tanto
en nuestro imaginario como en nuestras realidades los animales nos acompañan en la vida
nos
protegen o nos alimentan
se
configuran en símbolos
los
humanizamos
los
hacemos hablar
les
atribuimos propiedades que aluden a nuestras conductas
(ejemplo
la picardía del zorro, o la ferocidad del lobo – ver Hobbes)
La relación hombre – animal es un fenómeno adherido a
nuestra civilización humana. Según Fleisner (2010) en el canon filosófico han
existido dos visiones, una humanista, que considera lo animal como opositor a
lo humano y en la cual se resalta la supremacía de este último sobre el
primero; y otra, que considera al animal una especie distinta con percepciones
particulares que comparte una ontología común con las demás especies y, por
tanto, debe abordarse el fenómeno en función de relaciones y no de jerarquías.
Ideas como las del filósofo Gilles Deleuze han influenciado tanto a la
literatura general como a la latinoamericana con su propuesta del devenir
animal que permite el paso a lo que él mismo llama “literatura menor”, es
decir, que el concepto de animal en la tradición ha estado en una periferia.
Dada la centralidad del hombre, al transgredirse dicho patrón hegemónico, hace
que lo animal se convierta en un acto político en el que incluso puede
conectarse con el colectivo.
desde
las fábulas que alguno leímos en la infancia, principalmente de Esopo
Esopo fue un escritor griego que vivió durante el
siglo VI a.C, su escritura se enfocaba en la fábula, uno de los géneros más antiguos de la literatura universal
y un tipo de relato breve
protagonizado por animales personificados con la intención didáctica de dar a
conocer una moraleja final, razón por la cual, se
le conoció como el fabulista inventor de este género en la Grecia clásica.
Sanmaniego Félix María de Samaniego (Laguardia, Álava, 12 de octubre de
1745-Laguardia, 11 de agosto de 1801)
y La fontaine
Jean de La Fontaine (Château-Thierry,
Aisne, 8 de julio de 1621-París, 13 de abril de 1695) fue un fabulista francés.
de este último un ejemplo:
Los dos gallos
Toda la vida en la granja habían vivido dos gallos en total
armonía. Nunca habían tenido un conflicto.
Pero un día el granjero trajo al gallinero una hermosa gallina,
petulante y altanera. Ambos gallos se enamoraron de inmediato de la hermosa
dama.
Esto los convirtió en rivales y enemigos. Se dedicaron a
competir por el amor de la gallina.
Tratando de resolver pronto este conflicto tomaron la decisión
de enfrentarse en un combate, El que venciera seria el merecedor del amor de la
gallinita.
Por largo rato se enfrentaron, hasta que el gallo más fuerte
venció y se fue al lado de la hermosa gallina. El otro se refundió en el corral
a llorar su pena.
El gallo vencedor se subió al techo para alardear su triunfo.
Comenzó a gritar muy fuerte, quería que todos los vecinos se enteraran de que
había ganado.
Pero para su mala suerte, lo escuchó un buitre y, sin pensarlo
dos veces, se abalanzó sobre él, dando fin a su vida y a su soberbia.
Moraleja: Se
debe ser humilde cuando se gana una acción.
de alguna manera saltando en el tiempo podemos pensar que Rebelión en la Granja de George Orwell es
una gran fábula con una moraleja contra los totalitarismos
desde luego que en el mundo de la infancia los animales
están en casi todos los cuentos clásicos a veces como lo peligroso y fatal y
otras como los ayudantes del héroe –pensemos en El gato con botas
las culturas primitivas tenían una relación de
identificación con el animal –como vimos al pasar en poesía y magia- y a veces
formaban clanes con sus tótems y grafías en comunión con las características de
determinado animal
las religiones y cosmogonías los incluyen a todos en
diversos niveles, no podría soslayar que el texto fundador de nuestra cultura
judeo –cristiana y también musulmana tiene en su relato original la
participación fatal de la serpiente (de la que nunca se refiere que se trate de
satanás sino que es un animal extrañamente rebelde de por sí)
los míticos chinos elaboran una cosmogonía fabulosa de
animales que rigen nuestro destino en su horóscopo
se cree que su origen se remonta al período de la dinastía
Han (206 a.C. - 220 d.C.).
