el uso de la metáfora lo asociamos con la poesía porque la
escuela nos deja esa mirada, que es cierta pero que no da cuenta de la
presencia de lo metafórico de manera casi infinita en nuestro universo hecho de
lenguaje
como veremos la metáfora es esa construcción con palabras
que
reemplaza
transporta
imita
compara
un aparato fabuloso creado durante decenas de miles de años
como el lenguaje tiene una infinidad de posibilidades para abarcar realidades –internas
o externas- para trastocar lo que es, lo que se imagina, crear realidades
nuevas
comparar dos cosas ya es crear una nueva, una nueva
relación entre dos cosas por un aspecto
real o una ocurrencia:
se utiliza para expresar una idea o concepto a través de
una comparación implícita entre dos elementos que no son literalmente iguales,
pero que comparten alguna similitud o característica en común. En lugar de
describir directamente un objeto o idea, la metáfora utiliza palabras o frases
que representan algo diferente para crear una imagen mental en la mente del
oyente o lector. Por ejemplo, la frase "el mundo es un escenario" es
una metáfora que compara el mundo con un escenario para ilustrar la idea de que
la vida es como una obra de teatro en la que todos tienen un papel que
desempeñar. Las metáforas se utilizan con frecuencia en la poesía, la
literatura y el lenguaje cotidiano para crear imágenes más vívidas y memorables
en la mente del receptor.
El poeta imita todas las acciones humanas, tanto las que son
como las que podrían ser o haber sido. Siempre aparece la dimensión de lo
posible como sobredimensión de lo real. Lo imitable no son las cosas de la
naturaleza sino la acción misma que produce la naturaleza y su orden
teleológico. El poeta es más artesano de fábulas que de versos, ya que poiesis
es ante todo imitación de acciones humanas. Esta tensión entre realidad y
ficción es paradojal, como si para penetrar cierto nivel de realidad,
tuviésemos que alejarnos de ella, separarnos, ponernos en la justa distancia
que exige la distancia poética.
Algunas frases Borges sobre la metáfora:
Cuando la vida nos
asombra con inmerecidas penas o con inmerecidas venturas, metaforizamos casi
instintivamente. Queremos no ser menos que el mundo, queremos ser tan
desmesurados como él.
Definamos, pues, la metáfora como una identificación
voluntaria de dos o más conceptos distintos, con la finalidad de emociones, y
estudiemos algunas de sus formas
También cita una aseveración de Lugones que se puede
parafrasear en que toda palabra es una metáfora
y esto lo podemos entender pensando en el origen, en la
etimología de cada palabra como una construcción de un sonido que ya reemplaza –y
transporta – metafóricamente a un elemento de la realidad
por ejemplo la palabra pared viene de un origen *per
indoeuropeo que significaba asignar, dividir
esa construcción tuvo entonces un sonido que reúne su forma,
las funciones que cumple, un concepto de propiedad, etc.
La metáfora proviene del latín metaphŏra y del griego
μεταφορ que significa traslación, caminante que después del tiempo vuelve a
contar lo que los senderos le han enseñado.
Sabemos que la metáfora por ejemplo ha servido para expresar
temas graves y evitar la censura, como
cuando Charly García compone Canción de Alicia en el país…
Ricoeur, filósofo y antropólogo dedicó muchos estudios sobre
la metáfora
traza una teoría en la que habla de metáfora viva
“Ricoeur, a partir de su teoría en La Metáfora viva
(1975), de la metáfora como
innovación semántica que (por mediación de la imaginación
creadora) posee la fuerza heurística de producir, tanto la tensionante apertura
hacia nuevos sentidos (metafóricos) como la apertura de una
referencia metafórica, en el nivel del enunciado, traslada o, más
bien, amplía esta operación poética del nivel de la frase al nivel hermenéutico del texto,
para dotar así a los textos de ficción y, por extensión a las obras de arte, de
esta capacidad innovadora de producir sentidos otros y proponer así nuevas
formas de leer al mundo.
“viva” en tanto innovación lo suficientemente poderosa para
producir una conmoción, un desajuste en el nivel de los cánones ordinarios de
predicación, íntimamente relacionada al carácter de resistencia a la
cristalización de su sentido, que da lugar, entonces, a innumerables lecturas y resemantizaciones a
lo largo de la historia”
el poeta mexicano Octavio Paz también nos habla de la fuerza
de la metáfora:
Octavio Paz, devoto de la metáfora, atribuye a ella un poder
de desdoblamiento casi infinito. Poder que, según él, es inherente a todo
procedimiento analógico, una vez que, como demostró Lévi-Strauss, todo sistema
de relaciones engendra otro, en una cadena continua. Para la razón analógica de
Paz todo es metáfora: la realidad, el lenguaje, el metalenguaje. La palabra, en
tanto que una pequeña combinación hecha de afinidades y oposiciones entre
sonido, imagen y significado, ya es una metáfora. El mundo, por no ser un
conjunto de cosas, sino de signos, es, por eso mismo, también una metáfora. De
ahí que no exista, según él, una palabra original: "cada una es metáfora
de otra palabra que es una metáfora de otra y así sucesivamente".^ Ese
encadenamiento metafórico forma, bajo esa óptica, una constelación (imagen cara
a Octavio Paz) en la cual la "fuente puntual de verdad" o de origen
deja de existir, porque, aunque el movimiento (o ritmo) que rige esa cadena se
repita, los elementos se transforman, generando una pluralidad de textos y
borrando cualquier indicio de un supuesto texto original. “
Aquí una de tantas posibles clasificaciones de las
metáforas:
1.
