domingo, 31 de julio de 2022

capítulo 18 –el tiempo en la escritura



 

todo uso de las palabras implica un recorte de tiempo, no solamente en la narrativa sino en poesía:  allí el tiempo se convierte en duraciones, en tamaño y como vimos la otra vez en ritmos

cuando ya estamos sí relatando o contando una historia estamos usando diversas maneras de ordenar el tiempo

no solo en el plano literario sino en muchas cuestiones cotidianas

por eso como cultura hemos desde tiempos primitivos inventando maneras de marcar el tiempo, de demarcarlo y hacerle bordes que son arbitrarios: horas, días, minutos

el tiempo como fenómeno de la física es lineal y constante

El tiempo (del latín tempus) es una magnitud física con la que se mide la duración o separación de acontecimientos.

El tiempo permite ordenar los sucesos en secuencias, estableciendo un pasado, un futuro y un tercer conjunto de eventos ni pasados ni futuros respecto a otro.

En mecánica clásica a esta tercera clase se llama presente y está formada por eventos simultáneos a uno en particular.

En mecánica relativista el concepto de tiempo es más complejo: los hechos simultáneos (presente) son relativos al observador, salvo que se produzcan en el mismo lugar del espacio; por ejemplo, un choque entre dos partículas.

Su unidad básica en el Sistema Internacional es el segundo, cuyo símbolo es s (debido a que es un símbolo y no una abreviatura, no se debe escribir con mayúscula, ni se escribe como seg, sg o sec, ni agregando un punto posterior).

 

Clepsidra, invento egipcio para medir el tiempo

  • Hacia el año 1530 a. C. se construyó para el rey Amenhotep I en Egipto una vasija con características de reloj de agua.


pero en nuestra manera de vivirlo, de ordenarlo y desordenarlo todo es absolutamente subjetivo: una hora nos parece diferente a la otra

o el 31 de diciembre a las 12 de la noche tenemos la extraña sensación de un cambio

el tiempo de una espera puede hacerse más lento y el tiempo de un disfrute pasa volando

con las palabras podemos jugar con el tiempo y generar efectos curiosos como en el verso de los mareados que dice:

hoy vas a entrar en mi pasado



 

cuando reconstruimos algo para contarlo usamos secuencias en general de manera inconsciente:

ayer fui a la casa de mi tía – la que el año pasado te acordas me prometió prestarme la máquina –recién mañana me la va a traer

terminé viniendo en colectivo – me había levantado temprano –y cuando voy a sacar el auto no andaba

 

Los dos empleados del restaurante se encontraban limpiando las mesas después de cerrar el local. En ese momento ingresaron al lugar dos encapuchados que les exigieron la recaudación del día. Luego los asaltantes escaparon en un auto que habían robado dos horas antes en el estacionamiento de un supermercado.


las secuencias se van armando con piezas que se pueden ordenar de diversas maneras

intentando una manera lineal

o yendo y viniendo en los tiempos como en lo que en literatura se llama flashback o analepsis:

 

La analepsis es un recurso muy usado en narrativa. Consiste en interrumpir la línea temporal de la narración para narrar unos hechos anteriores a aquellos de los que se venía hablando. La interrupción puede tener una extensión menor o mayor: puede ocupar desde una única frase hasta varias páginas de texto o incluso uno o varios capítulos.

En esta ocasión lo tenemos en la novela Pedro Páramo, de Juan Rulfo. El narrador, que está explicando cómo se encontró en un pueblo llamado Comala, interrumpe la escena para explicar dónde había estado el día antes:


Era la hora en que los niños juegan en las calles de todos los pueblos, llenando con sus gritos la tarde. Cuando aun las paredes negras reflejan la luz amarilla del sol.

Al menos eso había visto en Sayula, todavía ayer a esta misma hora. Y había visto también el vuelo de las palomas rompiendo el aire quieto, sacudiendo sus alas como si se desprendieran del día. Volaban y caían sobre los tejados, mientras los gritos de los niños revoloteaban y parecian teñirse de azul en el cielo del atardecer.

Ahora estaba aquí, en este pueblo sin ruidos. Oía caer mis pisadas sobre las piedras redondas con que estaban empedradas las calles.

ARTICULO FLASHBACK


DIVINA LOCURA

La prolepsis es un recurso narrativo que consiste en interrumpir la línea temporal de la narración para darle a conocer al lector un hecho del futuro.

Veamos un ejemplo. En el inicio de la novela Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, el narrador anticipa qué le sucederá a uno de los personajes:


Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y caña brava construidas a la orilla de un río de aguas claras y diáfanas que se precipitaba por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. [...]