Otra historia de la astrología cuenta que Buda fue a
meditar, en los últimos días de su vida, a una selva, para estar en contacto
con la naturaleza y donde logra vencer con toda su fe a Mara,
un demonio que intentó tentarle para que no alcanzara la iluminación. Llamó a
doce animales que fueron, según su orden de llegada: la rata, el buey, el
tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el
gallo, el perro y el cerdo. A cada uno le dio un año, que equivalen en conjunto
a 12 años, a diferencia del zodiaco occidental que es de doce meses. El
zodiaco dentro de la cultura occidental está basado en el movimiento del sol, en cambio el chino
está basado en la rotación de la luna.
de los animales más mágicos, por momentos malditos, y
presentes en la liteatura y la poesía y también en nuestras casas tenemos a los
gatos
En el Antiguo
Egipto se lo asociaba sobre todo con la protección, ya que al ser
perteneciente de la familia de los felinos, se lo asemejaría directamente con
el león, el cual para los egipcios, sería el dios del sol, Ra.
Inicialmente se le consideró una encarnación del dios Ra como
matador de la serpiente Apofis, pero alcanzó su máximo de influencia
cuando se lo consideró la encarnación de Bastet, la diosa
del amor, la fecundidad, la belleza, la armonía y la protección. Por más de
3.000 años los gatos estuvieron representados en las prácticas sociales y
religiosas del antiguo Egipto. Las deidades egipcias fueron esculturadas con
cabezas de gato como Mafdet, Bastet, Sekhmet y los gatos tenían una gran función protectora
para ellas, tal y como se puede observar en diversas ciudades funerarias donde
se encuentran tumbas que contienen esqueletos de gatos, que datan de principios
del siglo xx a. C.. Además de estos esqueletos hay pequeñas
macetas, que se cree que contenían leche para gatos. Varios frescos aparecen en
tumbas en la ciudad funeraria de Tebas, gatos con escenas domesticadas.
Al parecer cada templo poseía sus propios gatos. De ellos se
encargaba el « guardián de los gatos », cargo importante y
hereditario. El gato, como otros animales sagrados, tenía un estatus particular
en la sociedad egipcia.
En creencia de los egipcios, los gatos tenían unos ojos los
cuales eran capaces de ver el alma de las personas, por ello, intentaban imitar
la mirada felina a través del común maquillaje egipcio.
En la simbología medieval, el gato se asociaba a la
mala suerte y al mal sobre todo si era negro, también se asociaba al disimulo y
a la feminidad. Su comportamiento sexual muy expresivo, su gran necesidad de
dormir, considerada pereza, y sus vagabundeos contribuyeron a forjar una imagen
negativa. Era el animal del diablo y de las brujas. Se le atribuían poderes
sobrenaturales, como la facultad de tener siete vidas. En el caso de los gatos
negros, color que se asociaba al diablo, una única mancha blanca en el pecho o
en el cuello les concedía clemencia, ya que se consideraba que era una
manifestación divina.
La inquisición,
el papa Inocencio VIII y su edicto de 1484 hicieron que
se sacrificaran gatos en las fiestas populares, lo que marcó un gran período de
persecución para el felino.5
Este edicto tuvo un impacto importante en las clases populares y luego se
extendió a la nobleza.
Se consideraba que el diablo se disfrazaba de gato en sus
visitas a la tierra, y fue condenado al igual que sus dueños, los brujos y las
brujas. Según ciertas fuentes, fueron muchos los que fueron quemaron vivos en
las plazas públicas. Otras afirman, sin embargo, que las grandes
investigaciones realizadas en los archivos invalidan esta hipótesis. Las
condenas de gatos a la hoguera serán insignificantes al igual que las de gallos
y se encontrarán más de sapos o de lobos.
