no sé
si es salir del yo –que en lo que
ponemos en escribir es tan potente y tan sufriente de sí mismo-
tal vez
es compartirle estancos, abrirles ventanas, dejarse contaminar por otros yo
esa
tensión entre comunidad e inmunidad que escribe tanto el filósofo italiano
Expísoto
el paso
de hacer solo a hacer con es para empezar felizmente incómodo
en
concreto en ejemplo yo empiezo un poema y lo sigue el otro ¿hacia dónde irá?
tal vez lo arruine, o lo mejore
del
mismo modos con un relato
sin
embargo lo que sucede allí no es poco, son imaginaciones y sujetos puestos en
juego y en vínculo es una fórmula muy poderosa y trasformadora cuando funciona
puede
ser una dupla, un grupo
puede
ser una propuesta pensada como proyecto largo o un juego de azar
una de
las opciones nos cuenta un costado político de la escritura que rompe con el
individualismo del autor creador:
Por Marina Arias (Dra. en Comunicación de la Universidad
Nacional de La Plata)
¿A qué llamamos escritura colectiva de ficción?: a la
producción de narraciones escritas entre dos o más participantes. El género
puede ser novela o relato, la cuestión es que el texto sea el fruto de un
trabajo colaborativo en el que lxs “autorxs” se diluyen o se funden en una voz
que los trasciende, y que es más y diferente que la suma de las voces
participantes en la experiencia. Estamos convencidos de que la escritura
colectiva de ficción no puede ser una planificación cerrada ni un manual
estanco de consejos para escribir de un modo “correcto” (en ese sentido, no hay
textos “bien” o “mal” escritos). La escritura colectiva de ficción es una
búsqueda y una creación permanente de sentido: ése es nuestro sur y nuestra
brújula. Las historias que se narran se construyen y descubren en la praxis
escritural. En estos tiempos de regreso del neoliberalismo, la escritura
colectiva es, sin lugar a dudas, una praxis cultural contrahegémonica: no hay
autor ni propietario del texto. Y, por sí misma, esa característica la instala
ya como un ruido disruptivo en la “matrix” cultural en la que estamos
formateados y tramados lxs sujetxs ontemporánexs. Quizás resulte necesario
aclarar que la escritura colectiva de ficción que proponemos no es un trabajo
de escritura espontáneo ni “inconsciente”, a la manera de los poetas
surrealistas. Muy por el contrario, las decisiones argumentales que se toman se
explicitan, se discuten, se consensuan y finalmente se llevan adelante. Hay
marchas y contramarchas. Hay avanzadas y repliegues. Por eso los proyectos de
escritura colectiva pueden ser también espacios de aprendizaje político y
militante.
por otra parte el fragmento anterior también alude a otra
forma en la que es el surrealismo su principal propulsor: una forma de escribir
con el otro que da lugar a la aparición mágica de la poesía, el fluir del inconsciente
y – quí estará el puente de unión con el otro – el AZAR
de allí viene esa experiencia creativa o juego que llamamos cadáver
exquisito
según una definición básica:
Cadáver exquisito es un juego
de palabras por medio del cual se crean maneras de sacar de una imagen
muchas más. El resultado es conocido como un cadáver exquisito o cadavre
exquis en francés. Es una técnica usada por los surrealistas en
1925, y se basa en un juego de mesa llamado consecuencias 1en
el cual los jugadores escribían por turno en una hoja de papel, la doblaban
para cubrir parte de la escritura, y después la pasaban al siguiente jugador
para otra colaboración.
Se juega entre un grupo de personas que escriben o dibujan
una composición en secuencia. Cada persona solo puede ver el final de lo que
escribió el jugador anterior. El nombre se deriva de una frase que surgió
cuando fue jugado por primera vez en francés: « Le cadavre - exquis -
boira - le vin - nouveau » (El cadáver exquisito beberá el vino nuevo).
En resumidas cuentas se combinan cosas de una idea agregando elementos que
pueden o no pertenecer a la realidad. Los teóricos y asiduos al juego (en un
principio, Robert Desnos, Paul
Éluard, André Bretón y Tristan
Tzara) sostenían que la creación, en especial la poética, debe ser anónima
y grupal, intuitiva, espontánea, lúdica y en lo posible automática. De hecho,
muchos de estos ejercicios se llevaron a cabo bajo la influencia de sustancias
que inducían estados de semiinconsciencia o durante experiencias hipnóticas.
Pablo Neruda y Federico García Lorca los llamaron poemas
al alimón; Nicanor Parra y Vicente
Huidobro, quebrantahuesos. Junto a Enrique
Lihn y Alejandro Jodorowsky, hicieron una exposición
denominada "El quebrantahuesos". Nicolas
Calas –vanguardista greco-estadounidense- sostenía que un cadáver
exquisito tiene la facultad de revelar la realidad inconsciente del grupo que
lo ha creado, en concreto los aspectos no verbalizados de la angustia y el
deseo de sus miembros, en relación con las dinámicas de posicionamiento
afectivo dentro del mismo. Max Ernst observó
que el juego funciona como un 'barómetro' de los contagios intelectuales dentro
de un círculo de creadores.
volviendo un poco a la narrativa –siempre con la idea de ir
y venir- escritores se han reunido bajo nombres ficticios para hacer obras diferentes a la del propio nombre y en
grupo
un ejemplo es el escritor Bustos Domeq, que en realidad son
escritos por Borges y Bioy Casares
Honorio Bustos Domecq es el autor ficticio de
varias colección de relatos detectivescos: Seis problemas para don
Isidro Parodi (publicada en 1942), Un modelo para la
muerte (1946), Crónicas de Bustos Domecq (1967)
y Nuevos cuentos de Bustos Domecq (1977). Fueron escritos en
colaboración entre los escritores argentinos Jorge
Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.1
La obra viene precedida de una somera biografía sobre el
supuesto autor a cargo de una maestra llamada Adelma Badoglio, así como de una
redicha presentación de un tal Gervasio Montenegro, imaginario colega y amigo
de Honorio Bustos. Gervasio Montenegro aparece también como personaje, un
célebre actor acusado de asesinato, en algunos de los relatos que se supone que
prologa.
