todo
uso de las palabras implica un recorte de tiempo, no solamente en la narrativa
sino en poesía: allí el tiempo se
convierte en duraciones, en tamaño y como vimos la otra vez en ritmos
cuando
ya estamos sí relatando o contando una historia estamos usando diversas maneras
de ordenar el tiempo
no solo
en el plano literario sino en muchas cuestiones cotidianas
por eso
como cultura hemos desde tiempos primitivos inventando maneras de marcar el
tiempo, de demarcarlo y hacerle bordes que son arbitrarios: horas, días,
minutos
el
tiempo como fenómeno de la física es lineal y constante
El tiempo (del latín tempus)
es una magnitud física con la que se mide la duración
o separación de acontecimientos.
El tiempo permite ordenar los sucesos en secuencias,
estableciendo un pasado, un futuro y un tercer conjunto de eventos ni pasados ni
futuros respecto a otro.
En mecánica clásica a esta tercera clase se
llama presente y está formada por eventos simultáneos a uno en
particular.
En mecánica relativista el concepto de
tiempo es más complejo: los hechos simultáneos (presente) son relativos
al observador, salvo que se produzcan en el mismo lugar del espacio; por
ejemplo, un choque entre dos partículas.
Su unidad básica en el Sistema Internacional es
el segundo,
cuyo símbolo es s (debido a que es un símbolo y no una
abreviatura, no se debe escribir con mayúscula, ni se escribe como seg, sg o sec,
ni agregando un punto posterior).
- Hacia el año 1530 a. C. se construyó para el rey Amenhotep I en Egipto una vasija con características de reloj de agua.
pero en
nuestra manera de vivirlo, de ordenarlo y desordenarlo todo es absolutamente
subjetivo: una hora nos parece diferente a la otra
o el 31
de diciembre a las 12 de la noche tenemos la extraña sensación de un cambio
el
tiempo de una espera puede hacerse más lento y el tiempo de un disfrute pasa
volando
con las
palabras podemos jugar con el tiempo y generar efectos curiosos como en el verso
de los mareados que dice:
hoy vas
a entrar en mi pasado
cuando
reconstruimos algo para contarlo usamos secuencias en general de manera
inconsciente:
ayer
fui a la casa de mi tía – la que el año pasado te acordas me prometió prestarme
la máquina –recién mañana me la va a traer
terminé
viniendo en colectivo – me había levantado temprano –y cuando voy a sacar el
auto no andaba
Los dos empleados del restaurante se encontraban limpiando
las mesas después de cerrar el local. En ese momento ingresaron al lugar dos
encapuchados que les exigieron la recaudación del día. Luego los asaltantes
escaparon en un auto que habían robado dos horas antes en el
estacionamiento de un supermercado.
las
secuencias se van armando con piezas que se pueden ordenar de diversas maneras
intentando
una manera lineal
o yendo
y viniendo en los tiempos como en lo que en literatura se llama flashback o
analepsis:
La analepsis es un recurso muy usado en narrativa. Consiste
en interrumpir la línea temporal de la narración para narrar unos hechos
anteriores a aquellos de los que se venía hablando. La interrupción puede tener
una extensión menor o mayor: puede ocupar desde una única frase hasta varias
páginas de texto o incluso uno o varios capítulos.
En esta ocasión lo tenemos en la novela Pedro Páramo,
de Juan Rulfo. El narrador, que está explicando cómo se encontró en un pueblo
llamado Comala, interrumpe la escena para explicar dónde había estado el día
antes:
Era la hora en que los niños juegan en las calles de todos
los pueblos, llenando con sus gritos la tarde. Cuando aun las paredes negras
reflejan la luz amarilla del sol.
Al menos eso había
visto en Sayula, todavía ayer a esta misma hora. Y había visto también el vuelo
de las palomas rompiendo el aire quieto, sacudiendo sus alas como si se desprendieran
del día. Volaban y caían sobre los tejados, mientras los gritos de los niños
revoloteaban y parecian teñirse de azul en el cielo del atardecer.
Ahora estaba aquí, en este pueblo sin ruidos. Oía caer mis
pisadas sobre las piedras redondas con que estaban empedradas las calles.
La prolepsis es un recurso narrativo que consiste en
interrumpir la línea temporal de la narración para darle a conocer al lector un
hecho del futuro.
Veamos un ejemplo. En el inicio de la novela Cien años de soledad,
de Gabriel García Márquez, el narrador anticipa qué le sucederá a uno de los
personajes:
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el
coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su
padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte
casas de barro y caña brava construidas a la orilla de un río de aguas claras y
diáfanas que se precipitaba por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes
como huevos prehistóricos. [...]
