domingo, 5 de junio de 2022

capitulo 13 – enumeración del “caos “

 




en la poesía –y otras expresiones de escritura, damos cuenta de un deseo, de una sed humana de abarcar el mundo, de apresar el universo entero en las palabras y en sensaciones de esas palabras

describir el universo enumerando sus infinitos elementos, cosas, sensaciones es algo que casi de manera inevitable se transforma en un canto

lo hace la humanidad desde el principio del lenguaje: a veces con intención informativa, otras a manera de ritual, otras como herramienta de la memoria

en retórica llaman a este fenómeno se llama enumeración caótica:

La Enumeración Caótica es una figura retórica o figura literaria que consiste en una acumulación de palabras que no siguen ningún criterio y que no guardan ninguna relación entre sí:

  • Todo lo recordó: el mar, la carta, el beso y las estrellas.

La Enumeración Caótica fue muy usado por autores expresionistas como un recurso para transmitir la angustia o la amplitud del universo por parte del escritor.

 

 

una frase debajo de la otra, describiendo una experiencia o una serie de experiencias de lo humano como en esta canción:

 

Oraciones, para gente sin fe,
Tentaciones, de volver a beber
El veneno que tus labios me dan,
El obsceno beso de la verdad.
La balada de la casada infiel,
Demasiadas cosas por aprender,
El portero, de la Puerta del Sol,
El cartero, de tus cartas de amor,
El primero en sacarte a bailar
Un vals.
El vals
De la tristeza, más triste del mundo,
La belleza que dilapidé,
La pereza de los vagabundos,
El rompecabezas que no terminé.
La palabra secreta, la mano
Que planta violetas en el hormigón,
La maldita canción del verano,
La casa de citas de mi corazón.
Y el milagro del abecedario,
La tortuga que rompe a volar,
La ternura de los dinosaurios,
El aniversario de la soledad.
La liturgia de las despedidas
La bala perdida que viene por mí,
La nostalgia que amarga la huida,
La banda sonora de lo que viví.

CANCIÓN


Uno de los poetas que se pone como ejemplo de ese uso de la enumeración para abarcar mundo es Walt Whitman.

La enumeración caótica es una forma especial del estilo enumerativo y aunque en ella se hace uso frecuente de la anáfora y del asíndeton, no se confunde con estas formas estilísticas particulares. Las enumeraciones caóticas son como "catálogos del mundo moderno, deshecho en una polvareda de cosas, que se integran no obstante en una visión grandiosa del Todo-Uno". En la poesía de Whitman se nos ofrece en toda su pureza este rasgo estilístico que "acerca violentamente unas a otras las cosas más dispares, lo más exótico y lo más familiar, lo gigantesco y lo minúsculo, la naturaleza y los productos de la civilización humana como un niño que estuviera hojeando el catálogo de una gran tienda".

 

[fragmento de Venido de Paunamok – de Hojas de hierba]

 

Ved los vapores navegando a través de mis poemas,

Ved en mis poemas los inmigrantes que de continuo

arriban y desembarcan,

Ved hacia atrás, el wigwan, la huella, la choza del cazador,

la embarcación de cabotaje, la hoja de maíz, la concesión,

el rústico cercado y la aldea entre los bosques,

Ved hacia un costado el mar del Oeste y al otro costado el

mar del Este, cómo avanzan y se alojan

sobre mis poemas cual si fuera sobre sus playas,

Ved en mis poemas las praderas y los bosques,

Ved las bestias salvajes y las domesticadas,

Ved, más allá del Kaw, los innúmeros rebaños de búfalos

nutriéndose con las hierbas cortas y crespas,

Ved en mis poemas las sólidas ciudades, vastas,

en el interior del continente, con las calles pavimentadas,

los edificios de hierro y piedra, los vehículos que transitan

sin cesar, y el comercio.

Ved la máquina impresora con sus múltiples cilindros, el

telégrafo eléctrico que se extiende a través del continente,

Ved a través de las profundidades del Atlántico,

las pulsaciones de América llegando a Europa,

las pulsaciones de Europa que, a su vez, le responden.

Ved la locomotora potente y veloz que parte, anhelante,

dando escape al vapor de su silbato,

Ved los labriegos en las granjas, ved los mineros excavando

las minas, ved las innúmeras usinas,

Ved los artesanos con sus útiles, ante sus bancos, ved que

emergen de entre ellos los jueces supremos,

los filósofos, los presidentes, vestidos con sus ropas de trabajo,

Y, vagabundo, a través de los campos y de las tiendas de

los Estados, vedme a mí, de todos amado, noche y día

abrazado.

Escuchad allá el eco sonoro de mis canciones,

 

 

 HOJAS DE HIERBA COMPLETO



La enumeración caótica se inserta en la gran tradición judeocristiana: las letanías, la lista de los nombres de la Divinidad, y toda clase de enumeración panegírica religiosa en honor de Dios. Pero, aún más, este estilo enumerativo aparece ya en sánscrito desde el Rigveda y no sería raro que Whitman se hubiera inspirado indirectamente en textos indios

en un texto bíblico que es el Cantar de los cantares (uno de los primeros poemas de amor escritos de la humanidad de los que hay registro) , encontramos el recurso

 

He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa;


Tus ojos entre tus guedejas como de paloma;


Tus cabellos como manada de cabras


Que se recuestan en las laderas de Galaad.


