COMO AL
MIRAR el cielo de la noche despejada en un campo o en un corte de luz, aparece
lo inabarcable
una
galaxia, una constelación de mundos y lunas y movimiento: es la poesía
porque
es mucho más que un género literario como la estudiamos en la escuela
como el
amor, es de esas cosas que no se dejan encerrar en una definición única
existe
desde que somos seres con lenguaje, es decir miles de años
ha
cumplido funciones de orden social, amoroso, religioso, político, también
humorístico
el qué
es de la poesía lo vamos a jugar en el taller
pero
por otro lado podemos jugar con el dónde es
poesía
es sí en un libro de poemas
también
es en
un
nacimiento
un
amor/ desamor
la
muerte
un
trabajo hecho para el otro
así podríamos jugar con el cómo es
la poesía es profunda
musical
imaginativa
extraña
sensible
sentimental
emotiva
política
exagerada
ritual
intensa
rítmica
o el para qué o con quién etc.
entre los para qué ha sido desde el principio
de los tiempos una manera cantada de memoria de los hechos históricos
de evocar los misterios que nos abruman del
universo y la naturaleza con sus dioses y su magia y las evocaciones
su función de rito amoroso y cortejo
su para qué relacionado comunicarse con el
más allá en textos que se convirtieron en religiosos
como en los salmos
El poeta mexicano Octavio Paz nos deja esta
poderosa reflexión acerca de la poesía
Octavio Paz, en su texto El Arco y la Lira,
realizó una profunda reflexión sobre la poesía, su función social y una crítica
histórica sobre la poética. Por este motivo, en el Día Mundial de la Poesía,
compartimos un fragmento en el que el Premio Nobel ahondó sobre una pregunta
que todos nos hacemos: ¿Qué es la poesía y para qué nos sirve en la sociedad?
La poesía es
conocimiento, salvación, poder, abandono. Operación capaz de cambiar al mundo,
la actividad poética es revolucionaria por naturaleza; ejercicio espiritual, es
un método de liberación interior. La poesía revela este mundo; crea otro. Pan
de los elegidos; alimento maldito. Aísla; une. Invitación al viaje; regreso a
la tierra natal. Inspiración, respiración, ejercicio muscular. Plegaria al
vacío, diálogo con la ausencia: el tedio, la angustia y la desesperación la
alimentan. Oración, letanía, epifanía, presencia. Exorcismo, conjuro, magia.
Sublimación, compensación, condensación del inconsciente. Expresión histórica
de razas, naciones, clases. Niega a la historia: en su seno se resuelven todos
los conflictos objetivos y el hombre adquiere al fin conciencia de ser algo más
que tránsito. Experiencia, sentimiento, emoción, intuición, pensamiento
no-dirigido. Hija del azar; fruto del cálculo. Arte de hablar en una forma
superior; lenguaje primitivo. Obediencia a las reglas; creación de otras.
Imitación de los antiguos, copia de lo real, copia de una copia de la Idea.
Locura, éxtasis, logos. Regreso a la infancia, coito, nostalgia del paraíso,
del infierno, del limbo. Juego, trabajo, actividad ascética. Confesión.
Experiencia innata. Visión, música, símbolo. Analogía: el poema es un caracol
en donde resuena la música del mundo y metros y rimas no son sino
correspondencias, ecos, de la armonía universal. Enseñanza, moral, ejemplo,
revelación, danza, diálogo, monólogo. Voz del pueblo, lengua de los escogidos,
palabra del solitario. Pura e impura, sagrada y maldita, popular y minoritaria,
colectiva y personal, desnuda y vestida, hablada, pintada, escrita, ostenta
todos los rostros pero hay quien afirma que no posee ninguno: el poema es una
careta que oculta el vacío, ¡prueba hermosa de la superflua grandeza de toda
obra humana!