En Inglaterra, bajo el reinado de María
Tudor, se queman gatos como señal de la herejía protestante, mientras que
bajo el de Isabel I, se queman como señal de la herejía católica.
Charles Baudelaire le dedica vario versos, entre ellos los
que siguen:
EL GATO
Por mi mente se pasea,
igual que por su casa,
un hermoso gato, fuerte, dulce y encantador.
Cuando maúlla, apenas puedo oírle,
su timbre es tan tierno y discreto;
aunque su voz se calme o ruja,
es siempre rica y profunda.
Ahí su encanto y su secreto.
Esa voz, que alienta y se cuela
por mi fondo más tenebroso,
me llena como un verso cadencioso
y me contenta como una pócima.
Adormece los más crueles males
y contiene todos los éxtasis;
para decir las más largas frases
no necesita palabras.
No, no hay arco que muerda
en mi corazón, perfecto instrumento,
y haga más noblemente
cantar su más vibrante cuerda,
porque es tu voz, gato misterioso,
gato seráfico, gato singular,
en la que todo es, como en un ángel
¡tan sutil como armonioso!
tanto como Borges y Cortázar:
A un gato – Jorge Luis Borges (no es el único poema que le
dedicó)
No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.
Cortázar –fragmento-
Orientación de los
gatos
A Juan Soriano
Cuando Alana y Osiris me miran no
puedo quejarme del menor disimulo, de la menor duplicidad. Me miran de frente,
Alana su luz azul y Osiris su rayo verde. También entre ellos se miran así,
Alana acariciando el negro lomo de Osiris que alza el hocico del plato de leche
y maúlla satisfecho, mujer y gato conociéndose desde planos que se me escapan,
que mis caricias no alcanzan a rebasar. Hace tiempo que he renunciado a todo
dominio sobre Osiris, somos buenos amigos desde una distancia infranqueable;
pero Alana es mi mujer y la distancia entre nosotros es otra, algo que ella no
parece sentir pero que se interpone en mi felicidad cuando Alana me mira,
cuando me mira de frente igual que Osiris y me sonríe o me habla sin la menor
reserva, dándose en cada gesto y cada cosa como se da en el amor, allí donde
todo su cuerpo es como sus ojos, una entrega absoluta, una reciprocidad
ininterrumpida.
Es extraño; aunque he renunciado
a entrar de lleno en el mundo de Osiris, mi amor por Alana no acepta esa
llaneza de cosa concluida, de pareja para siempre, de vida sin secretos. Detrás
de esos ojos azules hay más, en el fondo de las palabras y los gemidos y los
silencios alienta otro reino, respira otra Alana. Nunca se lo he dicho, la
quiero demasiado para trizar esta superficie de felicidad por la que ya se han
deslizado tantos días, tantos años. A mi manera me obstino en comprender, en
descubrir; la observo pero sin espiarla; la sigo pero sin desconfiar; amo una
maravillosa estatua mutilada, un texto no terminado, un fragmento de cielo
inscrito en la ventana de la vida.
https://lecturia.org/cuentos-y-relatos/julio-cortazar-orientacion-los-gatos/637/
ya les contaré el argumento del cuento Me marcho con los
gatos, de Gianni Rodari
también hay para hacer antologías de antologías que
incluirían El idioma de los gatos de Spencer Holst y El libro de los gatos habilidosos del
viejo Possum (Old Possum's Book of Practical Cats) es una
colección de poemas humorísticos
y fantasiosos de T. S. Eliot sobre psicología y sociología felina, publicado por
la editorial Faber and Faber.
y la Gatomaquia de Lope de Vega un texto muy delirante que
pueden leer aquí
según mis cálculos no muy fiables le ganan por goleada a los
perros en la literatura
que tienen el genial Coloquio de los perros, de Cervantes
entre una de las mejores opciones:
es tan largo de decir entre tortugas y palomas, elefantes,
hipopótamos, sapos y princesas y ranas
comadrejas
ratas
que queda para un capítulo
o varios más…
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