Según su biógrafa, Honorio Bustos Domecq, nació en la
localidad argentina de Pujato y fue un escritor precoz
que publicó sus primeras obras en la prensa de Rosario a la edad de 10 años. Fue un
eminente polígrafo y durante la intervención de Labruna fue nombrado Inspector
de Enseñanza y, más tarde, Defensor de Pobres.
El origen del pseudónimo consiste en la reunión de los
apellidos de un bisabuelo materno cordobés de Borges (Bustos) y del bisabuelo
de Bioy (Domecq).
Otro ejemplo es el grupo platense Enjanmbre de jengibres,
que jugó durante años una escritura grupal de novela entre autores mayormente
estudiantes y docentes de letras.
pueden verlos en este video, algunos de ellos son Necochenses:
Es raro, es otro de esos extrañamientos cuando rompemos con
lo acostumbrado, en este caso romper la fina tela del ego que en general busca
expresar solo lo suyo –y esto no es que seamos malas personas, es ancestral y
un mecanismo bastante inconsciente.
Es difícil, pasar de una voz a otra. Cómo hubiera sido un
cuento escrito el principio por E.A. Poe, la mitad por Julio Cortázar y el
final por Paul Auster. Un poema escrito entre Pizarnik y Spinetta?
Es un lindo ejercicio imaginar esas mezclas, cada cual con
autores/as que más gusta y prefiere.
Cuando es de largo proyecto es interesante las idas y
vueltas: ver lo que continuó el otro y seguir y volver a ver. además de ese
costado paralelo de comentarse entre personas de qué va la escritura y lo que
se lee del otro. es un poderoso y jugoso y enriquecedor vínculo que se va dando
en el proceso.
Tenemos experiencias también muy cercanas como el libro
Enlazados, coordinado por Alejandra Fernández
como una idea en cuarentena, que además da cuenta del rol de las nuevas
plataformas tecnológicas en la escritura
las redes sociales
páginas y aplicaciones de publicación colectiva como Wattpad
o Issuu
La posibilidad de nuevas formas de implicarse en la
escritura y la lectura parece estar reanimando también la vocación humana de
narrar ficciones, según Benjamín (1991) la forma más artesanal, de la
comunicación. Los “relatos compartidos” que se analizan en este trabajo
presentan efectivamente una factura y una calidad artesanal en tanto no aspiran
al estatuto estético o artístico de la literatura ni a los derechos de
propiedad intelectual ni a las responsabilidades y privilegios de la autoría
legítima. Son prácticas lúdicas, anónimas y colectivas, ejercicios
rudimentarios o sofisticados de ficcionalización. El procedimiento de
composición de las “historias compartidas” es muy simple: consiste en una
suerte de escritura por relevos - regulada por algunas normas básicas - donde
según un orden aleatorio cada participante va sumando un eslabón a la trama. En
su mecánica se asemeja al juego del “cadáver exquisito”1 , pero en este caso
los jugadores pueden ver la totalidad del texto a medida que se va componiendo
de manera que - a diferencia del invento surrealista - aquí no se propicia la
intervención del azar, aunque de hecho sea imposible eliminar sus efectos y
permanentemente se manifieste como un vector dispersivo que atraviesa y
desordena el texto.
Los relatos compartidos están tensados entre dos lógicas
opuestas: la del tradicional modelo narrativo basado en la cohesión y la
coherencia textual por un lado y por el otro la de una configuración rizomática
favorecida por el dispositivo virtual. Así, el proceso narrativo oscila entre
una tendencia integradora, unificadora, totalizante y conclusiva (diríase
“constructiva”) y un impulso dispersivo y desestructurante que por lo general
se impone sobre la primera.
Para ahondar más en este interesante artículo: JUEGOS DE
NARRACIÓN COLECTIVA EN LAS COMUNIDADES VIRTUALES
El cadáver exquisito es un juego que idearon los artistas
del dadaísmo para la creación en grupo. El juego consiste en comenzar un dibujo
o un texto en un papel y doblarlo de manera que el siguiente participante sólo
vea el final del mismo (unas líneas o unas palabras) para continuarlo sin saber
lo que hay antes.
Con lógica parecida los chilenos hicieron los
quebrantahuesos:
Saben qué son los quebrantahuesos?
Son ingeniosos poemas visuales hechos con recortes de períodicos.
En el año 1952, Nicanor Parra junto a sus amigos Enrique
Lihn y Alejandro Jodorowsky, hicieron una serie de quebrantahuesos que
exhibieron en distintos lugares de Santiago y asombraron a muchas personas.
Terminando este año con mucho agradecimiento no puedo dejar
de reflexionar sobre esa escritura colectiva que es la participación en un
taller literario donde se da tanto el intercambio, el contagio con el otro, el
asombro de recibir otras voces y otras imaginaciones en las consignas.
Es colectiva porque si bien la escritura nos implica en
etapas de profunda soledad, a su vez es ese misterio que nos reúne.
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