He marcado en azul la prolepsis. Puedes ver cómo el narrador salta al futuro para explicar dónde se encontrará el personaje años después y en qué pensará estando allí, y luego regresa al momento en que, de niño, vivía con su padre.

 

Una opción más sencilla para narrar paralelamente historias situadas en tiempos distintos: narrar un capítulo completo en uno de los tiempos y el siguiente en el otro.

Pensemos por ejemplo en este relato:

El cazador respira después dejar a la niña y a su abuela a salvo. Esa mañana cuando salió al bosque no sospechó la escena que tenía que protagonizar. Ahora recuerda sus tiempos de joven cuando se burlaba de las leyendas que nombraban al lobo feroz. Pero esta vez, una niña llamada Caperucita Roja había sido enviada a ese bosque.

es como empezar la historia por el final, lo que cambia los tiempos y también el punto de vista

otro aspecto del tiempo en la escritura muy curioso y para disfrutar y experimentar al escribir es estirar alargar y acortar el relato a gusto

La abuela de caperucita miraba por la ventana mientras recordaba viejas recetas que hacía rato no preparaba. Las frutas y elementos que solía conseguir cuando tenía más energía para ir al mercado del pueblo, o cuando podía adentrarse a buscar setas al bosque sin mucho miedo a las brujas o los Lobos (y contar una receta).

podemos jugar a ser dioses del tiempo: detenerlo, ir al futuro y al pasado, acelerarlo, desdoblarlo en  paralelo y demás…

 

uno de los ejemplos llamativos es este texto contado hacia atrás:

 

Los amigos, con rostro solemne, «desfirmaron» los pliegos de firmas de condolencia y le desestrecharon» la mano. Luego entraron para sentarse un momento y mirar el ataúd cerrado. Después se fueron, hasta que se quedó solo con el maestro de ceremonias de la funeraria.

Luego estaba más solo todavía.

Las lágrimas le subían por las mejillas.

Su traje y su camisa volvían a estar planchados y crujientes.

Retrocedió hasta su casa, se desnudó, se despeinó. Luego el día se desplomó alrededor de él hasta dar con la mañana y regresó a la cama a «desdormir» otra noche

 

El cuento es Divina locura, de Roger Zelazny

DIVINA LOCURA

El argentino Macedonio Fernandez se revelaba contra el tiempo: 

Esta idea de Macedonio acerca del tiempo y los juegos en que considera su ordenación en calendarios y relojes como algo permutable por - otras realidades, reaparece asiduamente en la obra de Cortázar. EL ejempío más claro de tal reaparición se encuentra en Historias de cronopios y de famas: el cuento del reloj-alcachofa cuyo tiempo consistía en la duración de sí mismo mientras era inevitablemente comido. El Calendario es un modo de admisión del tiempo. Creer en los almanaques significa aceptar un orden, aumir una perspectiva ante la realidad. Confundir el almanaque con el tiempo mismo, y suponerlo real e inamovible en vez de arbitrario y convencional, es uno de los modos de experimentar el mundo que Macedonio quiere cambiar. En un textó titulado "'La nada de un viaje de Colón", Macedonio elabora la duda acerca del tiempo al cambiar y sugerir imposibilidades sobre las fechas dadas por los historiadores:

Colón se encontraba en Italia cuando nació. Aunque esto le ocurrió a Colón, como a todos los hombres, en un día y año, la fecha exacta no la tenemos hoy: se habrá echado- a perder por no haber sido guardada en un lugar seco y frío; lo cierto es que hay hombres poderosos o ricos o de celebridad que no disponen de esa fecha que los más humildes de Génova la supieron de memoria instantes después. Sólo hay de cierto que el hecho ocurrió en uno de los días de su primer año de existencia y que el día de su nacimiento fue tan exacto como el mejor del año en exactitud. Es una fantasía incomprensible, una teoría a la que nada de tonto le falta, sostener que nació en un día inexacto como alegar que nació en vaios lugares: dos o tres de España y uno de Italia, además del de nacimiento.

nuestros juegos y ejercicios nos pueden servir para explorar nuevas experiencias y formas de escritura, pero también para desnaturalizar nuestro sentido rutinario del tiempo, re pensarlo y re inventarlo un poco, enriquecerlo con la imaginación y de esa manera se

por un rato al menos

nosotros quienes juguemos con el tiempo

(ya que el tiempo juega con nosotros constante e indetenible)


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