Metáfora común. También conocida como metáfora simple o impura, relaciona de
manera directa el término real con el imaginativo. Como por ejemplo en los
casos: “es un manojo de nervios” o “el tiempo es oro”.
2.
Metáfora pura. En este tipo de metáfora el término imaginativo sustituye
completamente al término real. Ejemplo de esta metáfora son: “tiene una piedra
en el pecho” o “atardecer de la vida”.
3.
Metáfora preposicional. En estas metáforas, el término real está relacionado al término
imaginativo por medio de una preposición, como en los casos: “ojos de fuego” o
“cabellos de oro”.
4.
Metáfora aposicional. Se trata de una expresión metafórica en la que no existe nexo
entre el término real y el imaginativo. Ejemplos de estas metáforas son:
“juventud, divino tesoro” o “la lluvia, llanto del cielo”.
5.
Metáfora negativa. Básicamente, las metáforas negativas son aquellas que incluyen un
adverbio de negación. Ejemplos son estos casos: “niños no, ángeles” y
“estrellas, no ojos”.
con un ejemplo de las que usamos cotidianamente, toma de un
sitio para niños:
- Tiene aspecto
de oso y carácter de ratón.
- Está
que echa chispas.
- Lo
tienen bajo la lupa.
- Me
golpeó la noticia.
- Eres
la luz de mi vida.
- Miré
las perlas de su boca.
- Dos
esmeraldas brillaban en sus ojos.
- Estoy
entre la espada y la pared.
- Me
robó una sonrisa.
- Las
nieves del tiempo platearon su sien.
- Ese
proyecto está en pañales.
- Llovía endemoniadamente.
- El
sol iluminaba una calle triste.
- Es
una tumba.
- Lágrimas
de cocodrilo.
- Su
corazón es un desierto.
- Esas
hermanas son dos gotas de agua.
- Mi
primo es un sol.
- Sus
palabras me tocaron el alma.
- Se
escuchaba el lamento de las guitarras.
- Un
sapo gordo como un camión.
- Al
aprobar, sintió tocar el cielo con las manos.
- Sentir
mariposas en el estómago.
- Su
corazón es un pozo infinito.
- Aquella
situación le ahogaba.
- La
tierra era gris como el arrepentimiento.
- Lloró
ríos de lágrimas.
- Tiene
el ánimo por el suelo.
- Le
tienen bajo lupa.
En poesía retomo el mismo ejemplo del año pasado, el de este
poema canción:
Las golondrinas
poema/ canción de Jaime Da´valos
¿Adónde te irás volando por esos cielos
Brasita negra que lustra la oscuridad?
Detrás de tu vuelo errante mis ojos gozan
¡La inmensidad... la inmensidad!
Veleros de las tormentas, se van las nubes
En surcos de luz dorada se pone el sol
Y como sílabas negras, las golondrinas
¡Dicen adiós... dicen adiós!
Vuela, vuela, vuela, golondrina
Vuelve del más allá
Vuelve desde el fondo de la vida
Sobre la luz, cruzando el mar
Cruzando el mar
Un cielo de barriletes tiene la tarde
El viento en las arboledas cantando va
Y desandando los días, mi pensamiento
¡También se va... también se va!
Cuando se acorten los días junto a mi sombra
Y en mi alma caiga sangrando el atardecer
Yo levantaré los ojos pidiendo al cielo
¡Volverte a ver... volverte a ver!
Vuela, vuela, vuela, golondrina
Vuelve del más allá
Vuelve desde el fondo de la vida
Sobre la luz
¡Cruzando el mar... cruzando el mar!
-con música de Eduardo Falú-
Como ya hemos hablado acerca de la poesía, las metáforas no
tienen una “traducción” exacta y no siempre se “entienden” con nuestra comprensión
racional y cotidiana de las palabras.
Al momento de ponernos a escribir los juegos para inventar
metáforas son muchos. Relaciones entre cosas parecidas o completamente
diferentes
oposiciones, absurdos, imaginación y color
dejarse llevar y que el sentido metafórico se construya solo
encontrarse con esa epifanía, un pequeño momento de
iluminación, cuando una metáfora extraña surge en nuestro escribir
casi sin que podamos entender de dónde salió
como en los sueños, en los que imágenes bellas y locas –y también
oscuras y angustiosas- expresan construcciones de lo más profundo de nuestro
ser
en la metáfora aflora una poesía interna, un encuentro con
el asombro
una de las maneras de devolverle al lenguaje –que en lo
cotidiano se nos achica en sus funciones utilitarias- su magia, sentir esa
magia en la metáfora
en lo que nos hace expresar, en lo que nos produce
extrañamiento y en lo que nos divierte
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