En esta parte del bestiario el animal viviente de la escritura es justamente una lectura activa, una lectura que se anima a sumergirse en la poesía a riesgo de salir transformado. Leer poesía y comentar las propias impresiones, ecos, interpretaciones es un ejercicio muy rico para la propia escritura –y para la vida-
Existen muchas maneras de leer y una de ellas es la
académica: en ella se desglosan procedimientos, formas y estilos desde un punto
de vista de teoría y/o crítica literaria (por ejemplo se analiza determinada
obra en relación a un contexto histórico, a un momento político o a un
movimiento artístico)
Si bien esas lecturas especializadas pueden ser muy útiles e
interesantes en determinados ámbitos no son las que se proponen en este
apartado.
leer poesía, además de leer de manera sencilla y directa es hacer
lecturas propias, encontrar y buscar qué dice un verso determinado,
todo lo que hace resonar en sus significados sonidos aromas texturas, rémoras
que hacen al propio cuerpo, a la propia vida
para eso no hace falta aprendizajes previos sino disponerse
ante el poema con ese intento de apertura, tomando mano a todo el mundo propio,
valorándolo como tan importante que cualquier otro saber o conocimiento
también leer y experimentar poesía es un modo de
conocimiento, y eso el algo que por experiencias propias es mucho más accesible
para los niños que para los adultos, que por conocimiento -nos vamos
domesticando- solo terminamos tomando lo racional o lo institucionalizado por
la cultura dominante
acerca de la poesía como conocimiento en un sentido muy
amplio:
Octavio Paz
“La poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono.
Operación capaz de cambiar al mundo, la actividad poética es revolucionaria por
naturaleza; ejercicio espiritual, es un método de liberación interior. La
poesía revela este mundo; crea otro. Pan de los elegidos; alimento maldito.
Aisla; une. Invitación al viaje; regreso a la tierra natal. Inspiración,
respiración, ejercicio muscular. Plegaria al vacío, diálogo con la ausencia: el
tedio, la angustia y la desesperación la alimentan. Oración, letanía, epifanía,
presencia. Exorcismo, conjuro, magia. Sublimación, compensación, condensación
del inconsciente. Expresión histórica de razas, naciones, clases. Niega a la
historia: en su seno se resuelven todos los conflictos objetivos y el hombre
adquiere al fin conciencia de ser algo más que tránsito. Experiencia,
sentimiento, emoción, intuición, pensamiento no dirigido. Hija del azar; fruto
del cálculo. Arte de hablar en una forma superior; lenguaje primitivo.
Obediencia a las reglas; creación de otras. Imitación de los antiguos, copia de
lo real, copia de una copia de la idea. Locura, éxtasis, logos. Regreso a la
infancia, coito, nostalgia del paraíso, del infierno, del limbo. Juego,
trabajo, actividad ascética. Confesión. Experiencia innata. Visión, música,
símbolo. Analogía: el poema es un caracol en donde resuena la música del mundo
y metros y rimas no son sino correspondencias, ecos, de la armonía universal.
Enseñanza, moral, ejemplo, revelación, danza, diálogo, monólogo. Voz del
pueblo, lengua de los escogidos, palabra del solitario. Pura e impura, sagrada
y maldita, popular y minoritaria, colectiva y personal, desnuda y vestida,
hablada, pintada, escrita, ostenta todos los rostros pero hay quien afirma que
no posee ninguno: el poema es una careta que oculta el vacío, ¡prueba hermosa
de la superflua grandeza de toda obra humana!”
(Octavio Paz. La casa de la presencia: poesía e historia;
Fondo de la Cultura Económica, 1994.)
