en
varios capítulos desde distintos costados nos encontramos con elementos que son
puntos de partida, herramientas reales de juego para generar un motivo para
escribir
el
título de un texto es un arte sutil que muchas veces nos pone en un juego mental
complicado, una serie vertiginosa de variantes que pensamos hasta que una
palabra o frase cierra, ya sea porque nos gusta cómo suena
o
porque nos da la sensación de que condensa de la manera más acertada el
contenido de ese texto
podemos
pensar que tanto en obras literarias como de otras artes –cine, teatro- han
sido llamativos y relevantes en algunas ocasiones dando un giro sobre la obra
que da la premisa de que no funcionaría un título diferente
se
puede ilustrar con algunos ejemplos:
Un tranvía
llamado deseo
obra de
teatro de Tennessee Williams
El
nombre de la rosa
novela
de Umberto Eco
-así
como la semana pasada nombramos En busca del tiempo perdido
Un
capítulo aparte muy curioso y a veces cómico es lo que sucede con las
traducciones sobre todo en el cine. Algunos ejemplos tomados de por ahí
The sound of music
- traducido como Sonrisas y lágrimas
Ice princess
- traducido como Soñando,
soñando… triunfé patinando
Thelma and Louise – traducido como Un final
inesperado
101 Dalmatians –traducido como la noche de las narices
frías
Home alone – Mi pobre angelito
Star wars -
Guerra de las galaxias
En general son decisiones comerciales con un objetivo de venta.
volviendo al tema de hoy precisamente pensaba en
Las alas del deseo como uno de esos títulos de películas memorables
aunque el original en alemán es El cielo sobre Berlín
El cine tiene títulos como Lo que el viento se llevó que quedan en la
memoria aún más que la historia que cuentan.
En el plano de la narrativa buscamos algo que condense la historia o
remarque un elemento de la misma. Y a su vez solemos buscar que sea original (hablemos
sobre el fantasma de la originalidad y el plagio un poco…) y que llame la
atención, que invite a leer.
Al tratarse de literatura hay una linda libertad de juego, no como en
un texto académigco por ejemplo donde el título debería expresar conceptos que
indudablemente remiten al cuerpo del texto. La poética, el sonido, los juegos
de palabra y la metáfora pueden formar parte de nuestros títulos.
Si miramos por ejemplo a Cortázar y Borges cómo titulaban sus cuentos
encontramos esos elementos:
La continuidad de los parques
La noche boca arriba
El jardín de los senderos que se bifurcan
La muerte y la brújula
El hombre en el umbral
Me acuerdo por otro lado un hermoso título de Onetti: Tan triste como
ella
Son escritores que parecen tener una predilección por trabajar en títulos con una poética especial.
Sucede también con Abelardo Castillo en sus cuentos:
Las panteras y el templo
Vivir es fácil, el pez está saltando
Crear una pequeña flor es trabajo de siglos
El hacha pequeña de los indios
A veces se plantean también juegos parodiando o trucando títulos que ya existen:
ASÍ SERÍAN LOS
TÍTULOS DE NOVELAS CONOCIDAS SI SE HUBIERAN ESCRITO PARA CONSEGUIR MÁS CLICKS
25 títulos de
novelas “recortados” para Twitter
En cuanto a la poesía sabemos que tenemos la opción de los poemas sin
título, o con título de número o utilizando el primer verso como título, pero
también la aleección personal de inventarle un título al poema. En mi opinión
el título de un poema puede considerarse
como un poema en sí mismo. Y también remarca el tema o la esencia de lo que se
quiere decir:
-dos poemas de Alejandra Pizarnik
PRESENCIA
tu voz
en este no poder salirse las cosas
de mi mirada
ellas me desposeen
hacen de mí un barco sobre un río de piedras
si no es tu voz
lluvia sola en mi silencio de fiebres
tú me desatas los ojos
y por favor
que me hables
siempre
//
EL INFIERNO MUSICAL
Golpean con soles
Nada se acopla con nada aquí
Y de tanto animal muerto en el cementerio de
huesos filosos de mi
memoria
Y de tantas monjas como cuervos que se precipitan
a hurgar entre mis
piernas
La cantidad de fragmentos me desgarra
Impuro diálogo
Un proyectarse desesperado de la materia
verbal
Liberada de sí misma
Naufragando en sí misma
Momentos
El título puede ser
una búsqueda posterior para un texto que ya hemos escrito, al que podemos
llegar con re lecturas e interpretaciones.
Y también ser lo
primero que aparece. “Tengo ganas de escribir un cuento que se llame Todos los domingo
llueve” o “un poema La niebla del corazón”
Como punto de
partida el título suele ser un buen disparador de escritura.
No hay formulas para
crear títulos aunque sí herramientas de juego:
un ejemplo tomado de
por ahí:
UN DÍA ESCRIBIRÉ UN LIBRO QUE LLAMADO…
Piensa en 5 títulos
de libros que te gustaría escribir algún día, lo más atractivos
posibles. ¿Qué podría intrigar a otros lectores? ¿Qué te intriga a ti?
Puedes inventar el nombre de una historia de terror o un cuento de superhéroes
o un poema sobre una flor encantada o una aventura submarina. O puede ser que
inventes el nombre de una nueva saga de vampiros o una nueva novela de amor
prohibido. También podrías pensar nombres de enciclopedias de cosas imposibles
o diccionarios de seres fantásticos. Busca en la biblioteca más cercana
(puede ser la de tu casa) títulos de libros para inspirarte.
Luego puedes
escribir en un par de líneas de qué tratará. Este es un ejercicio que hacen
muchos escritores profesionales.
Una variante
divertida es cambiar el título de cinco libros que ya existan: La peor
cebolla del mundo, Donde viven los piojos, Los juegos
del parque… O elegir los títulos de 10 libros y combinarlos entre
sí: El laberinto de la selva, Las ventajas de ser Frankenstein, El
jardín secreto y las reliquias de la muerte, Moby Dick en el País de las
Maravillas, El rey Arturo en la máquina del tiempo, El libro salvaje de Drácula…
¿Qué quieres provocar con tu título? ¿Miedo, curiosidad, risa? Y ¿qué se te
ocurre para: Cien años de…, La vuelta al mundo en…, Charlie y la fábrica de…,
Cuentos de amor, locura y…, El maravilloso mago de…, ?
y otras:
Combinar palabras –como
cuando hablamos de binomio fantástico
usar el sonido o
tono o evocar títulos ya existente
La insoportable brevedad del atardecer (La insoportable levedad del ser)
usar frases que
contengan paradojas o sinsenitdo y/o metáfora
Sangran las lunas en los cables de la luz
Cuando escribo con
niños/as también usamos la exageración, la maravilla y la grandilocuancia para
inventar títulos que nos lleven a después inventar historias
siempre con el ejemplo
de que una cosa es
La bicicleta de Ernesto
y otra
La increíble
bicicleta mágica de Ernesto
Hay muchos otros
giros y trucos y hasta chistes como el de Fontanarrosa con “Puto el que lee
esto”
Inventar un lindo
título es una tarea de las mejores que puede tener nuestro día. Escribirlos
muchos –tengan obra después o no- delirar e imaginar títulos de teatro de
poesía de novela
y también hilando
con el capítulo anterior imaginar qué título le pondríamosa un libro sobre
nuestra propia vida…
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