (Corre a la cuna y coge al niño.) Animo, nene, que ya empieza nuestro
día. (Se dirige a la mesa junto al fregadero.) Despierta, ratoncito de tu mamá,
que nos vamos. Te has vuelto a mear, y no hace ni tres horas que te mudé, meón,
más que meón. ¡Con la prisa que tengo! Tenemos que correr a la guardería, que
como lleguemos después de las siete la hermana nos manda a casita, menuda es.
(Desnuda al muñeco.) Ahora mamá te lava el culete... (abre el grifo) ...con
agua calentita..., qué va, si no hay agua caliente..., qué te apuestas que el despistado
de tu padre se ha dejado el calentador desenchufado. (Coge al niño en brazos y
va al fregadero.) V
TODAS TENEMOS LA MISMA
HISTORIA
(En el centro del
escenario vacío, una tarima sobre la que está tumbada una mujer. Luz baja.
Habla la mujer.) No, no, por favor..., por favor, estate quieto..., así no me
dejas ni respirar... Espera... Claro que me gusta hacer el amor, pero con un
poco más de..., ¿cómo diría yo?... ¡Que me estás aplastando! Quítate...,
¡basta! Me estás mojando la cara... ¡No, en la oreja no! Sí que me gusta, pero
es que pareces una Moulinex, con esa lengua... Oye, ¿pero cuántas manos tienes?
Déjame respirar... ¡Que te levantes te digo! (Se incorpora lentamente, como
quitándose de encima el peso del cuerpo del hombre. Se sienta frente al
público.)
¡Por fin! Estoy empapada en sudor. ¿Para ti
esto es hacer el amor? Sí, claro que me gusta, pero preferiría que hubiera algo
más de sentimiento... ¡No estoy hablando de sentimentalismo! Cómo no, ya sabía
que me saldrías con lo de que soy una cursi romántica y antigua... Claro que me
apetece hacer el amor, pero a ver si entiendes que no soy una de esas
maquinitas que les metes unos duros y se les encienden las luces, tun tun trin
toc toc... ¡drin! Mira, yo, si no se me trata bien, me bloqueo, ¿comprendes?
¿Seta posible que si una no se coloca de inmediato en una postura cómoda, falda
y bragas fuera, piernas abiertas y bien estiradas, se vuelve una estúpida
acomplejada, con los traumas del honor y del pudor, inculcados por una educación
reaccionaria-imperialista-capitalista-masónicacatólica-conformista-y
austrohúngara? ¿Que soy pedante? Y una tía pedante os pone muy nerviosos,
¿verdad? Es mejor la mema de risita erótica... (Ríe por lo bajo, en plan
erótico-tirado.) ¡Venga, hombre, no te cabrees! No, no estoy ofendida. Está
bien, hagamos el amor... (Vuelve a tumbarse de perfil al público.) Y pensar que
cuando quieres sabes ser tan dulce..., ¡casi humano! ¡Y un auténtico compañero!
(Lánguida, con voz soñadora.) Contigo puedo hablar de cosas que normalmente no
sé ni decir... Cosas incluso inteligentes..., eso es, ¡tú consigues que me
sienta inteligente! Contigo me realizo...
MONÓLOGO DE LA PUTA EN
EL MANICOMIO
(En una silla metálica está sentada una mujer.
Tiene un casco en la cabeza, un micrófono ante la boca y una serie de cables
que de sus tobillos y muñecas van a un aparato lleno de válvulas y luces que se
apagan y encienden intermitentemente.)
Sí, sí, doctora, la
oigo perfectamente. No se preocupe, estoy relajada, sólo que con tanto cable me
siento como un robot..., o más bien como si estuviera en la silla eléctrica, es
que impresiona mucho, ¿sabe? Oiga, doctora, ¿no sería mejor que viniese usted a
sentarse aquí, a mi lado, en lugar de quedarse ahí arriba, que parece que está
en la cabina de un avión? Es que me cuesta mucho contar ciertas cosas si no
tengo a nadie a quien mirar a la cara... mientras hablo..., ¡así me siento como
dentro de un cohete espacial! Pero de todos modos le diré la verdad, que yo no
me dejo condicionar. ¿No puede? ¿Tiene que estar ahí controlando las
máquinas?... Está bien, si no puede... ¿Por dónde empiezo? ¿Por cuando
incendiamos la casa del industrial? ¿No?... ¿Prostituta?... ¿Que cuándo empecé?
Oiga, doctora, esa palabra no me gusta natía..., prostituta, prefiero decir
puta, mejor las cosas claras, ¿no le parece?
YO, ULRIKE, GRITO...
Nombre: Ulrike. Apellido: Meinhof. Sexo:
femenino. Edad: cuarenta y un años. Sí, estoy casada. Dos hijos, nacidos con
parto cesáreo. Sí, separada de mi marido. Profesión: periodista. Nacionalidad:
alemana. Llevo más de cuatro años encerrada en una cárcel moderna de un Estada
moderno. ¿Delito? Atentado a la propiedad privada y a las leyes que defienden
dicha propiedad y el consiguiente derecho de los propietarios a ampliar en
demasía la propiedad de todo. Todo: incluyendo nuestro cerebro, nuestros
pensamientos, nuestras palabras, nuestros gestos, nuestros sentimientos,
nuestro trabajo y nuestro amor. En resumen, toda nuestra vida. Por eso habéis
decidido eliminarme, amos del Estado de Derecho. Vuestra ley es realmente igual
para todos, menos para aquellos que no estén de acuerdo con vuestras leyes
sagradas. Habéis llevado a la mujer a su máxima emancipación: en efecto, aun
siendo una mujer, me castigáis exactamente como a un hombre.