2 Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas,


Que suben del lavadero,


Todas con crías gemelas,


Y ninguna entre ellas estéril.


3 Tus labios como hilo de grana,


Y tu habla hermosa;


Tus mejillas, como cachos de granada detrás de tu velo.


4 Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería;


Mil escudos están colgados en ella,


Todos escudos de valientes.


5 Tus dos pechos, como gemelos de gacela,


Que se apacientan entre lirios.


6 Hasta que apunte el día y huyan las sombras,


Me iré al monte de la mirra,


Y al collado del incienso.


7 Toda tú eres hermosa, amiga mía,


Y en ti no hay mancha.


 


 

Las enumeraciones caóticas son como "catálogos del mundo moderno, deshecho en una polvareda de cosas, que se integran no obstante en una visión grandiosa del Todo-Uno".

Forma parte del estilo de poetas cercanos a nosotros como Neruda y  Borges. En el caso de Borges, además de que aparece en muchos de sus poemas la enumeración como formato, también en cuentos y ensayos. En El idioma analítico de John Wilkins juega con las posibilidades de clasificar el mundo como carácteristica de las palabras y los idiomas:

En sus remotas páginas está escrito que los animales se dividen en a) pertenecientes al Emperador b) embalsamados c) amaestrados d) lechones e) sirenas f) fabulosos g) perros sueltos h) incluidos en esta clasificación i) que se agitan como locos j) innumerables k)dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello l) etcétera m) que acaban de romper el jarrón n) que de lejos parecen moscas. El Instituto Bibliográfico de Bruselas también ejerce el caos: ha parcelado el universo en 1000 subdivisiones de las cuales la 262 corresponde al Papa; la 282 a la Iglesia Católica Romana; la 263, al Día del Señor, la 268 a las escuelas dominicales; la 298 al mormonismo, y la 294, al brahamanismo, budismo, shintoismo y tahoísmo.

Y después en el que es posiblemente su texto más famoso “El aleph” deespliega ese gusto por enumerar, casi que uno pensaría que la historia que se narra es una excusa para ese momento

 

Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó, vi en un traspatio de la calle Soler las mismas baldosas que hace treinta años vi en el zaguán de una casa en Fray Bentos, vi racimos, nieve, tabaco, vetas de metal, vapor de agua, vi convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en Iverness a una mujer que no olvidaré, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi un cáncer en el pecho, vi un círculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un árbol, vi una quinta de Adrogué, un ejemplar de la primera versión inglesa de Plinio, la de Philemon Holland, vi a un tiempo cada letra de cada página (de chico, yo solía maravillarme de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de la noche), vi la noche y el día contemporáneo, vi un poniente en Querétaro que parecía reflejar el color de una rosa de Bengala, vi mi dormitorio sin nadie, vi en un gabinete de Alkmaar un globo terráqueo entre dos espejos que lo multiplicaban sin fin, vi caballos de crin arremolinada, en una playa del Mar Caspio en el alba, vi la delicada osatura de una mano, vi a los sobrevivientes de una batalla, enviando tarjetas postales, vi en un escaparate de Mirzapur una baraja española, vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de un invernáculo, vi tigres, émbolos, bisontes, marejadas y ejércitos, vi todas las hormigas que hay en la tierra, vi un astrolabio persa, vi en un cajón del escritorio (y la letra me hizo temblar) cartas…

CUENTO EL ALEPH


Ejemplos hay tantos que nombrarlos sería otra larga enumeración… Uno que no puedo soslayar en la poesía para niños es en el de María Elena Walsh:

 

EN UNA CAJITA DE FOSFOROS

En una cajita de fósforos

se pueden guardar muchas cosas.

Un rayo de sol, por ejemplo

(pero hay que encerrarlo muy rápido,

si no, se lo come la sombra)

Un poco de copo de nieve,

quizá una moneda de luna,

botones del traje del viento,

y mucho, muchísimo más.

Les voy a contar un secreto.

En una cajita de fósforos

yo tengo guardada un lagrima,

y nadie, por suerte la ve.

Es claro que ya no me sirve

Es cierto que está muy gastada.

Lo sé, pero que voy a hacer

tirarla me da mucha lastima

Tal vez las personas mayores

no entiendan jamás de tesoros

Basura, dirán, cachivaches

no sé porque juntan todo esto

No importa, que ustedes y yo

igual seguiremos guardando

palitos, pelusas, botones,

tachuelas, virutas de lápiz,

carozos, tapitas, papeles,

piolín, carreteles, trapitos,

hilachas, cascotes y bichos.

En una cajita de fósforos

se pueden guardar muchas cosas.

Las cosas no tienen mamá.

 

Y también les dejo este poema de Federico García Lorca, en versión cantada por Ana Belén

 


Enumerar –y a esa consigna nos arrojaremos alegremente- puede ser casi una sencilla lista de cosas, las relaciones entre cada parte pueden ser conscientes o aparecer espontáneamente. También crean ritmos y nos permiten experimentar cierta musicalidad de la escritura, de la que ya hablaremos más adelante


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

capítulo 7 – escribir (con) diálogos

        andando algunos pasos por esta casona de escritura nos acercamos a un recinto en el que se van escuchando distintas voces, como un...