He marcado en azul la prolepsis. Puedes ver cómo el narrador salta al futuro
para explicar dónde se encontrará el personaje años después y en qué pensará
estando allí, y luego regresa al momento en que, de niño, vivía con su padre.
Una opción más sencilla para narrar paralelamente historias
situadas en tiempos distintos: narrar un capítulo completo en uno de los
tiempos y el siguiente en el otro.
Pensemos por ejemplo en este relato:
El cazador respira después dejar a la niña y a su abuela a
salvo. Esa mañana cuando salió al bosque no sospechó la escena que tenía que
protagonizar. Ahora recuerda sus tiempos de joven cuando se burlaba de las
leyendas que nombraban al lobo feroz. Pero esta vez, una niña llamada
Caperucita Roja había sido enviada a ese bosque.
es como empezar la historia por el final, lo que cambia los
tiempos y también el punto de vista
otro aspecto del tiempo en la escritura muy curioso y para
disfrutar y experimentar al escribir es estirar alargar y acortar el relato a
gusto
La abuela de caperucita miraba por la ventana mientras
recordaba viejas recetas que hacía rato no preparaba. Las frutas y elementos
que solía conseguir cuando tenía más energía para ir al mercado del pueblo, o
cuando podía adentrarse a buscar setas al bosque sin mucho miedo a las brujas o
los Lobos (y contar una receta).
podemos jugar a ser dioses del tiempo: detenerlo, ir al
futuro y al pasado, acelerarlo, desdoblarlo en
paralelo y demás…
uno de los ejemplos llamativos es este texto contado hacia
atrás:
Los amigos, con rostro solemne, «desfirmaron» los pliegos de
firmas de condolencia y le desestrecharon» la mano. Luego entraron para
sentarse un momento y mirar el ataúd cerrado. Después se fueron, hasta que se
quedó solo con el maestro de ceremonias de la funeraria.
Luego estaba más solo todavía.
Las lágrimas le subían por las mejillas.
Su traje y su camisa volvían a estar planchados y
crujientes.
Retrocedió hasta su casa, se desnudó, se despeinó. Luego el
día se desplomó alrededor de él hasta dar con la mañana y regresó a la cama a «desdormir»
otra noche
El cuento es Divina locura, de Roger Zelazny
Esta idea de Macedonio acerca del tiempo y los juegos en que
considera su ordenación en calendarios y relojes como algo permutable por -
otras realidades, reaparece asiduamente en la obra de Cortázar. EL ejempío más
claro de tal reaparición se encuentra en Historias de cronopios y de famas: el
cuento del reloj-alcachofa cuyo tiempo consistía en la duración de sí mismo
mientras era inevitablemente comido. El Calendario es un modo de admisión del
tiempo. Creer en los almanaques significa aceptar un orden, aumir una
perspectiva ante la realidad. Confundir el almanaque con el tiempo mismo, y
suponerlo real e inamovible en vez de arbitrario y convencional, es uno de los
modos de experimentar el mundo que Macedonio quiere cambiar. En un textó
titulado "'La nada de un viaje de Colón", Macedonio elabora la duda
acerca del tiempo al cambiar y sugerir imposibilidades sobre las fechas dadas
por los historiadores:
Colón se encontraba en Italia cuando nació. Aunque esto le
ocurrió a Colón, como a todos los hombres, en un día y año, la fecha exacta no
la tenemos hoy: se habrá echado- a perder por no haber sido guardada en un
lugar seco y frío; lo cierto es que hay hombres poderosos o ricos o de
celebridad que no disponen de esa fecha que los más humildes de Génova la
supieron de memoria instantes después. Sólo hay de cierto que el hecho ocurrió
en uno de los días de su primer año de existencia y que el día de su nacimiento
fue tan exacto como el mejor del año en exactitud. Es una fantasía
incomprensible, una teoría a la que nada de tonto le falta, sostener que nació
en un día inexacto como alegar que nació en vaios lugares: dos o tres de España
y uno de Italia, además del de nacimiento.
nuestros juegos y ejercicios nos pueden servir para explorar
nuevas experiencias y formas de escritura, pero también para desnaturalizar
nuestro sentido rutinario del tiempo, re pensarlo y re inventarlo un poco,
enriquecerlo con la imaginación y de esa manera se
por un rato al menos
nosotros quienes juguemos con el tiempo
(ya que el tiempo juega con nosotros constante e
indetenible)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario