la historia es nuestra historia personal, la historia de la familia actual y la larga de genealogías familiares
la historia de las ciudades y los lugares, la historia del país , la historia del mundo
como veremos después además desde muchos planos y perspectivas (materialista, simbólica, cultural, económica etc.)
en todos los casos la historia es un género de escritura
es el ordenamiento de un relato sobre lo que existe y lo que pasó y desde una mirada que es la del historiador, o la nuestra
dando ya por descartado a esta altura de los tiempos que exista una historia “objetiva”
la historia además se revisa se re escribe, se desvía, se da vuelta, se vuelve a mirar con otros ojos
en el terreno de las definiciones:
“La historian. 1 es la narración de los sucesos del pasado; generalmente los de la humanidad, aunque, también puede no estar centrada en el humano.n. 2 Hay quien más breve y concisamente afirma que la historia es el conocimiento del pasado humano.234 Asimismo, es una disciplina académica que estudia dichos acontecimientos. A la ciencia o disciplina académica también se le denomina historiografía para distinguirla de la historia entendida como los hechos objetivos sucedidos. Es una ciencia social debido a su clasificación y método; pero, si no se centra en el humano, puede ser considerada como una ciencia natural, especialmente en un marco de la interdisciplinariedad; de cualquier forma, forma parte de la clasificación de la ciencia que engloba las anteriores dos, es decir, una ciencia fáctica (también llamada factual).
Su propósito es averiguar los hechos y procesos que ocurrieron y se desarrollaron en el pasado e interpretarlos ateniéndose a criterios de la mayor objetividad posible; aunque la posibilidad de cumplimiento de tales propósitos y el grado en que sean posibles son en sí mismos objetos de estudio de la historiología o teoría de la historia, como epistemología o conocimiento científico de la historia.[cita requerida]
Se denomina historiador o historiadora a la persona encargada del estudio de la historia. Al historiador profesional se le concibe como el especialista en la disciplina académica de la historia, y al historiador no profesional se le suele denominar cronista.5”
Wikipedia
Sabemnos por experiencia que la historia no solo la escriben los historiadores y que además está muy familiarizada con la literatura y el periodismo.
-desde luego que como profesión y carrera de estudio es necesaria y casi indispensable en algunos ámbitos de la vida-
No obstante hay partes de la historia que necesitan ser contadas de manera menos técnica, para llegada a todos
también de manera más poética que objetiva
como escribiríamos la historia de la casa de nuestros abuelos o de una antigua arboleda
ciudades como la nuestra y pueblos aun más pequeños cercanos han tenido durante el siglo pasado y actualmente sus “historiadores” no profesionales, que con mucho cariño han recolectado información, anécdotas, datos, nombres y los han narrado y plasmado en libros entrañables
libros que no entran al ámbito académico pero que constituyen un valor importantísimo para la comunidad
libros o artículos sueltos en revistas, en el diario, en publicaciones de internet
Muchas veces nos encontramos con una bella curiosidad que nos surge: desde cuándo existe esta escuela, quién habrá construido ese monumento, cómo eran las calles estas mismas pero cien años atrás
y a veces la respuesta la encontramos en el azar en esos libros o artículos, pero también en personas generalmente adultos mayores que recuerdan anécdotas y referencias y nos las transmiten
referencias que no están en google la mayoría de las veces
también la historia es ese “genero infantil” cuando disfrutamos de contarle a niñeces cómo eran las cosas antes, de dónde salió lo que está hoy
me vino a la memoria * por ejemplo la novela monumental de Victor Hugo “Los miserables” en la que el autor mezcla en la historia de los personajes por ejemplo la historia de la reforma del sistema de cloacas de la ciudad de Paris, con datos documentados (luego un personaje termina escapando por esas tuberías)
nuestra ciudad tiene sus historiadores no profesionales como Jorge Freitas. Eduardo Escobar que han creado lindos libros sobre de dónde salió todo aquí
pero también cuentan nuestra historia relatos cuentos y poemas que hablan de personajes nuestros, del Faro de Quequén, del Puerto, de los veraneos, del Festival Infantil, del Parque Lillio
video:
Por otro lado un pequeño apartado a otra mezcla muy interesante y en boga de literatura e historia es el de las llamadas novelas históricas y más aún las novelas históricas románticas
La novela histórica es un subgénero narrativo que se configuró en el Romanticismo del siglo XIX y que ha continuado desarrollándose con bastante éxito en los siglos XX y XXI. Utilizando un argumento de ficción, como cualquier novela, tiene la característica de que este se sitúa en un momento histórico concreto y los acontecimientos históricos reales suelen tener cierta relevancia en el desarrollo del argumento. La presencia de datos históricos en la narración puede tener mayor o menor profundidad. También es habitual que este tipo de novelas tengan como protagonista a un personaje secundario real o ficticio más que a uno histórico real a través del cual se desarrolla la ficción.
Novela romántica histórica
Historia y romance, dos de los temas que más fibra mueven entre los lectores y no lectores. La primera nos hace viajar a tiempos anteriores al nuestro, nos ayuda a construir el mundo que nos precede y la manera en la que se vivía el amor en otras épocas. La novela romántica histórica es un género popular entre aquellos que buscan dejarse seducir por las buenas historias y el poder del amor como sentimiento universal.
Pecadora. La pasión de Camila O’Gorman (Planeta)
Florencia Canale recrea en esta novela la historia de amor y pasión más conocida y trágica de nuestro país: la de Camila O’Gorman y Ladislao Gutiérrez.
1. INDIAS BLANCAS
FLORENCIA BONELLI
Será un camino lleno de aventuras, vicisitudes y dolor en medio de las sangrientas luchas entre blancos e indios que se libran en el país.Con una trama trepidante y la historia argentina de fines del siglo XIX como escenario, esta novela da vida a dos protagonistas inolvidables.
EL GENERAL, EL PINTOR Y LA DAMA
MARÍA ESTHER DE MIGUEL
La autora incursiona nuevamente en la novela histórica, tomando esta vez como protagonistas a Justo José de Urquiza y al pintor uruguayo Juan Manuel Blanes.
EMBRUJO GITANO: UN AMOR PROHIBIDO EN TIEMPOS DE ROSAS
ANDREA MILANO
*
y una autora local y actual, Verónica Sordelli, que también ha incursionado en el género:
UN LUGAR EN EL MUNDO
"Una postal se abrió ante sus ojos. Los barrancos llenos de cotorras se alzaban como guardianes de una virgen orgullosa, que se encontraba cuidando el lugar. Subió los escalones que la llevaron a ella, es la Virgen de la Rosa Mística, leyó. Se persignó y continuó su caminata, la inmensidad del océano, los barcos que se veían en el horizonte, el sol que se despedía del mar y lo abandonaba para ir tomando altura en el cielo celeste". Alma decidió romper con su estructura familiar y viajar con su amiga Yazmín a Quequén, su objetivo era darse la oportunidad de comenzar una historia de amor con Juan, oriundo del lugar. No sabía que el destino le tenía preparada otra sorpresa, y lo que realmente iba a encontrar eran sus orígenes y un secreto familiar. Año 1924. Lorenzo decide marcharse de una Italia fascista azotada por el hambre. Emilia, hija de un prestigioso abogado. "Ellos" darán vuelo a esta historia de amor y desencuentros.
**
y volviendo al enfoque del principio: todas las personas podemos ser historiadoras de una esquina, de una actividad (como si dijera historia del vóley femenino en Necochea**) de objetos, con realidad y con invención, con una clave
que es la “tonada histórica” una cierta manera de redactar y contar y re “ordenar” los hechos
también imaginar lo que fue en las partes del rompecabezas que nos falten, viviendo esos personajes y épocas con la fantasía pero sobre todo con sentimiento, metiéndonos un poco en ellos, poniendo el cuerpo en esos escenarios
salir
recorrer
investigar
mirar
preguntar
observar en detalle cada grieta, cada re pintada, cada ruina
aquí un fragmento de una experiencia colectiva:
“Preguntarse cómo se escribe la historia de un barrio es preguntarse también quién o quienes deciden escribirla. Cuáles son los hechos que serán recordados y cuáles quedarán decididamente archivados en el arcón de los olvidos, generalmente, es el resultado de la tensión que subyace a la pugna por la memoria colectiva. Pensar en una forma de construcción de la historia “desde abajo” fue lo que convocó a un grupo de docentes del barrio Coronel Aguirre, en Villa Gobernador Gálvez, a realizar lo que denominaron “Taller de Historia Popular”.
Imágenes, archivos y palabras
Con la intención de recuperar las historias de la vida cotidiana, los y las organizadoras trabajaron sobre tres ejes temáticos: fotografías, material de archivo y el recuerdo de los y las participantes del taller. “Empezamos a desarmar la idea de archivo, que no es solamente el oficial, sino que en realidad todos tenemos algo valioso para aportar”, dice Castro y agrega: “Cuando no hay objeto, fuente escrita o visual, está también la memoria”. Así fue, que empezaron a emerger las anécdotas que ponían en evidencia las redes de solidaridad entre vecinos y vecinas, las producciones de los actores sociales invisibilizados y la idea de comunidad que se fue transformando con el paso de los años.
y de otro:
C uando nos mencionan la palabra “historia” se nos vienen a la ca-
beza muchas cosas, pensamos en nuestro pasado personal, en el cuento que
nos echó un vecino, un compañero o compañera de trabajo, en la historia de
Venezuela, en la historia de los seres humanos. En todas estas ideas hay algo en
común, relacionamos el término con un pasado que ya no está; pero intuimos
que ese pasado tiene una conexión con nuestro presente, es el que nos ha traído
aquí, eso ocurre sobre todo cuando pensamos en nuestra historia de vida, en
cómo hemos llegado a hacer nuestra familia, en cómo llegamos a vivir donde
llegamos. A veces también pensamos mucho en la conexión de nuestra historia
con el presente cuando nos lamentamos por una situación mala que estamos
viviendo o por un hecho negativo, incluso alguna tragedia que nos ocurre. En
esos momentos relacionamos nuestro pasado, nuestra historia, con el futuro que
pensamos nos espera.
Pero también nosotros muchas veces diferenciamos todas esas his-
torias de vida, de nuestro barrio, de nuestros seres cercanos, de la Historia con
mayúscula, de esa que se nos hace académica, que nos remite a los libros, a la
escuela, a los documentales de la televisión, a las ponencias de los historiadores,
a la historia de hechos que muchas veces vemos lejanos y ajenos, porque son his-
torias de batallas, de guerras, de personalidades y héroes que hicieron hazañas
que muy poca gente puede hacer, o que ya en esta época son eso, precisamente,
historia.
Ciertamente muchas personas entonces nos han hecho sentir que esas
historias que nos cuenta la gente común no tienen nada o muy poco que ver con
esa Historia con H mayúscula. No nos damos cuenta que esa Historia, aparente-
mente lejana, está hecha por esas otras historias, esos relatos que hemos sentido
cercanos, incluido el de nuestra propia vida, en nuestro país, en nuestro contexto
más próximo, en nuestro modo de vida
La invitación entonces es a jugar a historiar, es un juego muy bonito y además útil a la MEMORIA de la comunidad, de un grupo, de una familia
las cosas, las conversaciones, los paisajes urbanos, las vestimentas, todo lo que vuelve a vivir en nuestro cuento
no siendo historiadores profesionales o académicos pero sí de esto que vivimos y vemos con nuestro propio ser y que tal vez no es otra cosa que un ensueño
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