domingo, 22 de mayo de 2022

capítulo 11 – las palabras son dibujos –CALIGRAMAS

 



buscamos en este espacio muchas veces jugar, experimentar, trastocar, explorar formas diferentes a las cotidianas de usar las palabras

de convertir la escritura en una herramienta a la que a veces tenemos que modificar y adaptar a nuevas posibilidades

entre ellas generar en un texto, en un poema o cualquier otro texto un EFECTO VISUAL, de hecho en los poemas ese efecto visual ya sucede siempre, vemos ese encolumnarse de frases que van dejando espacios blancos, a simple vista sin leer tantas veces sabemos ya que estamos frente a un poema

vemos si es verso libre, o si esas columnas de palabras son más rectas como en las formas clásicas con métrica, un soneto se ve en su “dibujo” a primera vista

muchas veces personas usaron las letras como símbolo, o adorno, o como un contorno o contenido de un dibujo, eso es porque desde que existe el lenguaje nos hace jugar

pueblos primitivos formaban dibujos con los textos de sus historias y sus mitos, algo que de alguna manera es pariente de esa otra inclinación antigua que es formar dibujos con lo que imaginamos son las estrellas como puntos de una forma

por algunos motivos psicológicos las formas nos atraen, los parecidos nos hacen ver incluso lo que no está

llegando a esta época los dibujos hechos con palabras más famosos son los caligramas de

Apollinaire:

Se suele creer que el caligrama, que es un escrito, en general poético, en el que la disposición tipográfica procura representar el contenido del poema, fue inventado por Apollinaire. Esto es falso. Vicente Huidobro ya había publicado su «Triángulo armónico» a finales de 1912, por ejemplo, aunque, en el fondo, saber quién es el precursor de cualquier cosa no importa en lo más mínimo, y menos en literatura, sobre todo cuando sabemos que el poeta griego Simias de Rodas ya andaba creando lo que hoy algunos llaman poesía visual en el siglo IV antes de Cristo. Sin embargo, lo que sí se le puede atribuir a Apollinaire es la palabra caligrama, que es una contracción de las palabras caligrafía e ideograma, y que representa lo que el poeta llamaba «el acto de escribir con belleza».

Echando la vista atrás, podemos encontrar caligramas ya en la antigua Grecia, pensados para escribirse encima de objetos que luego se obsequiaban. Encontramos por ejemplo al poeta Simmias de Rodas [+info], que vivió en Grecia alrededor del año 300 a. C. Tres de sus creaciones han llegado hasta nuestros días: HachaHuevo y Alas. De hecho, los caligramas también están presentes en la cultura árabe y hebrea.

No está de más decir que Guillaume Apollinaire murió el 9 de noviembre de 1918 en su apartamento del boulevard Saint-Germain, a la edad de 38 años, tras haber contraído la llamada gripa española. Antes de morir, a mediados de 1916, mientras leía en una trinchera la revista Mercure de France, con la cual colaboró durante varios años, fue herido en la sien por una esquirla de obús. Ese mismo año fue trepanado. En 1917, acuñó la palabra «surrealismo» cuando presentó su obra Las tetas de Tiresias, drama surrealista en dos actos y un prólogo, delante de artistas, curiosos y de los futuros instigadores Jacques Vaché y André Breton. En 1918, se casó con Jacqueline, «la linda pelirroja», a quien le debemos muchas de sus publicaciones póstumas. Dos años antes, a la edad de 36 años, le otorgaron la nacionalidad francesa. Está enterrado en el cementerio Père-Lachaise, en París. El monumento que está al pie de su tumba, una especie de menhir, fue concebido por su amigo Pablo Picasso. Sobre su tumba, uno de sus caligramas sigue cantando «Mi corazón como una llama trastornada».

-esto último tomado de la introducción del libro con los caligramas que les paso AQUÍ


 

 

en los dibujos de Apollinaire la forma tiene que ver con el contenido







 

pero eso es una decisión del poeta, podríamos escribir cualquier otra frase con forma de cigarrillo

elecciones de juego son:

que el dibujo con palabras tenga una forma determinada bien reconocible (una flor, una casa)

que tenga una forma irregular o inventada

que sean los huecos del texto o los bordes los contornos del dibujo (como un párrafo recortado con tijera

 



 


también con agregados como en este caso las orejas y la boca:

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

con un texto propio o ajeno

En esta instancia proponemos entrar en juego, permitirnos incluso algo de niñez en dejar que el trazo fluya.

Más adelante veremos también una experiencia muy parecida pero con otros matices y contenidos artísticos que es la llamada POESÍA VISUAL               (o poesía concreta)

Para terminar, una reflexión del filósofo Michel Foucault nos cuenta de una mirada más profunda sobre los caligramas:

En su tradición milenaria, el caligrama desempeña un



triple papel: compensar el alfabeto; repetir sin el recurso de la retórica; coger las cosas en la trampa de una doble grafía. Aproxima en primer lugar, lo más cerca posible, el texto y la figura: compone las líneas que delimitan la forma del objeto con las que disponen la sucesión de las letras; aloja los enunciados en el espacio de la figura, y hace decir al texto lo que representa el dibujo. Por un lado, alfabetiza el ideograma, lo puebla de letras discontinuas y hace hablar así al mutismo de las líneas ininterrumpidas. Pero, a la inversa, reparte la escritura en un espacio que ya no tiene la indiferencia, la abertura y la blancura inertes del papel; le impone distribuirse según las leyes de una forma simultánea. Reduce el fonetismo a no ser, por un instante, más que un rumor gris que completa los contornos de unafigura; pero convierte al dibujo en el delgado envoltorio que hay que agujerear para seguir, palabra a palabra, el devanado de su texto intestino.

 

El caligrama se sirve de esa propiedad de las letras de valer a la vez como elementos lineales que podemos disponer en el espacio y como signos que hemos de desplegar según la cadena única de la substancia sonora. En su calidad de signo, la letra permite fijar las palabras; como línea, permite representar la cosa. De ese modo, el caligrama pretende borrar lúdicamente las más viejas oposiciones de nuestra civilización alfabética: mostrar y nombrar; figurar y decir; reproducir y articular; imitar y significar; mirar y leer.





 

 


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