Al preguntarle al poema por el ser de la poesía, ¿no
confundimos arbitrariamente poesía y poema? Ya Aristóteles decía que «nada hay
de común, excepto la métrica, entre Hornero y Empédocles; y por esto con
justicia se llama poeta al primero y fisiólogo al segundo». Y así es: no todo
poema —o para ser exactos: no toda obra construida bajo las leyes del metro—
contiene poesía. Pero esas obras métricas ¿Son verdaderos poemas o artefactos
artísticos, didácticos o retóricos? Un soneto no es un poema, sino una forma
literaria, excepto cuando ese mecanismo retórico —estrofas, metros y rimas— ha
sido tocado por la poesía. Hay máquinas de rimar pero no de poetizan Por otra
parte, hay poesía sin poemas; paisajes, personas y hechos suelen ser poéticos:
son poesía sin ser poemas. Pues bien, cuando la poesía se da como una
condensación del azar o es una cristalización de poderes y circunstancias
ajenos a la voluntad creadora del poeta, nos enfrentamos a lo poético. Cuando
—pasivo o activo, despierto o sonámbulo— el poeta es el hilo conductor y
transformador de la corriente poética, estamos en presencia de algo
radicalmente distinto: una obra. Un poema es una obra. La poesía se polariza,
se congrega y aisla en un producto humano: cuadro, canción, tragedia. Lo
poético es poesía en estado amorfo; el poema es creación, poesía erguida. Sólo
en el poema la poesía se aisla y revela plenamente. Es lícito preguntar al
poema por el ser de la poesía si deja de concebirse a éste como una forma capaz
de llenarse con cualquier contenido. El poema no es una forma literaria sino el
lugar de encuentro entre la poesía y el hombre. Poema es un organismo verbal
que contiene, suscita o emite poesía. Forma y substancia son lo mismo. Apenas
desviamos los ojos de lo poético para fijarlos en el poema, nos asombra la
multitud de formas que asume ese ser que pensábamos único. ¿Cómo asir la poesía
si cada poema se ostenta como algo diferente e irreducible?
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El poeta español Gabriel Zaid también nos habla de
aventurarnos en la lectura de poesía con libertad y sin fórmulas:
No hay receta posible.
Cada lector es un mundo, cada lectura diferente. Nuevas aguas corren tras las
aguas, dijo Heráclito; nadie embarca dos veces en el mismo río. Pero leer es
otra forma de embarcarse: lo que pasa y corre es nuestra vida, sobre un texto
inmóvil. El pasajero que desembarca es otro: ya no vuelve a leer con los mismos
ojos.
La estadística, el
psicoanálisis, la historia, la sociología, el estructuralismo, la glosa, la
exégesis, la documentación, el estudio de las fuentes, de variantes, de
influencias, el humor, el marxismo, la teología, la lingüística, la
descripción, la traducción, todo puede servir para enriquecer la lectura. Un poema
se deja leer de muchos modos (aunque no de cualquier modo: el texto condiciona
las lecturas que admite). Y cada modo ayuda a ver esto o aquello que pone de
relieve. Pero una vez que el método se convierte en receta (estadística,
sociológica, psicoanalítica, semiótica, deconstructiva), restringe la lectura.
¿Cómo leer poesía?
Embarcándose. Lo que unos lectores nos digamos a otros puede ser útil, y hasta
determinante. Pero lo mejor de la conversación, no es pasar tal juicio o tal
receta: es compartir la animación del viaje.
[Gabriel Zaid, «¿Cómo leer poesía?, Ensayos sobre
poesía]
Y qué escribir acerca de un poema, cómo contar mi propia
lectura
de la manera más sencilla, sin pudores ni temor a lo
autorreferencial, más por el contrario
desde el yo
este verso me recuerda una canción o un paisaje
para mi de lo que habla es de un tiempo perdido
es interesante cómo cambia las palabras de lugar etc.
También hay libros hermosos donde escritores y poetas
comentan la poesía de otros de manera muy personal, como lo hace Cortázar a
manera de diario en el libro La imagen de Jhon Keats, del que extraigo este
fragmento:
(La poesía es eso, el centro inexistente que hace posible
toda rueda. El poeta es ese hombre que escribe nuestros poemas. Descubrirlos,
entre tantos que no nos tocan, es hallar nuestra verdad, dicha por alguien que
es nuestro doble, el doble del aire, el doble sin nombre ni impedimentos ni
renuncias.)
LIBRO COMPLETO : IMAGEN J K
El poema, no tiene un fin moralizante, didáctico,
pedagógico, ni práctico inmediato. Pensar en la poesía como creación literaria
que genera en el lector aquello que podemos entender como “experiencia
estética”: un modo de encuentro con el mundo, con los objetos, fenómenos y
situaciones, que produce en quien lo experimenta un placer, un conjunto de
emociones y sensaciones. Humaniza los sentidos, enriquece el lenguaje y la
posibilidad de devenir otros, siendo nosotros mismos.
a manera de reflexión final con algo de humor, así como
tantas cosas distintas puede significar una luna desnuda a través de la ventana
en el poema
el cura descubre pecado
el psicoanalista interpreta lo inconsciente
el sociólogo las relaciones materiales de producción que lo
influyen
la maestra ve una rareza gramatical
el publicista un eslogan
el diseñador gráfico una disposición de caracteres
a un niño le parece un chiste
y un abogado dice que no entiende un pepino
mientras a una adolescente la enamora de las estrellas
o a un anciano
el mismo verso
lo salva de la muerte por un día
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