Como vemos la voz nos
arma mundos y personajes, interlocutores y hasta espacios, objetos,
indicaciones múltiples de sentido
En nuestra vida
cotidiana el monólogo interior es una composición constante. Intentamos el
recurso de la escritura a veces para contar fragmentos de ese contínuo, ya sea
de nuestra realidad o de un personaje inventado. Por ejemplo todo el
pensamiento de un personaje que está por ir a pelear con su jefe y se repite
todo lo que le va a decir.
Desde luego que es
imposible plasmar en palabras el pensamiento tal cual es como si lo “desgraváramos”
: porque el pensar es veloz, constelado, mezcla de palabras con imágenes y
sensaciones.
Por otra parte en
nuestros días es muy utilizado un género que se desprende del teatro hacia el
espectáculo humorístico que es el stand up
así se lo define:
el stand up, llamado también monólogo o
comedia en vivo en algunos países de habla hispana es un estilo de comedia
donde el actor y humorista se dirige directamente a una audiencia presente en
el lugar, generalmente de modo unipersonal, con un texto que expresa su visión
del mundo. A diferencia del teatro tradicional, el comediante de stand up
mantiene un estilo de interacción con el público, que suele incluir diálogos
cortos con la audiencia.
en general es una clase de humor –también pariente
del clown- donde se cuentan desventuras cotidianas
en un manual de escritura que les comparto se
ven estas premisas:
El humor siempre surge de la frustración, el
enojo, el odio, la molestia, la vergüenza, la
incomodidad... No se puede hacer humor sobre
algo que nos pone feliz. Lo vamos a ver
más en detalle pero ya es importante tomarlo
en cuenta.
Siempre vuelven las mismas actitudes básicas:
- Odio...
- Me parece raro...
- Me molesta...
- Me da miedo...
- Es difícil...
6
- Es estúpido...
- Me da vergüenza...
- Me incomoda...
Tomemos el ejemplo: “el supermercado” y
formamos varias premisas sobre ese tema:
- Odio ir al supermercado.
- Hay cosas que me molestan de los
supermercados.
- Ir al supermercado puede ser frustrante.
- Hay cosas en el supermercado que son raras.
- Me da vergüenza ir al supermercado.
- Me siento perdido en el supermercado.
- Es estúpido ir al supermercado.
- Ir al supermercado es difícil.
La segunda parte: el pie
El pie explica el “porqué” de lo dicho en la
premisa. Explica por qué nos sentimos de cierta
forma con respecto a un tema.
Ejemplos:
Premisa: “Odio ir al supermercado.”
En el pie damos un ejemplo concreto de porqué
odiamos ir al supermercado:
- porque siempre me pierdo.
- porque nunca encuentro nada.
- porque siempre me encuentro con mi vecina.
Volviendo a la literatura, en el monólogo
aprovechamos la atención centrada en ese personaje que “habla solo” para decir
cosas importantes
sirve como ejemplo ultra conocido el monólogo
de Hamlet, ser o no ser
o en La vida es sueño cuando queda solo
Segismundo:
Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición 1165
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña 1170
que el hombre que vive sueña
lo que es hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando; 1175
y este aplauso que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!);
¡que hay quien intente reinar, 1180
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece 1185
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende;
y en el mundo, en conclusión, 1190
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo
sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado 1195
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño; 1200
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Dentro de obras literarias no teatrales las
situaciones del monólogo pueden ser cartas que leen los personajes, alegatos
ante un juicio, reflexiones ante un espejo.
Otro muy hermoso, fluído, elaborado y extenso
es en la novela Ulises de Joyce, en el que se utiliza el llamado monólogo interior, o flujo de conciencia de una mujer que
espera:
e gustan las flores me gustaría tener toda la casa nadando en rosas
Dios del cielo nohay nada como la naturaleza las montañas salvajes después el mar y
las olasprecipitándose luego el campo encantador con sembrados de avena y
trigo y toda clase decosas y toda la
preciosa hacienda paseándose por ahí eso debe de ser bueno
para elcorazón de una ver ríos y flores de
todas las formas y perfumes y colores brotando hastalas
zanjas primaveras y violetas es la naturaleza en cuanto a los que
dicen que no hayDios no daría un chasquido de mis dos dedos
por toda su ciencia por qué no van y creanalgo yo a menudo
se lo he dicho a ateos o como sea que se
llamen y vayan y pongan enorden sus remiendos primero después van lanzando alaridos
clamando por un sacerdotecuando se están muriendo y
por qué por qué porque tienen miedo
del infierno debido a suconciencia acusadora ah sí yo lo conozco bien quién fue la primera persona en el universoantes de que hubiera nadie que lo hizo todo quién ah ellos no saben ni yo
tampoco así queahí tienes podrían igualmente tratar de impedir al sol que saliera por la mañana el sol brillapara ti me dijo el día que estábamos acostados entre los rododendros sobre la puerta deHowth
con el traje de tweed gris y sombrero de paja el día
que conseguí que me medeclarara si primero le pasé el pedacito de pastel que tenía en mi boca y
era año bisiesto como ahora sí hace 16 años mi Dios después
de ese beso largo casi me quedé sin aliento
la falta de puntuación es un recurso para
evocar la conciencia interior y el ritmo del pensamiento
resulta un ejercicio interesante todo lo que
el monólogo nos pide: interiorizar la vida, el tono, la manera de hablar, el
carácter etc. de la persona o personaje que se carga esa primera persona
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