y a su vez esta marca
entre poesía y poema
Al preguntarle al poema
por el ser de la poesía, ¿no confundimos arbitrariamente poesía y poema? Ya
Aristóteles decía que "nada hay de común, excepto la métrica, entre Homero
y Empédocles; y por esto con justicia se llama poeta al primero y fisiólogo al
segundo". Y así es: no todo poema -o para ser exactos: no toda obra
construida bajo las leyes del metro- contiene poesía. Pero esas obras métricas
¿son verdaderos poemas o artefactos artísticos, didácticos o retóricos? Un
soneto no es un poema, sino una forma literaria, excepto cuando ese mecanismo
retórico -estrofas, metros y rimas- ha sido tocado por la poesía. Hay máquinas
de rimar pero no de poetizar. Por otra parte, hay poesía sin poemas; paisajes,
personas y hechos suelen ser poéticos: son poesía sin ser poemas. Pues bien,
cuando la poesía se da como una condensación del azar o es una cristalización
de poderes y circunstancias ajenos a la voluntad creadora del poeta, nos
enfrentamos a lo poético. Cuando -pasivo o activo, despierto o sonámbulo- el poeta
es el hilo conductor y transformador de la corriente poética, estamos en
presencia de algo totalmente distinto: una obra. Un poema es una obra. La
poesía se polariza, se congrega y aísla en un producto humano: cuadro, canción,
tragedia. Lo poético es poesía en un estado amorfo; el poema es creación,
poesía erguida. Sólo en el poema la poesía se aísla y revela plenamente. Es
lícito preguntar al poema por el ser de la poesía si deja de concebirse a éste
como una forma capaz de llenarse con cualquier contenido. El poema no es una
forma literaria sino el lugar de encuentro entre la poesía y el hombre. Poema
es un organismo verbal que contiene, suscita o emite poesía. Forma y sustancia
son lo mismo.
siempre rescatamos
aquella bandera que enarboló el movimiento surrealista –del que ya hablaremos
en otro capítulo de este cosmos-
la poesía debe ser
hecha por todos –no solo por algunos
que es un verso del
misterioso Issidore Ducasse, poeta francés que vivió en Uruguay y murió muy
joven dejando su obra bajo el seudónimo de Conde de Maldoror
de influencia también
surrealista el poeta argentino Aldo Pellegrini también afirma la poesía como
mucho más que el escribir:
Hay una fuerza en el hombre, proveniente del simple hecho de vivir, que
condiciona su destino de modo fatal. Esta fuerza se vuelve visible a cada
momento a través de las manifestaciones del amor, que tiende a trascender del
individuo en una comunión con el todo, tiene sus propias leyes irreductibles a
los esquemas racionales. La poesía aparece como expresión de ese impulso hacia
el cumplimiento de un destino vital, y la fatalidad de ese destino se revela en
la poesía como un hecho indiscutible. La poesía no es, por consiguiente, un
lujo o un divertimiento, sino una necesidad, del mismo modo que lo es el amor.
Todas las otras necesidades, aun las más perentorias, están subordinadas a esos
dos, que en definitiva son los dos aspectos de una misma energía primordial que
le confiere su verdadero sentido a la vida. Si penetramos profundamente en el
significado del viejo refrán “No sólo de pan vive el hombre” comprobaremos que
la lúcida sabiduría popular llega a una convicción análoga. Prescindir de la
poesía equivaldría a renunciar a la vida.
Considerado así, lo poético no reside sólo en la palabra; es una manera
de actuar, una manera de estar en el mundo y convivir con los seres y las
cosas. El lenguaje poético en sus distintas formas (forma plástica, forma
verbal, forma musical) no hace más que objetar de un modo comunicable, mediante
los signos propios de cada lenguaje particular, esa fuerza expansiva de lo
vital. Como consecuencia, el mundo poético está en todos, en la medida en que
cada hombre es un ser integral. La clara consigna de Lautréamont, “La poesía
debe ser hecha por todos”, no tiene otro sentido. Aquel que ignora la poesía es
un mutilado, tal como lo es aquel que ignora el amor.
el recorrido que podemos
hacer acerca de la poesía es largo, casi infinito y pasa por todas las épocas y
países del mundo, estilos, funciones, recursos, trucos, reflexiones e incluso
ciencia
la invitación es a
zambullirse con la mayor libertad posible y ver cómo surge entre nosotros ese
algo con palabras que es la poesía
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